Con los precios de los Toyota Corolla AE86 subiendo por las nubes, éste equipo de Drift buscó una manera de poder practicar sin arruinarse pagando piezas.
La solución que encontraron es tremendamente ingeniosa. Compran mini-coches o Kei-cars, que es cómo los llaman en Japón por 300€ y les ponen un tubo de PVC a presión en las ruedas posteriores.
De ésta forma el tren trasero no tiene apenas agarre, y desliza de una forma relativamente similar a un tracción trasera.
Es una idea similar a la ya conocida de las bandejas de McDonalds en el eje trasero + freno de mano que los más veteranos del lugar conocemos de sobra, pero mejorada. Tiene que ser curioso conducir un cacharro de éstos