Cada vez me dan más aburrimiento los supercars.
Harían mucho mejor en hacer coches espectaculares pero que se pudieran vender, para al menos poder verlos.
Qué más me da a mi que hagan un pepinaco, con un precio estratosférico (o directamente prototipo no a la venta), que, aún sabiendo que existe en algún lugar del mundo, no lo veremos nunca, ni lo oiremos ni nada.
Y que aunque lo tuviéramos, no lo podriamos ni usar porque son demasiado anchos y potentes para muchas carreteras secundarias.
No sé, es mi opinión