ETAPA 3: Os de civís > BielsaEl que no corre, vuelaComenzamos en un glorioso y luminoso día la etapa 3 en Os de Civís. Desde nuestra ventana sólo se oían cantos de pájaros. Cantidad de ¿gorriones? llenaban cualquier cable disponible.
Lo primero antes de salir, y como si estuviéramos en un festival de música,
put your hands up! delante del hotel Os de Civís.
Esta etapa sería una etapa larga, en donde tendríamos que llegar hasta el valle de Arán, hacerlo entero y continuar entrando ya en altos pirineos por un buen trozo. Casi nada. Quizá a alguno le suene parte del recorrido en una concentración que organicé allá por 2019, en donde está fuertemente inspirada, aunque en sentido inverso.
Al turrón.
Ya en el briefing avisaba a los compañeros del primer cambio, y es que habiendo aprendido la lección de evitar andar una docena de coches por los centros comerciales de Andorra
, moví la parada para el avituallamiento/repostaje desde la via de salida de Andorra a un mercadona+Repsol en la afueras de la Seu d'Urgell. Menos exótico, pero más eficiente.
Y creo que hicimos bien, pues para salir de Andorra ya nos comimos un poco de atasco al pasar por la frontera. Ojo, y eso que era un lunes por la mañana, y los domingueros hacen tapón el domingo.
Una vez en territorio seguro y con los depósitos llenos, hicimos un tramo muy bonito y largo por la N260, para hacer el Coll del Cantó, que permite acceder al valle del Noguera-Pallaresa, parando a hacer un descanso/refrigerio en Llavorsí.
Un poco mas adelante nos esperaba uno de los gigantes en altura de la jornada, atravesar el puerto de la Bonaigua en una agradable subida que te deja en los 2072 m. Ahora sí, atravesamos el valle de Arán de lado a lado por su carretera principal, con unas vistas magníficas a las dos vertientes montañosas que cierran el valle. Cerca del final hicimos el picnic en Artiga de Lin, un paraje perteneciente al bosque de Varicauba, cerquita de Viella. Complicado de aparcar todos los coches, pero el sitio de picnic era amplio, tranquilo, con mesas y al lado de un río. Tan relajante era que Magí puso echarse una de sus siestas de 10 min. (No hay foto, pero obviamente sí hay vídeo.
)
Después de comer empezamos a jugar duro. Col du Portillon, y una subida a la estación de Superbanères a buen ritmo, y dependiendo de en qué posición estuviera cada uno, a buen buen ritmo.
Me encanta! Lo que ya no me gustó tanto es que la cima, un espacio enooorme de parking, estaba prácticamente lleno. Pero qué pasa este año en los pirineos!
Incluso el Gran Hotel de la cima, que suele estar cerrado fuera de la temporada de ski, estaba abierto. Lo bueno de estos subi-bajas es que tienes un 2x1, disfrutando del mismo recorrido pero el hacerlo para subir o para bajar lo cambia radicalmente.
Y otra cosa buena, es que si en la cima intentas hacer una foto al Gran Hotel, se te cuela en las fotos un bonito roadster pelirrojo.
Ya en el fondo nuevamente, había avanzado lo suficiente la tarde como para, a la altura del col de Peyresourde, parar a tomar unas crêpes y un refresco, para alegría del personal.
Un poco mas tarde, habiendo pasado el col de Azet y cerquita de Aragnouet, subimos a uno de mis sitios preferidos: la subida a los lagos de Neouvielle. La primera parte, entre vegetación, la tuvimos que hacer despacito debido al tráfico sobre todo de bajada que tuvimos. Y es que por la zona hay zonas muy buenas para caravaning, además de los que van al lago más turístico de los tres grandes, el bucólico Lac d'Oredon. Pero no es ahí donde íbamos nosotros. Allá donde la mayoría de turistas se quedan, nosotros seguimos subiendo y subiendo hasta el mucho más impresionante lago de Cap de Long. No me canso de verlo y de las vistas desde allí arriba, desde donde también se ve el lac d'Oredon.
No miento, mirad los que no lo conozcáis las vistas desde allí arriba:
Infructuoso intento de aparcar todos ordenados en la cima. Pequeños brotes de motín asomaban y alguno que otro aparcaba como le parecía...
Un buen rato de fotos en la cima, con muchas de las parejitas aprovechando para hacerse fotos bonitas en el entorno de la presa en altura. Qué buenos momentos, qué de risas y qué útil resulta un silbato cuando tienes a 20 roadsteros como pollos sin cabeza cada uno por su lado flipando con el paisaje.
Ale, recogiendo que cae la noche. Ya solo nos quedaba bajar de los lagos (> 2000 m) para poder cruzar la frontera hasta nuestro destino.
Esta vez nos tocaba dormir en un hostal muuuy sencillo pero conveniente. Ilustro con la recepción.
Menos mal que el precio fue acorde, y la cena que tuvimos en el restaurante anexo estuvo bien. En la cena también nos despedimos de Fito/Cata y de Stefan/Charo, que al día siguiente ponían rumbo para coger un ferry. Y es que Stefan y Charo, pronto por la mañana ya empezaron un rato con nosotro, y otro poco más, y otro poco mas... y acabaron alojados en un hotel cercano al nuestro.
De hecho hubo un momento tenso cuando recién acabábamos de hacer el checkin y Stefan ya había marchado al hotel que había reservado a unos pocos km.
Riiiiing!- José Luis, puedes preguntar si en el hostal donde estáis queda una habitación libre? ha habido un error con la reserva y esto está lleno.
- (cojoncillos subiendo por la garganta...) Stefan no me jodas, qué has hecho? Bueno, voy corriendo a preguntar a la chiquilla de recepción.Como me suponía, no quedaba ni una hab. libre en nuestro hostal, pero cuando llamo a Stefan para decírselo resultó que ya le dió tiempo a hacerse amigo del dueño y había conseguido in extremis una hab. que tenían en obras o algo así. Por los pelos!
Y nada más por esta etapa, muchas emociones que hay que digerir, y a descansar hasta el día siguiente.