Etapa 6You'll never drive aloneUna mañana soleada nos daba la bienvenida a todos en pleno macizo del Vercors. No obstante parece que no todos pudimos dormir igual de bien. Recibíamos un mensaje de los Mivis contándonos que los problemas de olores que habían detectado cuando nos alojamos, habían ido a peor y habían tenido que ventilar en plena noche, y con el frío alpino.
Efectivamente, como luego nos contaron fue una noche para olvidar. Cierto también es que el propietario del hotel se deshizo en disculpas. Y es que parece que no tenía margen de maniobra pues el hotel se encontraba lleno y no se pudo realojar a los mivis en otra habitación, y esta rotura de tubería/filtración le pilló de sorpresa. Como íbamos con una reserva conjunta de grupo, se ofeció a hacernos un descuento a todos de un 10-20%, no recuerdo.
Es verdad que la noche toledana que pasaron los mivis tuvo que ser de aúpa, pero a mi parecer el hotel se portó muy bien en conjunto, desde el recibimiento, cena y gestión del incidente.
Y no olvidemos una cosa, los Mivis pudieron disfrutar del frescor alpino revitalizante del Vercors, aunque forzosamente, mejor que nadie. Para que luego nos preguntemos qué como tienen esa piel tan tersa. Éste es su secreto.
Ya te aventuro, querido lector, que esta es una etapa extremadamente parca en fotos. Y veo que es generalizado. Así que para compensar un poco, aquí dejo un pequeño vídeo de la sesión rutómetro post-desayuno.
Recuerdo que fue en la misma mesa de la cena, y la verdad es que la gastronomía y local de este hotel es uno de sus puntos fuertes.
Un poco tiempo después metíamos nuestros trastos en los coches y lo recuerdo con agrado porque estábamos en la cima de un monte, donde no pasaba ni el tato y el entorno daba una sensación de frescor, naturaleza y plenitud extraordinaria.
Bueno, no todos entramos a los coches, puesto que a David (de David y Malena) le había dado un tabardillo con causa y síntomas muy similares a los que tuvo Gema en la etapa 2 (y que casualmente también era la segunda etapa para ellos). Así que se decidieron a quedarse en el hotel un poco mas a esperar que los estertores se espaciaran. Ya se incorporarían más adelante y gracias a que Malena conduce mejor que David, lo pudieron hacer al cabo de unas horas.
(Esto me trae a la cabeza que algo tengo que hacer para que Gema pierda el miedo a conducir el poquipotente pelirrojo. Si me hubiera pasado a mi, día perdido 100% seguro.)
A partir de aquí se supone que ya no tendríamos que estar aquí, se supone que nos despedíamos del grupo y emprendíamos viaje a casa. Pero en una primera etapa, y viendo el ambiente que se estaba gestando en el grupo y tooodas las cochas chulas que tenían las etapas que nos perderíamos, ya hace unos meses Gema y yo decidimos regresar a casa, pero por el "camino largo": 4 etapas más que replicarían las últimas 4 etapas del tour oficial, aprovechando que pasaba cerca. Y no solo eso, sino que en esta etapa "puente", pues ya puestos ruteamos un poco mas con los chicos, y un poco mas, y un poco mas, postergando hasta el límite el momento de separarnos e irnos a nuestro hotel de etapa.
Esta parte de ruta de por la mañana la recuerdo con nostalgia, pues sabedor que en unas horas nos separaríamos hacía que conduciera en modo automático, como cuando vas al trabajo.
David y Malena, con esta última al volante nos alcanzaron en la reglamentaria parada a comprar víveres.
Creo que aquí fue donde nos encontramos, como quien va al pan, con este espécimen en el parking:
Un poco mas tarde recuerdo que hicimos una pequeña ruta por una carretera llena de piedrecitas saltarinas que hizo que fueramos despacio hasta que en una mini parada Andrew nos hizo esta foto, que llevaba todo el tour con ganas: ambos dentro del coche, con la placa de tour y la majestuosidad alpina frente a nosotros. Gracias Andrew!
Poco despues llegábamos al entorno del lago Bourget. Rodeábamos el lago pegados a su derecha hasta que llegados aproximadamente el centro, nos adentramos al entorno de la Abadia de la Hautecombe, en donde hicimos picnic y después una visita al interior de la Abadía.
(Pd: trabajo le costó a Gema que lo pronunciara correctamente: "otcomb", en lugar de Abadía de la Hecatombe, que me salía mas natural.)
Esto se acaba, y temprano para lo que hubieramos querido pero tuvimos que despedirnos y separarnos del grupo, para hacer unas pocas etapas extras en solitario.
Os queremos!!
Seguimos trazado, ya en solitario, rumbo al Este, hacia Les Saisies, ya en Saboya.
Un par de apuntes vienen a mi memoria en esta última parte de nuestro día. Lo primero es que cuando se te hace tarde en una etapa estando bajo el ala de Jotaeme, no hay de qué preocuparse. Se llama al hotel, Jota hace su magia, y nos esperan con el hotel con una sonrisa. En solitario lo único que queda es pisar el acelerador mas abajo y que sea lo que tenga que ser.
Segundo, nunca, jamás, atraveséis Annecy cuando vayais con el tiempo justo. Es una ciudad que yo la compararía a Salou/Benidorm, a la orilla de un lago, que está hipercongestionada en verano. En otra época, o para pasar una semana no digo que no esté mal, pero en ruta...
Tercero, tal y como nos vaticinó Jota, al subir el col de La Clusaz / des Aravís, hay una vista frontal al macizo del Montblanc impresionante.
Ya casi llegamos y está anocheciendo..... Gema que nos cierran el hotel!
Un último esfuerzo y nos recorremos el col de les Saisies como una exhalación (a 20 km/h señor gendarme, lo juro) y por fin, en los últimos 3 minutos de iluminación llegabamos al hotel.
No miento, así lucía el hotel en el momento en el que llegábamos:
Os pongo por último la minihabitación que nos tocó. Revestida de madera de arriba a abajo, como ya pasó la noche anterior. Me encanta!
Querido lector, aquí termina nuestro periplo acompañando a estos locos de los coches y sus locas aventuras por los alpes. El pelirojo, la peliroja y el que escribe aún viviríamos muchos buenos momentos, pero ya fuera del tour oficial.
En uno de estos casi me quedo sin coche, pero ahora toca ceder paso al resto del grupo, que con las recientes incorporaciones de Davilena, Gabi, y posteriormente el Canyateam tienen muuucho que contarnos.
Unas vacaciones de ensueño, me quedo sin palabras de puro agradecimiento a Jota y a todos, y estos pocos días vividos con vosotros los recordaremos siempre, gracias a todos los participantes del RSC Tour 2018!