Pues, la verdad es que, desde la concentración de Almería, en el mes de marzo, apenas he tenido ocasión de mover el Boxster.
Nada más volver a Madrid, dejé el coche en el taller de vinilado para que terminaran el trabajo. Faltaba añadir vinilo en todo el marco del parabrisas, arreglar algunos detalles y quitar las últimas burbujas que quedaban.
Allí estuvo casi un mes hasta que volví de viaje para recogerlo.
Pero, antes de hacerle más kilómetros, ya estaba pensando en la siguiente mejora.