El Fiat Uno fue el caballo de batalla de los italianos durante los 80 y buena parte de los 90, un utilitario sencillo que arrastraba al mismo tiempo mala y buena fama: algunos criticaban su fiabilidad desastrosa, otros alababan su fantástica fiabilidad. Incluso las versiones Turbo i.e. se ganaron una reputación de ser coches peligrosos en malas manos. Sea como fuere es una época pasada para Fiat, cuya actual cartera de productos es muy superior a la de entonces. Aún se ven muchos Fiat Uno por las calles, aunque creo que debemos lamentar una baja en la pérfida Albión.
En aparente buen estado estético y mecánico, pero comprado por sólamente 10 libras esterlinas, un grupo de jóvenes han decidido “reciclarlo”. Por decirlo de alguna manera, porque yo lo llamaría festival sádico de la destrucción automovilística. Incluye la participación estelar de una motosierra para metales, varios martillos pesados, un improvisado descapotado y en general abuso mecánico continuado. El dolor está asegurado, y si has tenido un pequeño Uno lo sufrirás especialmente.
Duele ver como un coche en buen orden de marcha acaba reducido a una chatarra inservible. Especialmente agónico es el momento final, cuando el coche pierde la vida contra los restos de un Peugeot (que parece haber seguido el mismo camino con anterioridad). ¿Y vosotros? ¿Que haríais si tuviéseis un coche viejo destinado a dar de baja?
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http://www.diariomotor.com/2010/08/26/inmerecido-festival-de-destruccion-para-un-viejo-fiat-uno/