Etapa 6. Mis impresiones con algunas imágenesLa sexta etapa del Tour se repartía entre las regiones de Limousin y de Auvernia con un recorrido de bastante variación paisajística pero siempre dominado por las tonalidades frescas y verdes del macizo central francés. Sobre el papel estaba prevista la ascensión en teleférico a la cima más elevada de este macizo, el Puy de Sancy, pero una meteo con fuerte nubosidad que tapaba completamente la cumbre nos hizo desistir del proyecto, pero sí visitamos algunos otros lugares, ruteamos por el emblemático Col de la Croix Saint Robert, visitamos el lago Pavin, sin duda el más bonito de Auvernia, y recorrimos los solitarios paisajes de las altas praderas del Cézalier.
Para situarnos podemos echar un vistazo al recorrido general de la etapa en el siguiente mapa:
Como siempre me sucede, las fotos que yo tengo no son en absoluto representativas de todo lo vivido en el recorrido y recogen solamente algunos momentos puntuales aportando unas simples pinceladas sobre lo que la etapa fue.
Y comenzamos este breve paseo virtual en el momento de salir del hotel
“La Closerie”, en el que habíamos pernoctado, situado a las afueras del pueblo de Eymoutiers; en la foto, la pareja propietaria del hotel con su hija despidiéndose de nosotros en el momento de iniciar la ruta.
El día había amanecido nuboso y con amenaza de lluvia, pero lo cierto es que no hizo presencia prácticamente en todo el recorrido de la etapa y la meteo fue mejorando progresivamente con el avance de las horas. Tras una media hora de ruta llegábamos al lago de Viam, uno de los de mayor extensión del Limousin; en las fotos se aprecia una parte del lago con los participantes del grupo muy sonrientes.
Los roadsters en el aparcamiento frente al mirador en el cual nos habíamos detenido.
Donnacanya le sonríe al objetivo de la cámara.
Cuando estábamos solos en aquel lugar me percaté de que una animada música tomaba más y más fuerza -era Magicar que había dado volumen al equipo de su Z3 para animar el cotarro
-; el caso es que de repente veo que Lorena y él
se sueltan la melena emprendiendo un baile emparejados… la foto congela un momento de la simpática escena, pero alguien tiene por ahí un “vídeo secreto” que testimonia ese arrebato
, en realidad uno de esos momentos que sólo surgen cuando uno se encuentra viviendo un momento feliz alejado de cualquier preocupación.
Continuamos ruteando por el Limousin y entramos en Auvernia por la divertida ruta de la garganta de Avèze; en ese tramo había cambiado de roadster y llevaba el Mx5Nd de Kalamero, por lo que huelga decir que de fotos nada... bastante tenía yo con centrarme en la conducción de su Mx5 Nd, no en vano era la primera vez que me sentaba al volante de un Nd, que me pareció ligero y divertido, aunque he confesar que, acostumbrado a los virajes casi planos del Boxster en curva, encontré al Nd con un balanceo en el paso por curva bastante acusado, aunque es cuestión de acostumbrarse porque con el paso de los kilómetros el coche ya me iba transmitiendo confianza.
Algo más tarde, a media mañana, parada refrigerio en el pueblo de Tauves con unas fotos del “momento Perrier”.
En la fachada de una casa del pueblo situada frente a la terraza en la que estábamos se conservaba una señalización tradicional Michelín de las que en Francia se utilizaban a mediados del siglo pasado y que aún pueden verse en muchos lugares del país. Es bonito conservar estos nostálgicos recuerdos de otros tiempos en los que el turismo interior en el país vecino ya era una realidad cuando en España todavía andábamos en pañales en la materia.
En la ruta del Col de la Croix Saint Robert en su bajada por la vertiente Este hicimos el picnic de la etapa, pero un un rato antes pasábamos por la cima del puerto en medio de nubes bajas que por momentos se convertían en niebla; justo en la cima paramos un breve momento que dio de sí lo suficiente para hacer una foto, y digo breve porque allí arriba hacía un viento frío que no invitaba demasiado a recrearse en la jugada.
Continuamos ruteando por Auvernia y por nuestra izquierda aparecía en el horizonte una de las cumbres emblemáticas de la región que es un antiguo volcán: el Puy de Dôme, que fue en muchas ocasiones fin de etapa en el Tour de Francia. Comentar que la carretera que sube a su cima, que es muy chula pues va rodeando la montaña en sucesivos círculos concéntricos y tuve ocasión de hacer en moto y en coche en más de una ocasión, no resulta desgraciadamente accesible desde hace unos años más que previa solicitud de autorización que sólo se otorga para eventos especiales, y la subida hasta la cima ha de realizarse actualmente mediante un tren de cremallera.
Continuamos con un nuevo tramo de la etapa y llegábamos al emblemático lago Pavin, de origen volcánico, con 97 m de profundidad y una forma de círculo casi perfecto rodeando de bosques
Ya más adelante ruteábamos por las alturas del Cézallier entre grandes praderas de montaña; tras una parada café en el Col de la Cabane hacía las siguientes fotos justo antes de retomar el recorrido.
Ya en la última parte de la etapa visitábamos un viejo pueblo con encanto: Lavaudieu, con su abadía fundada en el siglo XII.
Magicar en una de las entradas al pueblo.
Más fotos con la torre de la iglesia de la abadía.
Y siguen unas fotos muy floridas con algunos de los participantes en nuestro paseo por Lavaudieu.
Foto de grupo en la plaza del pueblo, en la que el ambiente era de absoluta calma.
Poco después llegábamos al hotel de fin de etapa, el Domaine de St. Roch situado en el pequeño pueblo de Salzuit; allí nos estaban esperando Ozelui y su chica Gema, que se incorporaban al Tour en la etapa 7 pero ya hacían noche en el hotel de la 6, y también los compañeros Artic y su hijo Junior, que estaban haciendo un viaje privado por Europa y por coincidencia de tramos se unían al grupo acompañándonos en las dos etapas siguientes.
Mi última foto del día la saqué desde la ventana de la habitación que compartía con Magicar un poco antes de bajar a cenar; el sol poniente iluminaba con sus últimas luces el paisaje del Sur de Auvernia que teníamos frente a nosotros desde la privilegiada atalaya del hotel.
Tuvimos después una animada cena y antes de irnos a dormir algunos fuimos a dar un paseo por el pueblo, en el que un local social con música en vivo conmemoraba una festividad local.
La noche estrellada era presagio de la bonita jornada estival que tendríamos al día siguiente…