Bueno, volvamos un rato al "lío", y relajémonos conociendo un poco el lugar en el los participantes van a alojarse en la segunda noche del Tour.
Así que seguidamente haremos una visita al
hotel de la Etapa 2.
Se trata de la
« Demeure de Flore »Situado en el corazón del Alto Languedoc la
« Demeure de Flore » es una
« maison de maître» del año 1890 emplazada en un parque privado de 2 hectáreas con árboles centenarios.
Un poco de cultura francesa: ¿Qué es una « maison de maître »?En Francia el término
« maison de maître » define a una casa con arquitectura de carácter, se trata de residencias que históricamente fueron habitadas por profesionales notables o gentes de la alta burguesía del lugar, debiendo responder su estructura constructiva a las exigencias del estatus social de su propietario.
Así, una
« maison de maître » tiene varios elementos precisos que la definen:
* Su año de construcción, anterior a 1914.
* Sus materiales constructivos nobles, con muros que pueden llegar a alcanzar hasta 1 m de espesor.
* La altura de sus techos, de 2,80 m a 4 m., pudiendo a veces presentar estucos de época.
* La presencia de chimeneas de mármol o de piedra en el comedor y el salón, y ocasionalmente también en las habitaciones.
* Escalinatas exterior e interior que realzan el carácter del edificio.
* Un jardín o parque dotado de árboles centenarios en el que puede haber estanques o fuentes.
* Una verja exterior en hierro forjado delimitando la propiedad.
La curiosa historia de un italiano emprendedorFrancesco di Bari, actual propietario de la Demeure de Flore, nació en 1968 en Mattinata, en el Sur de Italia, en el seno de una familia de agricultores. En 1982, a la edad de 14 años decidió emprender estudios de hostelería; para él representaban la oportunida de viajar, de aprender nuevas lenguas y de descubrir nuevas culturas.
Tras diplomarse en Hostelería, tuvo una formación en el Palacio Kulm, hotel de 5 estrellas de St. Moritz (Suiza). Trabajaría más tarde en uno de los más importantes clubs privados de la Costa Esmeralda en Cerdeña, y fue aquí cuando su sueño de llegar a ser algún día propietario de su hotel comenzó a forjarse.
Pasado un tiempo trabajó en Londres en el Palacio Hotel Savoy, otro reputado cinco estrellas. Francesco era a sus 20 años el más joven maître en este hotel, en el que cual tuvo la oportunidad de conocer y servir a la familia real inglesa.
En 1990 se le presentó una gran oportunidad; el director del hotel Savoy le propuso acompañarle en la reapertura de un nuevo palacio, el Old Course Hôtel, un cinco estrellas de St Andrews (Escocia) mundialmente célebre por su campo de golf ; allí continuó su trabajo compaginando el mismo con su participación en concursos para la elección del mejor maître de hotel de Esocia, logrando el primer puesto a la edad de 22 años, y consiguiéndolo de nuevo con 24 años.
En 1993 decide cambiar de ambiente y de país, se va a la lejana Australia y allí trabaja durante un año como director del Restaurante del Windsor Hôtel Palace en Melbourne. Un año después regresa a Gran Bretaña como director del restaurante de otro cinco estrellas : el Bath Spa Hôte Palace.
En 1995 se le presenta otra oportunidad magnífica y el Hotel Ritz de Londres le contrata como asistente adjunto al Director de su restaurante; poco después da el salto al cargo de Director del mismo.
Tras unos cuantos años trabajando algunos de los mejores hoteles del mundo, en 1997 Francesco decide ejercer en París; pese a su francés por aquel entonces todavía muy vacilante, su motivación y pasión le vale el ser nombrado Primer Maitre en el restaurante gastronómico del l’Hôtel Bristol parisino, un reputado restaurante de estrellas Michelín.
En 1999 nuestro personaje piensa que está ya suficientemente preparado para afrontar su gran sueño. Sus viajes, sus experiencias y sus luchas le han dado la fuerza interior y la madurez necesarias para montar y dirigir su propio hotel y decide lanzarse a adquirir la propiedad de una vieja residencia señorial en el Sur de Francia, en el Haut Languedoc.
Desgraciadamente todo comienza mal… a los pocos días de su llegada, el valle sufre la peor inundación de su historia y el espléndido parque de dos hectáreas y la piscina que rodean la
Demeure de Flore son casi devastados. Francesco hubo de hacer frente con todo su coraje a esta desgracia, tan imprevisible como lamentable en sus resultados.
Hoy en día, tras 18 años de trabajo que dejan en el olvido aquel desgraciado comienzo,
Demeure de Flôre es un hotel en el que Francesco continúa ejerciendo ilusionado su profesión, recibiendo una clientela que aprecia el encanto, la armonía y la calma del lugar, y una cocina refinada y delicada con toques mediterráneos. Siempre ha pensado que
« un plato debe ser como un cuadro que uno duda en degustar por temor a romper su armonía, pero con el que seguidamente se deleita » y esta filosofía trata de llevarla a su trabajo diario.
Y tras esta pequeña historia, que confío no haya cansado demasiado, unas fotografías de la
Demeure de FloreSu propietario, Francesco di Bari
La bonita entrada al parque del hotel con el edificio al fondo
Agunas fotos del exterior
Y algunas fotos del interior
Y una pequeña anécdota como final del comentario: al igual que ocurre con el hotel de la Etapa 1, también este hotel fue visitado en una ocasión por un grupo de aventureros del RSC; seguidamente una foto de aquella visita.
Si queréis echar un vistazo a la página web del hotel, es ésta:
http://www.demeuredeflore.com/