Venga pues vamos con la
Etapa 12, quizá la más “revuelta” a nivel meteorológico, pero que también nos deparó buenos ratos descapotados y paisajes espectaculares.
El día amenazaba lluvia desde primera hora en Niederthai, si bien nos dio una tregua de unas horas, suficientes para hacer el rutómetro al aire libre…
Una vez desayunados y con los coches cargados, hicimos una foto todos juntos con los coches frente al hotel, aquí los veis ordenados de mejor a peor
Primera parada el el “Timojof” como yo le llamo. Subida con bastante tráfico y la lluvia empezando a hacer su aparición, pero aún permitiendo llevar la melena al aire:
La cosa se complica en la subida al Jaufen pass (el Jaimito para Lorena
), niebla, lluvia…nada que ver con el año pasado que lo subimos ligeritos…y la bajada, pues igual, pero con menos niebla...
Tras el descenso buscamos punto picnic, sigue lloviendo y acabamos en un parking (decía Manel que en San Leonardo pero creo que es en Vipiteno, porque antes hicimos el jaimito seguro)…
Tras comer en los coches (única etapa que recuerde), toca la subida al Penserjoch o Passo Pennes, sigue el mal tiempo pero va dejando de llover. Paramos en la cima a tomar un café…
Tras el cual, como se alarga, aprovecho para dar un paseo y subir a una colina cercana aprovechando que ya no llueve. El paisaje es impresionante:
No puede faltar foto postureo en el letrero del puerto, claro…
Proseguimos camino y ya entrada la tarde nos adentramos en los Dolomitas. Como ya han comentado, una pena no haber podido hacerlo con más calma y paradas para hacer fotos, porque la zona es preciosa.
Aún así nos apañamos para hacer alguna foto tanto en alguna parada breve, como en marcha…las nubes bajas, el sol reflejándose en las montañas…sin palabras.
Nos saltamos el Pordoi porque está anocheciendo, y tiramos directos al hotel en Mazzin. Esa parte de la ruta ya con poco tráfico fue bastante más dinámica.
En principio no había cena prevista, y varios toureros se quedaron en el hotel tirando de provisiones. Sin embargo otro grupo nos acercamos a probar suerte a una pizzería cercana, y acabamos cenando allí. ¿Quieres rúcula? ¡Pues toma rúcula!
Y así culminó la etapa en el corazón de los Dolomitas.