Etapa 12.- Un bonito día en los AlpesEl día se presentó con una luminosidad excepcional acompañada de un espléndido cielo azul; ni gota de brisa y temperatura fresca, pero agradable.
Desayuné con toda la calma del mundo, estuve charlando un rato largo con el dueño del hotel que me enseñó distintos detalles de las instalaciones del mismo y cuando subí a mi habitación para recoger las cosas éste era el estupendo panorama que ser veía desde la ventana.
Aún me di un paseo por el jardín del hotel y el exterior del mismo y saqué unas cuantas fotos, de las cuales cuelgo aquí alguna. Por cierto que el castillo de Tarasp está justo frente al hotel y se puede visitar aunque lo dejaremos para otra vez.
Se veía precioso el circo que había por allá arriba, sin duda antaño relleno por un glaciar, dado que tiene la típica forma en U de todos los valles de origen glaciar.
La siguiente foto ya dispuesto a emprender la ruta del día, y blanquito al lado de una fuente típica de madera de las que abundan por la zona.
Las dos fotos siguientes dejando ya la carretera que sube a la pequeña aldea donde se encuentra el hotel.
Y ya estoy de nuevo en la carretera principal, al fondo en medio del valle el castillo de Tarasp
Las dos fotos siguientes creo que transmiten bastante bien el ambiente tan agradable para roadstear en ese día; la temperatura era por la mañana de unos 13º pero con algo de ropa de abrigo se viajaba de lujo.
En esta foto comenzando la subida del Fluelapass, al fondo se ve en rampa la carretera al inicio del puerto.
Y como casi siempre por estos puertos, con frecuencia aparecía algún acompañante curioso.
En el tramo de ascenso al puerto donde se inician ya las rampas de mayor pendiente.
Yo estoy seguro de que esta foto les traerá recuerdos a los colegas del Roadster-Tour del año 2008 porque justo aquí nos paramos a hacer nuestro picnic de mediodía; sólo que entonces no había nieve, sino verdes praderas.
La subida estaba preciosa, y yo iba ya ruteando en manga corta
Las tres fotos siguientes ya arriba del todo del Fluelapass
En muchos lugares de montaña en Suiza podemos encontrar a lugareños tocando cuernos alpinos, que producen una música que se oye desde muy lejos.
Bastante ambiente allá arriba en el Fluelapass, pese a que era un miércoles. Yo me tomé en la terraza del hotel el consabido “Warme Schokolade”.
Ya os puse a mi "amigo" Herr Deutsch, pero lo vuelvo a poner porque fue en este momento cuando se pasó por allí. Un personaje majo y simpático, además la bocina que va por fuera de la puera era auténtica y cuando se marchaba dio varios toques a modo de despedida.
Las bajada hacia la vertiente norte, fijaros en la fina línea negra de la carretera
En esa vertiente el paisaje estaba igual de bonito que en la vertiente sur por la que había subido, tres fotos en distintos tramos de la bajada
Ya más abajo las praderas alpinas sustituyeron de nuevo a la nieve
Sigo ruteando en una tarde deliciosa y sigo haciendo algunas fotos. La verdad es que la luminosidad del día y el paisaje invitaban a tirar de cámara de fotos en cada curva y en cada nuevo repecho.
Algo más tarde paré a lavar el coche en un garaje en cuyo interior había alguna joyita como éstas:
Aquella tarde tenía el proyecto de irme a dormir a Juf, que es la aldea de los Alpes situada a mayor altitud, a 2.126 metros, digo aldea, es decir un pueblo auténtico habitado, no una estación de esquí.
En Juf no hay más que escasamente 10 casas en las que habita gente cuyo medio de vida es el ganado, la leche y los quesos, vamos como el abuelo de Heidi… Juf es la última aldea de un valle de alta montaña perdido en los Alpes, y valle abajo hay otras tres o cuatro aldeas, y con todas ellas pasa una cosa curiosa, están situadas en la región de Engadina, donde se habla romanche, y sin embargo los habitantes de estas aldeas son una isla de idioma alemán, y la explicación es que ese valle estuvo siempre incomunicado del resto de la Engadina por una profunda garganta que hoy se salva por una carretera abierta en el siglo pasado a base de túneles y puentes, pero antaño ese desfiladero era intransitable para el hombre por los peligros que entrañaba; por lo tanto los habitantes que poblaron ese valle de alta montaña accedieron al mismo a través de las montañas atravesando desde Italia, y procedían originariamente de la región de Zermatt, en el Valais, que es una zona de habla alemana. Hoy sin embargo accedemos a Juf por una cómoda y bonita carretera que se mete por esa estrecha garganta, antiguamente, como digo, de tránsito imposible o peligrosísimo para el hombre, para luego desembocar en ese valle de montaña al final del cual, frente a un circo rocoso, se encuentra Juf.
La foto siguiente iniciando el desfiladero que aquí al principio es muy abierto, pero luego se convierte en una infernal garganta, estrecha y profunda .
Y más adelante, a medio camino, ya en la parte superior y tras haber pasado la garganta y ascendido a un escalón superior a través de unas cuantas rampas, el valle comienza a abrirse.
Subimos un último repecho a través de una rampa con unas cuantas paellas….y la estamos en el valle superior, de altitud media entre 1.800 y 2.100 metros, al final del cual está Juf.
Y ya la última foto de esta etapa entrando precisamente en Juf. El rótulo marca que estamos a 2.126 metros de altitud. Aquí nada de lujos, un pueblo de pastores auténtico con una sencilla pensión donde me quedé a dormir. Bonita experiencia, en el pueblo más alto de Europa.
Por cierto, la sequedad del clima es aquí extrema, había 5,5º en ese momento y se viajaba descapotado sin problemas, el termómetro del coche lo atestígua. Pero eso no es nada al fin y al cabo, dado que en Juf me dijeron que allí en invierno era normal bajar a -25ºC
Y por hoy nada más. Seguirá…