Pues sí, el 29 de julio, hizo 20 años que está conmigo.
Para conmemorarlo, salimos juntos a dar un paseo, a un ritmo tranquilo, por los alrededores de Madrid.
Podía comprobar que, a pesar de los años transcurridos, las sensaciones que me transmitía, eran iguales, o mejores, que durante ese primer encuentro en el verano de 2003.
Podía comprobar que, a pesar de los años transcurridos, el interior mantenía esa misma frescura de juventud.
Podía comprobar que, a pesar de los años transcurridos, su carrocería estaba igual de lustroso que cuando lo adquirí.
Mientras conducía, me vino a la mente esos amagos de separación, uno en 2011, otro en 2016 y más recientemente, a principios de este año, todos felizmente abortados. Me saltaban las lágrimas, solo de pensarlo.
Me vino a la mente tantas y tantas rutas efectuadas por España y por otros países de Europa, donde pude disfrutar de su comportamiento, comodidad y fiabilidad en todas las situaciones.
Cuando decidí, hace 20 años, de comprar un C4S nuevo pareció una locura, pero bendita locura. No me arrepiento en absoluto.
Muchas gracias, C4S, por tantos años de disfrute y de placer al volante.