Ojalá fuese posible, pero realmente son diferentes. Hay diferencias palpables, y la manera de pensar es distinta.
Por lo general: se expresan de forma indirecta, y esperan a que lo captes... tienen cambios de humor y sentimientos que van en contra de la razón... etc.
Por favor, si alguna chica me lee, que no se cabree, no tengo ánimo de ofender ;-)
Claro claro, pero eso está en la condición humana, no sólo en la suya. Está en la condición de cualquier primate en realidad.
A lo que voy es que esas diferencias que aprecias o apreciáis algunos, pues existen (o no), pero no definen lo que es dentro de nuestra especie. A una mujer, si la tratas como a una "mujer" (si la tratas a priori como a alguien que se expresa de forma indirecta, y cambia de humor y todo eso que has dicho que hacen), por supuesto que se va a comportar así. Pero no es más que una profecía autocumplida. Igual que vas a hacer tú si yo te trato pensando en que vas a cambiar de opinión, de humor de forma repentina, que vas a ir con segundas para hablar conmigo... terminarás comportándote exactamente así, al menos, para mí (y seguiré entonces comportándome de modo que refuerce mi idea previa sobre ti)
Prueba a tratarlas como a personas (tal y como tratas a los colegas, por ejemplo; y no hablo de palabras o gestos, sino de actitud), sin mirar qué tienen en el gañote, y ya verás cómo dejas de ver tanta irracionalidad en su comportamiento. Y, en realidad, las mujeres son todo lo contrario a eso
No tiene que ver con sexo, género o cómo se quiera llamar. Y por favor, ya que hablamos de esto en serio, dejemos durante unos posts las bromas aparte y la "guerra de sexos" ahoravaaentrarfulanitayosvaisacagarlostíos. Tiene que ver con qué se ve en alguien, qué se espera entonces, y cómo nos comportamos para cumplir esa expectativa (que es nuestra tendencia general, y la de todos los primates, confirmar y/o reforzar las ideas previas - si queréis me extiendo más sobre esto
), cumplir esa expectativa, decía, sobre alguien o sobre nosotros mismos (y ésta es la gran diferencia, dada por educación, entre el común de los hombres y el común de las mujeres: en quién ponen el centro de la expectativa en sus relaciones sociales).
P.D.: de algo me tenía que servir la vida la carrera que hice, aleluya!