Seguimos adelante con una nueva etapa del Tour.
Extracto de la Etapa 4Nos situamos con el mapa general de la cuarta etapa (el recorrido está marcado en trazo naranja), en la que la ruta ponía rumbo Nordeste siguiendo inicialmente el valle del Lot, para seguidamente ascender los montes de Aubrac y atravesar una zona de media montaña; en la última parte de la etapa ruteábamos por el Alto Loira y la zona de los montes de Ardèche finalizando el recorrido en el pueblo de Ste. Eulalie a 1.230 m de altitud.
El ambiente era de absolulta tranquilidad a las 7:00 h en el exterior de “Le Manoir de la Fabrègues”, el pintoresco hotel rural en el que habíamos pasado la noche.
Pero muy poco tiempo después un grupo de personajes armados de botellas, bayetas y guantes irrumpían en la escena.
Un par de fotos de la entrada del hotel y de su patio interior sacadas cuando tras la sesión de detail matutina me dirigía ya a desayunar; este hotelito, de tan solo 8 habitaciones que ocupamos prácticamente al completo, fue uno de los preferidos por los participantes del Tour 2017.
Un rato más tarde estábamos ya disfrutando del desayuno en una sala que antiguamente era la bodega del Manoir y en la que hoy día se ha habilitado un comedor.
Tras la sesión rutómetro para echar un vistazo a la etapa del día y arreglar nuestras cuentas con el hotel pusimos rumbo a la aventura en esta cuarta etapa; la meteo había refrescado y salvo los más calurosos, la mayoría sacaron prudentemente del maletero chaquetas y cazadoras para evitar sorpresas. Un rato más tarde, tras visitar el primer pueblo de la ruta, Espalion, nos dirigimos a la parte alta del mismo para visitar las ruinas de su castillo medieval; y allá arriba una foto de grupo, abajo Espalion y el valle del Lot.
Desgraciadamente, Jmaben y su copilota Gema nos abandonaban en esta cuarta etapa; motivos laborales para ambos les obligaban a retornar a su Segovia natal. Era algo que todos sabíamos porque su inscripción lo había sido sólo para las tres primeras etapas, pero la despedida de estos dos compañeros, fieles “toureros” de años anteriores, fue un momento no exento de tristeza; la imagen del AMG negrito que me resultaba ya tan familiar por el retrovisor tras muchos miles de kilómetros felizmente compartidos en aventuras toureras, desaparecía a partir de aquel momento. Ahí les vemos a ambos en el momento de la despedida, que afrontaron con buen talante por haber podido disfrutar al menos de tres jornadas de evasión.
El Tour seguía adelante, y no mucho después vino la segunda parada, en este caso en el pueblo de St. Côme d’Olt, que tiene un bonito casco medieval por el que dimos un paseo con parada-café incluida. Una foto de parte del grupo en una de las fachadas de la iglesia.
Simpática fotografía que se aprecia en la expresividad que nos muestra cada participante.
Foto dedicada esta vez a las chicas del grupo.
Iniciamos el ascenso a los Montes de Aubrac y ruteamos seguidamente atravesando paisajes de grandes horizontes que se alternaban con tramos en los que carreteras de delicioso trazado se adentraban en pequeños bosques. La mañana estaba agradable y la temperatura perfecta para rutear.
Estamos ahora en la aldea de Aubrac, situada a 1.300 m de altitud con su iglesia fortificada; por allí pasa el camino francés de Santiago y aquí había ya en la Edad Media una hospedería que acogía los caminantes que atravesaban estas solitarias tierras. Hicimos aquí una parada descanso en la que visitamos y dimos un paseo por este curioso lugar.
Un rato después llegábamos al pueblo de Nasbinals y sobre la marcha pude sacar una foto a su pequeña iglesia románica.
Continuamos ruteando y llegó la hora de hacer el picnic, que esta vez lo hicimos en la terraza de una posada situada en la cima de un pequeño puerto de montaña a 1.418 m de altitud: la “Baraque des Bouviers”; solicitamos a su propietario hacer nuestro picnic en la terraza del establecimiento adquiriendo las bebidas y cafés en el mismo, y asintió con agrado diciendo que toda la terraza era nuestra.
Y ahí estamos, tras haber satisfecho debidamente el apetito generado tras el agradable ruteo matinal.
Foto de unos cuantos participantes frente a la puerta del establecimiento.
Poco después retomábamos la ruta con un largo y bonito descenso hacia el valle del río Allier; los paisajes de tipo volcánico comenzaban a aparecer aquí y allá y es que estábamos entrando en territorio del Alto Loira en el Sudeste de la región de Auvernia, bien conocida para los
toureros de años anteriores.
Regresar una vez más a Auvernia es siempre agradable para quienes han estado allí alguna vez porque siempre regala armoniosos paisajes por los que es un placer rutear; esta vez no fue diferente, pese a que el cielo tomaba tonos grises y en la segunda parte de la tarde cayeron un par de tímidos chubascos que no nos impidieron continuar disfrutando del recorrido.
Uno de los puntos visitados en esta parte vespertina de la ruta fue el pintoresco lago du Bouchet, completamente circular y rodeado de bosques de abetos y hayas, que ocupa un antiguo cráter volcánico; el lago tiene un entorno paisajístico de una gran armonía y la foto así lo atestigua.
La armonía del tranquilo paisaje tampoco falta en las dos fotos siguientes, de Alejandro y Lorena, y de Miguel con Lorena.
Toques de humor en las siguientes fotos, de Miguel con Alejandro y de Anna.
Otra foto del lago du Bouchet cuando ya dejábamos este bonito lugar
No era el último lago que visitaríamos en esta etapa, ya que unos 45 minutos más tarde llegábamos al lago de Issarlès, otro ejemplar destacado de la agitada historia geológica de esta región francesa, dado que también este lago es de origen volcánico y ocupa un antiguo cráter.
Otra foto del lago de Issarlès, pero tomada desde otro punto un poco distinto al anterior.
Restaba en este momento una media hora de ruta para finalizar la etapa y los últimos kilómetros del día discurrieron entre agradables paisajes del Alto Loira adentrándonos en el territorio que vemos al fondo de la fotografía.
Poco después llegábamos, felices y contentos, al pequeño pueblo de Ste. Eulalie y allí nos recibió la amable propietaria del familiar
“Hotel du Nord”, que nos ofreció una excelente cena a base de productos locales.
Y finalizo aquí mis impresiones de esta cuarta etapa del Tour.