Tengo que decir que calidad de las aportaciones me ha dejado con la boca abierta. ¡Enhorabuena a todos!
Seguramente, habría quien pensaba que no iba a aportar una crónica para esta concentración, pero tendréis que soportarme una vez más. Aunque hay alguna foto, la mayor parte de mi crónica constará de videos. Todavía no he conseguido la destreza para conducir y sacar fotos, como hacen algunos, notablemente Ángel, Jotaeme y Jmaben. He tardado más de la cuenta debido a la selección y procesamiento de los videos.
Allí va:
Conocí a los Mivis en junio del 2017 en su primera concentración, la del Duero-Sil, organizada por Jotaeme y durante el transcurso de la misma, nos dimos cuenta que eran dos personas fuera de serie y auténticos forofos de la filosofía roadstera.
En cuanto me enteré que ellos iban a organizar su propia concentración, tuve claro que, si solo asistía a una conce en el año 2018, tendría que ser la suya. Así que, aunque tenía que efectuar el viaje primaveral para ver a mi madre, me aseguré de volver a tiempo.
VIERNES
Como unos cuantos otros, bajé de Madrid el viernes por la tarde y debido al tiempo tan malo que encontré al entrar en Extremadura (tormentas de viento agua y granizo), no tenía muchas esperanzas para el resto del fin de semana.
Al llegar el hotel en El Garrobo sobre las 18:00, sólo estaban Mbarcia y Patricia y aprovechamos el rato para dar un paseo y retomar la amistad que habíamos establecido en la Conce Sil-Duero. (Me he dado cuenta que un efecto secundario de pertenecer a este Club y de ser activo es que se imponen las redes personales a las redes sociales.)
El hotel era bonito, con un patio estilo andaluz y tenía una dehesa al lado. Algunos imagenes:
Un poco más tarde, llegaron Ángel y Mave y nos pusimos a charlar acompañados por unos tentempiés de productos de la zona hasta la llegada de los socios que habían hecho la pre concentración sobre las 20:30.
Después de los saludos efusivos de rigor, en especial a nuestros anfitriones, cenamos en el mismo hotel
SABADO
Aunque había llovido durante la noche, con aparato eléctrico y todo, el sábado, el cielo estaba despejado y después de desayunar, pusimos rumbo al punto de encuentro. El coche de los Mivi’s antes de la salida:
En el punto de encuentro, una gasolinera al lado de la autopista, pude saludar a los recién llegados, algunos de los cuales eran nuevos para mí.
Después del briefing reglamentario, nos pusimos rumbo a nuestro primer destino.
Una zona que fue una antigua mina, ahora en desuso, donde Abelardo nos dió una breve explicación de la historia, a veces espeluznante de lo que allí aconteció:
Visitamos el centro de Nerva, donde pudimos aparcar en la plaza del ayuntamiento, para el deleite de todos los viandantes y en especial, de los niños y niñas allí presentes:
Desde allí, fuimos a ver el nacimiento del Río Tinto. Es verdad, ¡el agua que sale es rojo!Algunas escenas del aparcamiento y zona colindante:
Aqui dos fotos con la bella Gema en el mismo lugar, dirigiendo la sesión fotográfica:
La comida fue en el centro de Nerva, donde tuvimos unos invitados de excepción -¡Los tres mini Mivis, acompañados por sus abuelos! Desafortunádamente, no tengo fotos de la ocasión.
Por la tarde, visitamos el Castillo de Cortegana.
y después un precioso mirador:
Al atardecer, subimos al Castillo de Aracena:
Luego, descendimos al hotel oficial de la concentración, un viejo convento reconvertido, junto a su iglesia. ¡Esplendido!
La cena de gala fue excelente. Aunque yo no me di cuenta, me contaron que, mientras cenábamos, hubo una confesión - ¡hasta se celebró una boda!
DOMINGO
Creo que el hotel tenía el desayuno más variado y especial que he probado. Había incluso una persona cortando y sirviendo jamón de jabugo. ¡Increíble!
Salimos para visitar el mirador de las Minas de Rio Tinto, una zona minera que estaba en funcionamiento.
Después, nos acercamos al pueblo de Ríotinto donde aparcamos en el “club” del barrio Inglés de Bellavista para visitar el corazón de la tierra.
Me impresionaron algunas de "reliquias" que dejaron por allí.
Este monumento a los empleados caídos en la Gran Guerra:
Esta iglesia presbiteriana:
El contraste era brutal- pasar de un barrio de casas inglesas y en apenas 500 metros encontrarte con un enorme cráter de más de 300 metros de profundidad.
Poco después, cogimos la carretera para emprender rumbo hacia el sur. Por alguna razón, me encontraba en tercera posición justamente detrás de Davíd a quien le precedían los Mivis. Miguelvet iba detrás de mí y luego había un hueco enorme dado que no veía coche alguno. Entramos en un tramo de curvas que fluían y fluían de forma interminable durante quizás 10 kilómetros y a ritmo ligero, fue una autentica gozada. Gracias, Mivis! Desafortunádamente ( o afortunadamente) no tengo vídeos de este tramo.
Finalmente, llegamos al puerto de Mazagon donde, despues de un refrigerio, algunos emprendieron camino a casa. Dejo un par de fotos como testimonio:
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Luego, comida en Palos de la Frontera y rumbo a de vuelta a Madrid. Esta vez, tuve el acompañamiento de los Canya hasta Trujillo y los Miguelvet hasta Madrid, donde llegamos cerca de la medianoche.
Un fantástico fin de semana y uno de los mejores y más interesantes concentraciones a las que asistido.
Mil gracias, Gema y Abelardo.