Algunos apuntes sobre el hotel de la etapa 18Hemos llegado a la última etapa del Tour 2022, que con 415 km de recorrido podemos decir que tiene dos partes de interés y en medio de ambas un tramo de autopista de 163 km entre las cercanías de Avignon y la ciudad de Narbonne.
Con respecto a su primera parte, sólo hay que decir que es difícil comenzar mejor la última etapa del Tour que afrontando de nuevo la ruta del Mont Ventoux, pero en sentido contrario al realizado en la tarde de la etapa anterior y con el frescor de la primera hora de la mañana. Realizaremos pues el ascenso al Mont Ventoux por la vertiente Sur descendiendo después por la Norte, lo que nos ofrecerá una percepción de la ruta diferente a la que hemos tenido en la anterior etapa, tanto desde el punto de vista del trazado como desde la perspectiva paisajística y panorámica.
Ya al pie del Mont Ventoux nos dirigiremos hacia Avignon y cerca de esta ciudad tomaremos el citado tramo de autopista que nos dejará al Sur de Narbonne; a partir de aquí comienza la segunda parte de la etapa a través de la comarca de Las Corbières y el País Cátaro. En esta parte del recorrido, que realizaremos por la tarde, vamos a rutear por una zona interesante, siguiendo mayoritariamente pequeñas carreteras con un recorrido en el que el paisaje se mezcla con aspectos culturales vinculados a la presencia de los cátaros a lo largo de varios siglos del medievo.
Podemos ver esta parte final de la etapa en los dos mapas siguientes (5 y 6 de la misma).
Al hotel escogido para finalizar esta etapa le tengo especial querencia por varias razones. Para hablar de la primera, muy emocional para mí, tengo que remontarme a junio de 2002 cuando hace ahora 20 años -que se dice pronto- acababa yo de comprar mi primer roadster, un precioso Mx5 Mb verde inglés que me tenía absolutamente enamorado. A las pocas semanas de tenerlo decidí participar en la primera concentración de roadsters de mi vida; curiosamente se celebraba en Francia en la comarca de las Corbières y de los castillos cátaros y el hotel de alojamiento era justamente el de esta etapa. El mismo hotel acogería siete años después en 2009 un Tour que organicé en el Bmwfaq y ya en RSC pernoctaron en el mismo los Tours RSC 2011, 2017, 2018, 2019 y 2021. Por estas razones emocionales, pero también por el hecho de ser el último hotel en el que despediremos este Tour RSC 2022, me voy a extender en el comentario descriptivo algo más de lo habitual.
Se trata de la
Hostellerie du Grand Duc, ubicado en la tranquila aldea de Gincla escondida en el fondo de un valle rodeado de vegetación.
El hotel ocupa una noble y antigua casona, una “Maison de maître”, que en Francia define a una casa con arquitectura de carácter que históricamente fue habitada por personajes notables o pertenecientes a la alta burguesía del lugar, respondiendo su estructura constructiva a las necesidades derivadas del estatus social de su propietario.
La casa, que data del año 1780, cayó en el total abandono en el siglo pasado; sus actuales propietarios Martine y Bruno Bruchet, enamorados del edificio y de su ubicación lo adquirieron en el año 1978 en un estado muy cercano ya a la ruina y desvencijado en varias de sus partes tras el abandono en el que estuvo sumido durante muchos años. En una de sus primeras exploraciones del edificio subieron al desván ubicado bajo la techumbre y allí se llevaron un susto mayúsculo al escuchar la honda respiración de algún ser vivo; no tardaron en descubrir que la casona tenía un particular habitante: un enorme búho real -un “Gran Duque”, la mayor de las rapaces nocturnas con una altura que alcanza hasta los 73 cm y una envergadura alar puede llegar a los 2 metros. Aquel curioso e inolvidable encuentro sirvió para que Martine y Bruno no tuviesen ninguna duda de que «Grand Duc» -Gran Duque- iba a ser el nombre de su futuro hotel.
Con energía e ilusión se pusieron manos a la obra y comenzaron un paciente y meticuloso trabajo de recuperación del edificio. Unos años más tarde inauguraban una hostelería rural de 12 habitaciones cuya gestión es completamente familiar y en la cual acogida es siempre amable y cercana. A la hora de sentarnos a la mesa, una hermoso jardín romántico si la temperatura es buena o un elegante comedor en el que ambiente rústico y clásico se mezclan, sirven de marco para saborear una cocina refinada y creativa con toques regionales.
El hotel ha ido mejorando con pequeñas reformas realizadas a lo largo de los años y sus instalaciones nos ofrecen hoy un confort actual respetuoso con el alma y el carácter del edificio.
El búho “Gran Duque” que dio el nombre al hotel
Y tras esta introducción unas fotos que ilustran un poco mejor este hotel.
A la derecha Bruno y Martine, y a la izquierda su hija Sandrine y su marido Jérémie, la familia que fue capaz de convertir una gran casona en decadencia en el hotel con encanto que hoy es.
El edificio del hotel y su jardín romántico y algunas imágenes del interior.
Como curiosidad, siguen varias fotografías en este hotel correspondientes a cada uno de los Roadster-Tours que pasaron por aquí.
Si queréis visitar la página de este hotel es ésta:
http://hostelleriedugrandduc.com/Con este comentario finaliza un recorrido en el que a lo largo de los últimos meses hemos realizado una somera descripción de algunos aspectos de los finales de etapa del Tour y de los hoteles elegidos para cada una de ellos.
En el cuadro siguiente figura el detalle de los 19 hoteles de este Tour. Dicho cuadro irá incorporado al rutómetro.