Avance informativoHoy hablaremos un poco acerca del
hotel de la Etapa 3: Es el
Demeure de Flore, y antes de nada vamos a ver su localización en el mapa de detalle 5 de la etapa.
Además de la ubicación del hotel marcada con un círculo y una H en el pueblo de Lacabarède, vemos en el mapa los últimos compases de la etapa, que tiene un recorrido muy curveado siguiendo pequeñas carreteras y nos ofrece algunas curiosidades interesantes, como por ejemplo la visión de los cuatro castillos fortaleza de Lastours situados en un bonito paraje, el ascenso por la garganta de Clamoux que recorre la carretera D112 o la ascensión al Pico de Nore a 1.211 m de altitud desde cuya cima se divisa un inmenso panorama circular que seguramente podremos apreciar bien en las últimas horas de la tarde -las
happy hours- cerca ya de la puesta de sol.
Pero regresamos a nuestro hotel de etapa que merece un pequeño comentario y os pido un poco de paciencia en la lectura de este avance porque hoy tiene un poco de historia.
El Domaine de Flore es en realidad una antigua
maison de maître del año 1890 emplazada en un parque privado de 2 hectáreas con árboles centenarios. En Francia el término
maison de maître define a una casa con arquitectura de carácter; se trata de residencias que históricamente fueron habitadas por profesionales notables o gentes de la alta burguesía del lugar, debiendo responder su estructura constructiva a las exigencias del estatus social de su propietario.
La pequeña y curiosa historia del actual propietario del hotel: Francesco di Bari, hijo de una modesta familia italiana de agricultores, decidió emprender a la edad de 14 años estudios de hostelería que culminaría con una formación en Palacio Kulm, hotel de 5 estrellas de St. Moritz (Suiza). Trabajaría más tarde en uno de los más importantes clubs privados de la Costa Esmeralda en Cerdeña, y fue aquí cuando su sueño de llegar a ser algún día propietario de su hotel comenzó a forjarse. Pasado un tiempo trabajó en Londres en el Palacio Hotel Savoy, otro reputado cinco estrellas. Francesco era a sus 20 años el más joven maître en este hotel, en el que cual tuvo la oportunidad de conocer y servir a la familia real inglesa.
En 1990 se le presentó una gran oportunidad; el director del hotel Savoy le propuso acompañarle en la reapertura de un nuevo palacio, el Old Course Hôtel, un cinco estrellas de St Andrews (Escocia) mundialmente célebre por su campo de golf ; allí continuó su trabajo compaginando el mismo con su participación en concursos para la elección del mejor maître de hotel de Esocia, logrando el primer puesto a la edad de 22 años, y consiguiéndolo de nuevo con 24 años.
En 1993 decide cambiar de ambiente y de país, se va a la lejana Australia y allí trabaja durante un año como director del Restaurante del Windsor Hôtel Palace en Melbourne. Un año después regresa a Gran Bretaña como director del restaurante de otro cinco estrellas : el Bath Spa Hôte Palace.
En 1995 se le presenta otra oportunidad magnífica y el Hotel Ritz de Londres le contrata como asistente adjunto al Director de su restaurante; poco después da el salto al cargo de Director del mismo.
Tras unos cuantos años trabajando algunos de los mejores hoteles del mundo, en 1997 Francesco decide ejercer en París; pese a su francés por aquel entonces todavía muy vacilante, su motivación y pasión le vale el ser nombrado primer maître en el restaurante gastronómico del l’Hôtel Bristol parisino, un reputado restaurante de estrellas Michelín.
En 1999 nuestro personaje piensa que está ya suficientemente preparado para afrontar su gran sueño. Sus viajes, sus experiencias y sus luchas le han dado la fuerza interior y la madurez necesarias para montar y dirigir su propio hotel y decide lanzarse a adquirir la propiedad de una vieja residencia señorial en el Sur de Francia, en el Haut Languedoc.
Desgraciadamente todo comienza mal… a los pocos días de su llegada, el valle sufre la peor inundación de su historia y el espléndido parque de dos hectáreas y la piscina que rodean la Demeure de Flore son casi devastados. Francesco hubo de hacer frente con todo su coraje a esta desgracia, tan imprevisible como lamentable en sus resultados.
Hoy, tras 25 años de trabajo que dejan en el olvido aquel desgraciado comienzo, Demeure de Flôre es un hotel en el que Francesco continúa ejerciendo ilusionado su profesión, recibiendo una clientela que aprecia el encanto, la armonía y la calma del lugar, y una cocina refinada y delicada con toques mediterráneos. Siempre ha pensado que "un plato debe ser como un cuadro que uno duda en degustar por temor a romper su armonía, pero con el que seguidamente se deleita" y esta filosofía trata de aplicarla a su trabajo diario.
Lo cierto es que no será la primera vez que los participantes de un Tour nos alojemos en este hotel pues estuvimos allí en 2015 y 2017; siguen algunas fotos y en algunas de ellas reconoceremos a caras conocidas en este club.
Y aquí nos quedamos por hoy, esperando que la lectura de este avance informativo no os haya resultado demasiado pesada pues sé que a veces me extiendo demasiado de detalles