Más feo que pegarle a un padre con un calcetín sudado.
Es como si el ingeniero de diseño que tuvo la idea del KTM en una noche de alcohol, locura y desenfreno hubiese hecho un boceto en una servilleta del bar, arrugada y mojada, y fuese a parar a manos de Bultaco el cual lo hizo tal cual, sin depurar el diseño como lo hizo KTM una vez pasada la resaca.