Bueno, vamos a por el resumen.
En mi caso podríamos decir que la ruta la empecé en noviembre.
Había pasado en Huesca toda la semana deñ 4 al 8, por otros asuntos, y decidí darme un garbeo por el centro neurálgico de la conce, antes de volver a Burgos.
Tuve cierta fortuna, pues hizo una mañana de lo más agradable para ir descapotado. Creo que Fastboy y yo no nos cruzamos de pura chiripa.
Esto fue lo que vi el sábado 9 de noviembre, en un día soleado.
Arboles otoñales y el embalse muy vacío.
En el resort debían de estar haciendo los preparativos de alguna boda, porque estaba relativamente animado, para ser por la mañana.
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También hubo nieve y fue la primera vez que voy descapotado en esas condiciones. Resulto una experiencia de lo más interesante.
OK, después de esta breve precuela vamos a por el relato de los días de la conce.
Preconce:El jueves 5 por la tarde noche, de tapeo por los lugares secretos en Zaragoza, con la compañía de varios de los integrantes del comando maño.
Buen banquete nos pegamos, sobre todo de quesos, así que bien de agua se tuvo que beber a posteriori para quitar la sed
El viernes 6 por la mañana, partiendo de Zaragoza con el comando maño, dirección a Barbastro, hacemos una parada en el Monasterio El Pueyo, para admirar el panorama, que no estaba nada mal.
El viernes, ya por la tarde y después de comer en Ligüerre, haciendo una ruta con un recorrido circular hacia el este, paramos a mitad de ruta para hacer una breve visita a la localidad de Roda de Isábena, colocada estratégicamente en lo alto de la colina, cual atalaya de vigilancia.
Este balcón con los adoquines erosionados tenía el aspecto de un bizcocho
Y daba acceso a una buena vista panorámica, en este caso al atardecer.
Ya, adentrándonos en Roda de Isábena
De vuelta en Ligüere, para la cena en la inmensa mesa "rectangular", algunas instantáneas de los socios (tanto novatos como veteranos), en animada conversación y muy contentos después de disfrutar de la ruta vespertina
La mañana del sábado 7 ya nos saludaba con niebla, para aportar un toque de misterio y compañera de ruta a ratos para el resto de la conce.
La ruta del sábado también tenía un recorrido circular, pero en este caso, orientada al oeste. Lo primero había que parar a repostar en la localidad de Aínsa, pero dado lo limitado del tamaño de la estación de servicio, los roadsteros acabamos un poco desperdigados.
El paraguas de Kike nos sirvió de faro para congregar de nuevo a todo el grupo
Bien, después de rutear un ratito y parar a tomar el café de rigor, seguimos camino hasta el Castillo de Loarre. Para nuestro asombro el aparcamiento del la cumbre estaba "atestado" de visitantes, por lo que tocó aparcar en la explanada más modesta, carretera abajo.
Harry09, tienes el TT con un interior envidiablemente singular. ¡Muy chulo!
Y también tocó andar para subir al casquillo, por la ruta de acceso de los "modestos", a los pocos que nos atrevimos a subir hasta arriba, nos pudimos deleitar con unas estupendas panorámicas de la zona.
Después de visitar el castillo y de avanzar más en la ruta, paramos a comer en la localidad de Siétamo, en la Posada Abadia de Siétamo. El menú carnívoro, con el ternasco, estuvo a la altura y delicioso. Casi salimos rodando para hacer la foto de grupo antes de continuar ruta, ya camino de Ligüerre.
Antes de llegar se decido pasar por El Grado para principalmente pegarle una limpieza a fondo a las monturas, que habían quedado con mucha mugre y salitre. Parecía un festival en la estación de servicio, con la nubes de agua confundiéndose con la niebla que había en ese momento y las luces de los roadsters cual haces de láser.
La cena fue también entretenida, barajados de otra forma, con las vivencias del día para compartir.
El domingo 7 por la mañana las monturas ya nos saludaban con otra cara
El primer tramo de la ruta del día discurrió por la zona umbría, por lo que encontramos algunas placas de hielo y pudimos practicar un poco el deslizamiento controlado.
Paramos en el parking del Río Vero, para admirar el panorama del valle salpicado por lenguas de niebla.
Un poco más adelante, en la localidad de Colungo, paramos a tomar el café de la mañana. Recuerdo dos cosas: la primera es que el pueblo parecía estar tomado por cazadores (múltiples coches había arrastrando remolques llenos de canes) y segundo que la venerable paisana que regentaba el Mesón compartió con alguno de nosotros algunas fotos antiguas de los bólidos que tenían en la época.
Después de la pausa seguimos camino, sin parar, hasta la fabrica de chocolates Brescó, la cual encontramos en plena ebullición pre-navideña.
Aquí vemos al presi huyendo con su dulce botín
La tienda era un paraíso para los más golosos
Despues de aprovisionarnos de chocolate y otras delicatessen, algunos compañeros de ruta ya se despidieron para ponerse camino a casa.
El resto nos fuimos de vuelta a Barbastro, haciendo uno poco de ruido al pasar por los túneles, para comer en la brasería Ermita San Ramón, en lo alto de la colina.
Buen papeo nos pegamos
Ya después de comer y tras las correspondientes despedidas, cada cual puso dirección a su casa.
Opte por la ruta Barbastro - Ejea de los Caballeros - Tudela - Soria - Burgos.
Como curiosidad, mientras iba atravesando por las "Bardenas Reales", vi cruzar a un jabalí del tamaño de un armario por la carretera a unos 200 metros. Aminoré bastante por si acaso lo iba persiguiendo un Obelix
Entre Huesca y Soria lloviendo sin parar. Entre Soria y Burgos niebla a tope. En resumen, un retorno entretenido.
¡Nos vemos pronto!
¡Un
a todos!