Uno de los placeres de conducir a cielo abierto es poder escuchar (mejor) el sonido del motor. Más aún si conduces por el hábitat del roadster, los puertos de montaña, y el sonido del motor rebotando en las laderas. Un día soleado y una temperatura agradable, la brisa en la cara y a disfrutar. No se me ocurre nada mejor.
Me quitas el sonido del motor y eliminas una parte importante de la ecuación. Puesto que le quitas uno de los 5sentidos con los que disfrutar, el oído. Y no es poca cosa, prueba a ver una película de miedo sin volumen, verás como automáticamente deja de dar miedo. El sonido aporta muchas sensaciones, muchisimas. Yo lo considero esencial en un vehículo de disfrute.
Ahora bien, si hablásemos de un utilitario para ir del punto A al B, ahí me daría exactamente igual.