Voy por mi última crónica.
16ª etapa: desde Champex a La ToussuireLa mañana empezó con los esforzados “detailers” dándole a la bayeta. Yo hice lo propio pero también me entretuve en tomar fotos. El hotel tenía una impresionante terraza-jardín sobre el valle pero las luces aún eran tenues.
Después del desayuno empezó a salir el sol como podéis comprobar.
Y como la cosa no arrancaba nos fuimos a hacer un poco de postureo delante del lago.
La primera parada del día fue el
Col du Grand Saint Bernard donde estacionamos primero en la parte suiza …
donde visitamos la tienda y había quien estaba interesado por los peluches y quien prefería la gastronomía
Después nos desplazamos al otro lado de la frontera y en la parte italiana digamos que era más religiosa.
El picnic lo realizamos en el
Col du Petit Sant Bernard, protegidos del viento por una pequeña ermita.
A continuación nos acercamos al antiguo hospicio donde el único bar abierto era tipo kiosco. Personalmente di cuenta de un ristretto en vaso de papel y posteriormente tuvimos tiempo hasta de relajarnos
con vistas al pequeño santo.
Al
Col de la Madeleine ascendimos sobre las 7 de la tarde con la carretera bastante solitaria. Jota y yo aparcamos juntos y aproveché para hacerles unas fotos a los dos Boxsters aunque la luz ya no favorecía. Hasta le pedí a Ariàn que me hiciera una, así tenemos constancia de alguna foto hecha por él en el hilo
Y después, en un momento que el astro rey se dejo ver, pudimos hacernos una de los coches delante del granito que compara el puerto con los cercanos.
Y finalmente ascendimos a la estación alpina de
La Toussuire donde nos hospedamos en el
hotel Beausoleil donde recuerdo que disfrutamos de una estupenda cena con doble postre (quesos y dulce). Os dejo el resumen del ordenador del coche, la vista desde nuestra habitación y la habitación misma.
Esa noche, a pesar de la confortable cama, me costó conciliar el sueño. El hecho de que al día siguiente me despediría del grupo y junto con Tonipep y Carme emprenderíamos viaje de regreso a Barcelona me provocaba sentimientos encontrados. Por una parte feliz de haber participado en casi 12 etapas con una gente maravillosa capitaneada por un roadleader sin parangón, y por otra cierto grado de pena por tener que finalizar la participación y separarme del grupo. En fin, como decía Sandro Giacobbe en el Jardín prohibido: “la vida es así, no la he inventado yo”
Noies i nois, nada más añadir que ha sido un honor haber formado parte de este Grupo y que me ha encantado contribuir con lo que tenía en la cámara y mis recuerdos a que este Tour RSC 2022 perdure durante mucho tiempo en nuestras retinas.