Ainsss, que recuerdos con los relatos, fotos y vídeos.
Segundo día. Tras despedirnos del magnífico hotel todos a sus puestos y bajada a ritmo tranquilo por la Collada de Tosses, esos primeros km en todas las etapas eran un placer al menos para mi, buena temperatura (luego calentaba de verdad…) ritmo fluido, la luz que hacia los paisajes más espectaculares… y prueba de calibración de temperatura en los Boxters
Según nos íbamos acercando a Andorra, viendo las colas de salida de los franceses en la aduana empecé a ponerme “tenso”, primer intento que hicimos de aparcar frustrado, afortunadamente los Roadleaders sacaron de la chistera el plan B y conseguimos aparcar en el susodicho megaparking.
A partir de ahí no me relaje hasta la hora del picnic, y eso que quedaban aún tres horas o así. La primera en la frente, Markel y yo nos despistamos y perdimos a nuestra roadleader particular (Iratxe) yo que me pierdo en el pasillo de mi casa y Markel que es sangre de mi sangre teníamos un problema.
Nos recorrimos las 8 plantas dos veces sin saber si habían salido. Los encontramos en uno de los híper que por allí había y la sensación fue de estar en un concurso en la que tienes un tiempo determinado para llevarte todo lo que puedas…🤪 Todo salió bien, compra realizada razonablemente rápida y agrupados volvemos a los coches.
La segunda en la boca del estómago. Van saliendo todos del parking y quedamos Roberto, Markel y yo en el mismo nivel. Oigo una voz que no me gusta nada….AITA!!!
Me acerco a ver que quiere el heredero y me señala una mancha bien grande de aceite “fresco” que estaba en su parcela y que ve al mover al coche…
Me tiro al suelo, esta vez no para hacer flexiones y no veo nada que gotee, Markel no recuerda haber visto mancha alguna al aparcar.
A todo esto el grupo ya en camino al punte de repostaje, llegamos nosotros también y a comprobar nivel de aceite y/o manchas, nivel perfecto y sin manchas en el suelo así que empezamos a pensar que esa mancha estaba allí y que no la vio ( afortunadamente el Z ni gasta ni tira una sola misera gota de aceite) . Repostamos, y quiero que conste en acta que a pesar de todo lo anterior no fuimos los últimos en hacerlo
A partir de ahí más relajados a lo que contribuyó bastante salir de Pas de la Casa. Andorra es la guerra pero es que Pas es Vietnam, así que continuamos ruteando hasta el punto de picnic.
Para acceder a el y sin yo sin saberlo Jose Luis negócio hábilmente con la chiquita de la barrera y consiguió salvar el picnic y afortunadamente mi matrimonio
El punto de picnic me trajo recuerdos, buenos recuerdos, hace dos veranos cuando compramos el mx5 nuestro primer viaje con el fue a Andorra y uno de los sitios en los que estuvimos fue ese.
El reto del día una maravilla, mirador del Quer, interesantimas carreteras que no conocía después de ir a Andorra durante 27 años una, dos, y hasta tres veces al año para finalizar un hotel que parecía de postal. Rodeado de montañas, transmitía una paz increíble. A mi que gustas los “pajaritos” salir al balcón y ver infinidad de vencejos (en este caso eran pájaros aviones) cazando y alimentando a los polluelos que tenían en sus nidos a tres metros de nuestras cabezas fue un auténtico regalo.
Voy a colgar un par de fotos, ese día no pude sacar muchas y dejo ya el relato que me emociono y me ha salido un “poco” largo.