Pero es que Mini tiene una historia de matagigantes absolutamente épica, hamijos, eso lo sabemos bien los conocedores de MG-Rover, Austin, Morris, etc. Para entenderlo hay que conocer bien su historia, básicamente, la historia de cómo un perolín diseñado por un visionario como coche para la city, fue puesto a competir, con muy muy poca pasta y mucha ilusión por parte de cuatro locos, e hizo que se comieran los mocos en varias ocasiones las marcas más grandes.
No es una incorporación cualquiera al WRC. Aquí lo que pasa es que BMW quiere llevárselo crudo y ya está, y si para ello tiene que arrastrar el nombre de Mini lo hará, olvidaos de todo lo demás. Ahora sacará un No-Mini de éstos que se ha inventado, que del concepto original no tienen nada, pondrá toneladas de dinero, y no será lo mismo.
Y tened claro que se va a arrastrar, BMW no sabe hacer coches para rallyes, al menos que se sepa nunca ha hecho nada en este sentido (y por mucho que esté Prodrive, no es lo mismo partir de un Impreza que partir de un Mini; en todo caso, ya se ha visto lo que ha hecho Subaru estos últimos años en WRC: nada), y además BMW no va a mantener años y años y años a Mini en los rallyes hasta conseguir resultados.