Dado que he pasado el mes de agosto en Madrid, he aprovechado para seguir haciendo cosas al Boxster.
Aunque no se trata de una modificación, la revisión de cada dos años es un "must" y tocaba la de los 10 años en agosto.
Cuando decidí que iba a hacer algo diferente con este coche, hice algo que nunca había hecho en la compra de otros Porsche de segunda mano- no exigí una revisión previa en un concesionario oficial.
Lo hice porque tanto en la inspección ocular como en la prueba por carretera, noté que el coche estaba en muy buen estado. Además, me informó el vendedor que ellos hacían una revisión pre-compra en sus propios talleres y que el vehículo venía con una garantía completa por un año.
Sabiendo que la próxima revisión tocaba en agosto, me arriesgué un poco, pero en la confianza que todo estaba bien.
En los kilómetros que he hecho hasta ahora, incluyendo la concentración de la Selva de Irati, no he notado problema alguno.
El lunes pasado, llevé el Boxster al servicio oficial y lo subimos al elevador para una inspección visual de los bajos.
Estaba todo impecable, ni una mancha. Me fijé sobre todo en los brazos de la suspensión trasera. Nunca había visto unos tan relucientes.
Además, pudimos observar que las pastillas de freno habían sido cambiadas recientemente.
Todo positifo.
Cuando lo he recogido del taller después de tres días, observé que la factura, además de la descripción de los trabajos efectuados y piezas cambiadas, contenía una pequeña nota a pie de página………………..