Etapa 12. Mis impresiones con algunas imágenesOtra etapa en la que seguimos de lleno en los Alpes, comenzando en territorio italiano con el ascenso del Passo del Stelvio por su vertiente Este, para continuar desde su cima, y entrando ya en Suiza, con el descenso del Umbrailpass. Poco después vendrían más rutas de montaña con el Pass del Fuorn y el Fluelapass. En sesión vespertina tendríamos un largo tramo panorámico siguiendo el borde Sur del lago de Wallen, al que seguiría después un recorrido por el bucólico valle de Klöntal bordeando el lago que lleva su nombre y ascendiendo seguidamente al Pragelpass por una pequeña carretera de montaña. La etapa proseguía con más montaña ascendiendo al Klausenpass por su vertiente Este y llegaba a su término dos pasos de la cima de este puerto a 1.948 m de altitud, en el emblemático hotel Klausenpasshöhe.
Nos situamos echando un vistazo al recorrido general de la etapa en el siguiente mapa:
Comenzaba la jornada con un buen desayuno en el comedor del hotel Madatsch, situado en la vertiente Este del Passo del Stelvio, y ahí estamos…, mejor dicho, ahí están los participantes de esta etapa salvo quien suscribe que se encontraba tras el objetivo de la cámara.
Poco después, iniciábamos el ascenso al Stelvio por su vertiente Este, sucediéndose una tras otra sus 48 “tornanti”; en la primera hora de la mañana el puerto tenía poco tráfico así que pronto nos plantamos en su cima; unas fotos de retrovisor que pude hacer subiendo el Stelvio.
En esta etapa, nuestra diaria “sesión rutómetro” no la hicimos en el hotel, sino a 2.800 m de altitud en
“El Tibet”, un bar-refugio desde cuyos ventanales se divisa la extraordinaria panorámica de toda la vertiente Este del puerto. Podemos decir que fue éste un “café de altura”.
Una parte de las vistas que desde allí arriba se disfrutan.
Bajando desde
“El Tibet” hacia la cima del Stelvio que está en una cota inferior.
En el momento en que pasábamos por la cima iba tras el NC de Ozelui y Gema. Aquel lugar está plagado de tiendas en las que se pueden adquirir toda clase de recuerdos.
Un rato más tarde llegábamos a la cima del Umbrailpass, situada a 2503 m de altitud; justo llegando allí tuvimos un bonito momento celebrado por todos, cuando un emocionado Ozelui nos anunciaba por el móvil que acababa de tener noticia de que un estudio de investigación llevado a cabo en su centro de trabajo, y en el que él muy directamente participa, acababa de ser objeto de un importante reconocimiento a nivel internacional.
Y para celebrarlo…todos felices con una foto de grupo en el poste del Umbrailpass.
Seguimos en la cima del Umbrail y estamos justo en la frontera entre Italia y Suiza.
El descenso del Umbrailpass fue otro momento magnífico pues la mañana estaba deliciosa, con una fenomenal visibilidad y una temperatura perfecta; lo cierto es que me centré en el volante y en la admiración del paisaje y la cámara de fotos se quedo quietecita.
Ya algo más tarde hicimos una parada en la cima del Pass del Fuorn, a la que corresponden las siguientes fotos, incluyendo ¡como no! la correspondiente al grupo junto al poste del puerto.
Vino más tarde la ruta del Fluelapass, bien conocida para los “toureros con pedigree", ya que se incluyó un buen número de veces en el recorrido de los Tours RSC de los últimos años. Llegando a la cima de este puerto las nubes jugaban con el paisaje y por momentos la niebla invadía la carretera pero afortunadamente la cima estaba despejada con lo que, una vez más, quisimos llevarnos el correspondiente recuerdo fotográfico junto al poste del puerto.
Y llegó el momento del picnic de la etapa, que hicimos junto al pequeño lago de Schwarz no lejos de la localidad de Davos en un entorno de hermoso paisaje; siguen unas cuantas fotos en este bucólico lugar que hablan por sí solas.
En las fotos siguientes aparece otro lago, pero no tiene nada que ver con el anterior pues estamos ahora unos 70 km más adelante; se trata del Walensee, uno de los grandes lagos de la Suiza central.
Continuamos adelante, y más tarde llegaba el momento de emprender una ruta alpina muy poco conocida y no exenta de atractivo; se trata del Pragelpass, que recorre una pequeña carretera que tras bordear en sus primeros tramos el atractivo valle de Klöntal, asciende luego hasta los 1.550 m de altitud atravesando un paisaje agreste y bucólico a la vez; al llegar arriba, praderas, cabañas de pastoreo y muuuuuuuchas vacas que son las verdaderas dueñas y señoras de estos dominios. Creo que este pequeño puerto de montaña, en cuya carretera no nos cruzamos prácticamente con ningún otro coche, nos gustó a todos los participantes (bueno…. quizá no a todos….
porque alguno no estaba muy a gusto en este tipo de pequeñas carreteras alpinas en las que el roadster ha de compartir la estrecha calzada con las señoras vacas…
) Y naturalmente, en la cima del Pragelpass no podía faltar la foto de rigor; creo que las caras de todos delatan el subidón que teníamos en aquel momento
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Se da la circunstancia de que muchos de los grandes puertos de montaña de los Alpes tienen en su cima un quiosco en el que se pueden adquirir recuerdos del puerto (escudos, pines, pegatinas, etc). Este pequeño y poco transitado puerto carecía de tales lujos y no fue posible aquí adquirir la pegatina de recuerdo que varios participantes estábamos coleccionando. Pero semanas más tarde, ya de regreso a casa, nos llevamos la sorpresa de recibir en casa un sobre postal que contenía un bonito detalle por cortesía de Ozelui: unas pegatinas diseñadas por él mismo con la simbología propia del puerto, su paisaje, sus vacas, la bandera suiza y los escudos de los dos cantones que su cima separa. José Luis quiso que aquel recuerdo vivido en el Pragelpass quedase así plasmado en el pequeño adhesivo. ¡Mil gracias por ese detalle amigo!
Mi última foto del día, retornando ya por la ruta del Pragelpass -que hicimos en un ida y vuelta- atravesando el precioso valle de Klöntal que en la subida del puerto habíamos hecho antes en la dirección contraria.
En este momento restaban todavía unos 50 km para finalizar la etapa, incluyendo como guinda final el ascenso al Klausenpass, y había que “palillar” para no retrasar demasiado la llegada al hotel, de modo que me dediqué a conducir y la cámara de fotos quedó para mejor ocasión.
Dormir a casi 2.000 m de altitud en el viejo y mítico hotel Klausenpasshöhe, que data del año 1902, siempre es una bonita experiencia en una excursión por Suiza, y en esta ocasión también lo fue sin duda alguna.