Ahora sí, se desvela por fin el misterio, nacido de la pura casualidad y las prisas.
Efectivamente no era Alejandro, lo que sin duda ha hecho a muchos volverse locos en las apuestas, especialmente elevando los caballos, y ya en base a eso se entiende el resto, ya que lógicamente nuestros gustos, prioridades y necesidades, son totalmente diferentes.
El lunes de esta misma semana, se cruzó por casualidad un anuncio de un MX5, coincidiendo que era de Valencia, que ese día justamente era festivo y podíamos disponer de un par de horas para verlo tranquilamente, y que el propietario igualmente también estaba disponible: el destino estaba a favor.
Desde hacía un par de meses ya me rondaba la idea, incluso habíamos mirado algún Z4 para compartirlo con otro amigo, pero el destino es el destino, y el lunes quedamos para ver el MX5. Lo vimos, lo probamos, lo rodamos y actué por impulso, quedamos con el propietario y el miércoles ya estábamos en gestoría y saliendo con las llaves 15 minutos más tarde.
Tan rápido fue todo que, lo metí en el garaje de mi padre en ese momento para seguir trabajando, y ni caímos en hacerle fotos en el momento, lo que ha llevado casi de forma involuntaria a crear este suspense
Por último, y también como mera casualidad, el nombre simplemente se lo puse, por mi mala memoria para recordar las matrículas, que al ser DXP asocié a Dixie Pixie para poder recordarla, y con ese nombre bauticé a mi “ratilla”.
Explicados los pormenores de toda la situación, fruto como veis de la mera casualidad y nuestras prisas habituales, entendiendo entonces que mis prioridades y preferencias desde luego no son las de Alejandro, finalmente, os presento a mi ratilla:
PD: Fdo. Lorena