Etapa 13.- El último día en SuizaAmaneció otro bonito día, aunque sin el inmaculado cielo azul y la luminosidad del día anterior, aun así había una muy buena visibilidad con buenas vistas del valle. La foto en la terraza de la pensión de Juf a primera hora de la mañana.
Ambiente como se puede ver rural auténtico en el pueblo y música de cencerros en todo el valle.
Juf es la última aldea del valle, allí se termina la carretera, pero se puede caminar por un sendero hasta la base del circo rocoso; también hay una senda que parte de allí y sube y atraviesa las montañas pasando al otro lado al Val Bregalia en Italia.
No se estaba nada mal en aquel lugar, sería ideal para pasarse dos o tres días haciendo senderismo, respirando aire puro y si acaso acompañado de un par de buenas novelas; ni que decir que la habitación carecía de televisión, ni falta que le hacía. Pero yo tenía que seguir mi ruta de modo que pillé el zeta y empecé a bajar de nuevo por el valle en el camino de retorno, las dos siguientes saliendo de Juf, con el pueblo al fondo.
Y otras dos fotos dos kilómetros después, valle abajo.
Los autobuses postales suizos son, junto con la red de trenes, un medio de transporte muy utilizado y llegan a todas las aldeas y rincones de Suiza. Como los suizos son muy reticentes a los cambios en sus cuestiones tradicionales y de identidad, los autobuses han estado siempre pintados en ese color amarillo y el sonido del claxon permanece inconfundible desde que existen, un trío de notas musicales que oyes con frecuencia en cualquier valle o zona que estés y que te recuerda que estás en el país de Heidi. Estos autobuses son una verdadera institución en el país, y ahí pongo un comentario leído sobre el tema:
Es amarillo, tiene más cien años, tiene su origen en los coches de caballos postales, y es muy melodioso: el autocar postal tiene una movilidad ilimitada por los Alpes suizos. Con su triple cuerno sonoro consigue hacerse oír desde 1906 por más de 10.000 km de rutas, y transporta una media de 100 millones de viajeros por año hasta las regiones más recónditas. La melodía de su bocina, la sucesión de notas do-mi-la, procede de la obertura de la famosísima ópera de Rossini "Guillermo Tell". Cada vez que suena, evoca el romanticismo del correo de los Alpes y, a pesar de su modernísima flota, también evoca un soplo de nostalgia.. Y es que, como véis, los suizos son muy aferrados a sus tradiciones.
En los últimos años ha habido un detabe acerca del pase del país al euro y su posible integración en la CE pero hay un rechazo mayoritario de sus habitantes, precisamente por temor a que su identidad nacional se diluya. Y eso en un país que tiene cuatro idiomas distintos y culturas, e incluso formas de ser, bastante diferentes entre las partes francófona, alemana, italiana y romanche del país. Eso sí, el amor por el orden, el detalle, el respeto al prójimo y la perfección son generales. ¿Sabéis que una normativa reciente ha prohibido hacer uso de las cisternas por las noches en edificios comunitarios, para no turbar el silencio y molestar a los vecinos?.....Por no decir que un botellón en Suiza sería absolutamente impensable e imposible……Es otro mundo, muy tranquilo, y en el que para vivir quizá no todos los españoles se sintiesen a gusto.
Pero contrariamente a lo que puede pensarse, un suizo que conoce bien Europa, porque ha estado trabajando en distintos países, me decía estos días que la burocracia y la rigidez de normas de la CE es mucho mayor que en Suiza para determinadas cosas, como por ejemplo construir una casa, hacer obras en un terreno, etc. ….que los funcionarios de la CE son norma, norma, norma, norma….y burocracia por doquier, y que en Suiza todo es mucho más simple y que el funcionario siempre tratará de aplicar la norma favoreciendo al ciudadano para tratar de lograr una solución favorable a lo que necesite. De modo que ya véis que hay opiniones para todo…
Pero me dejo de rollo, que esto es un foro de coches no de identidades culturales europeas…sigo bajando por el valle y una vista hacia atrás. Juf, el pueblo de donde venía y donde había pasado la noche queda arriba de todo, al final del valle y al pie de las últimas montañas que se ven al fondo, ya a bastantes kilómetros de distancia.
El valle ya comienza a estrecharse para iniciarse la zona de garganta
Algunas fotos tomadas en ruta por el valle.
En el interior de uno de los túneles que se atraviesan en la carretera para ascender al valle superior, aunque en este caso yo iba de vuelta descendiendo.
La foto siguiente a la entrada de uno de los túneles de la garganta, y el autobús postal suizo saliendo del túnel siguiente en medio del puente.
Una hora más tarde, cambio de escenario, porque estoy en la ruta del paso de San Bernardino, uno de los cuatro por los que se puede acceder al Cantón suizo del Ticino (de habla italiana) desde la suiza alemana, los otros tres son el San Gottardo, el Lucomagno y el Nufenenpass.
La parte más elevada del San Bernardino se salva con un túnel, pero haciendo turismo es mucho más interesante tomar la vieja carretera que sube a lo alto del puerto.
Las dos fotos siguientes a mitad de la subida del paso, como en todos los puertos suizos mucha moto y de vez en cuando roadsters subiendo y bajando. En la segunda foto una parada en buena compañía.
Y ya las dos siguientes ya arriba del todo del San Bernardino, que supera ligeramente los 2.000 metros.
Las dos siguientes fotos bajando hacia el cantón del Ticino
Y de puerto en puerto, porque a media tarde estaba subiendo el Nufenenpass, otra vez en dirección al Norte. Una foto al inicio de la subida.
La siguiente foto ya coronando el puerto, y como véis otra vez la nieve presente.
Blanquito estaba muy a gusto respirando aire puro de la alta montaña; la verdad es que está muy acostumbrado a rutear por estas latitudes y creo que se pone contento cada vez que regresamos.
Y por ahí ando yo también muy contento. Alguna vez pienso que en realidad debería haber nacido en Suiza (no se si en otra vida no habré vivido allí….) porque ese país tiene siempre una atracción especial para mí y me siento allí feliz rodeado de esas montañas.
Muchos “triciclos” como éste circulando por Suiza. Seguimos en lo más alto del Nufenenpass.
Con el zoom acercamos las montañas de la zona que se ven desde lo alto del Nufenen.
Para bajar el Nufenenpass hacia el norte la carretera tras las fuertes rampas y paellas iniciales, se mete por el fondo de esa profunda fosa que se ve abajo, para al final desembocar en el otro profundo que se ve en perpendicular más abajo, que es el valle por donde discurre el Ródano recién nacido en el glaciar que hay al lado del Furkapass. Como telón de fondo, del otro lado del valle del Ródano, se ve la barrera de montañas de la parte central de Suiza y también se ve uno de los glaciares de la zona que hay en altitud.
Bueno, el que se lee todo este rollo no dirá que al menos no aprende algo de geografía helvética...
Una foto sacada en el tramo de bajada del Nufenen, el la que se ve por donde va la carretera; como véis bajada muy vertical en los primeros tramos.
Más fotos bajando el puerto por la vertiente Norte del Nufenenpass
Descansando un rato para tomarme unas frutas y echar un trago de agua.
Casi llegando abajo te encuentras la imagen de un bonito pueblo de aspecto muy alpino.
Una vez abajo, seguí ruteando por el valle del Ródano en dirección Francia, dado que tenía un hotel reservado en un pueblo del otro lado de la frontera, concretamente en Les Gets. Y la última foto de esta etapa, subiendo el pas de Morgins que separa Suiza de Francia en esta zona, al fondo las montañas suizas del cantón de Vaud con la luz de la última hora de la tarde. Digo adiós a Suiza, bienvenida de nuevo Francia! Y media hora después estaba aterrizando en el hotel.
Y nada más por hoy. Seguirán las últimas etapas…