Émile Leray decidió en 1993 que era un buen momento para realizar una aventura similar a la que varias décadas antes había promovido André Citroën con sus expediciones por Asia o África. ¿Por qué no recorrer el norte de África con su viejo “dos caballos”? Así empezó la aventura y el Señor Leray se adentró en el continente africano.
Por desgracia, su Citroën no estaba en muy buenas condiciones y uno de los brazos de suspensión delanteros acabó por desintegrarse en plena ruta torturado por las piedras del recorrido. Por desgracia, el 2CV no puede circular con sólo 3 ruedas como sí hacen los Citroën con suspensión hidroneumática, así que, en medio de la nada, sin un taller a mano y antes de que todos llevásemos un móvil en el bolsillo, Leray decidió que tendría que usar el ingenio para salir del apuro.
Cogió las herramientas que tenía en el maletero y empezó a desguazar su 2CV para convertirlo en una especie de moto con la que poder salir de allí y llegar al pueblo más cercano. Después de diez interminables días serrando la plataforma del 2CV e ingeniando cómo hacer funcionar aquel trasto, Émile Leray consiguió poner en marcha este engendro y terminar su aventura con un 2CV de dos ruedas.Parece un trasto salido de Mad Max.
Fuente:
https://www.autocasion.com/actualidad/reportajes/el-citroen-2cv-esta-de-aniversario?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=AO_Newsletter_motor_22_abril_2018&utm_content=newsletter&utm_term=Enlace+AperturaHe investigado un poco, y parece que hay mucha gente que duda de la veracidad de esta historia.
Se supone que el tio se quedó tirado no desmasiado lejos de una ciudad llamada Tan-Tan, por lo que dicen, a 30 y tantos kms.
Lo que sí parece ser cierto es que la moto existe, y se puede ver hoy en día, aunque no sé dónde.
Se dice que la moto solo podía ir a 20 km/h, porque el 2CV tenía el eje motriz delante y por tanto usaba la marcha atrás.
Se usó el tubo de llenado del depósito de gasolina, como pata de cabra para sostener la moto verticalmente.
Se usó una barra del "gato" que venía con el coche, como manillar.
Dicen que cuando consiguió llegar a la civilización, lo primero que le pasó fue que le multaron (aún a pesar de llevar matrícula) por llevar tal engendro.
Tuvo que dejar el trasto por ahí, y más tarde, volvió a recuperarlo para llevárselo a su casa, en Francia.
Dicen que el tio había vivido en Mali y tenía experiencia en "mecánica africana", que consiste en conseguir proezas casi sin recursos.
La carrocería vacía del coche se usó como refugio mientras duraba el tiempo de construcción (12 días). Cuesta de creer que se pasase 12 días ahí en el desierto, en lugar de caminar los 30 y pico kms al pueblo.
Pero en fin, la historia es cuanto menos, curiosa.
Detalle de como transmitía la tracción del motor a la rueda.
Aquí tenemos un video también: