Los surcoreanos tienen preparado un deportivo en toda regla como esos de antaño, con una configuración pensada para disfrutar de la conducción: motor V6 gasolina, tracción trasera con cambio manual y diseño inspirado en la competición. ¿Alguien da más? Tiene todas las de ganar pero no lo veremos por aquí prácticamente ni en pintura.
Lo firma Oullim Motorsports, se llama Spirra y es un deportivo biplaza de formas muy modernas. Tantas que creo que os será fácil encontrarle parecidos con otros muchos deportivos que conocemos. Podemos sacarle parecidos por ejemplo con el Noble M15 o incluso con algún Ferrari pero el Spirra tiene su propio hueco. El hecho de ser artesanal le permite jugar con configuraciones que otros no pueden.
Las posibilidades de escoger el Spirra no pasan de un motor V6 de 2.7 litros procedente de Hyundai pero con diferentes versiones de un amplio espectro de potencias. La más básica es la forma atmosférica que desarrolla 175 CV y ya le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 6.8 segundos. A partir de aquí hay otras tres variantes sobrealimentadas que aportan desde un poco más de jugo hasta una considerable deportividad:
* V6 DOHC Small Turbo Charged – 330 CV, 480 Nm de par máximo – 0 a 100 km/h en 4.8 segundos, 280 km/h de velocidad punta.
* V6 DOHC Big Turbo Charged – 400 – 420 CV, 490 Nm de par máximo – 0 a 100 km/h en 3.8 segundos, 305 km/h de velocidad punta.
* V6 DOHC Twin Turbo Charged – 450 – 500 CV, 540 Nm de par máximo – 0 a 100 km/h en 3.5 segundos, 310 km/h de velocidad punta.
Absolutamente todas las variantes se engranan con un cambio manual de seis marchas y su fuerza va a parar a las ruedas del eje trasero. Solamente con ver la agilidad del Spirra está claro que hay dos parámetros más a añadir a sus virtudes: un bajo peso, conseguido en parte gracias a la carrocería desarrollada en fibra de carbono, y un chasis de altas prestaciones, que según la marca ha partido de la experiencia en competición.
Estar adaptado para ofrecer eso que llamamos “placer de conducción” también implica que no es uno de esos superdeportivos rudos cuyo interior está vacío de personalidad y de cualquier material de calidad sino todo lo contrario. Tras sus elegantes puertas se esconde un buen aditamento de fibra de carbono y un completo tratamiento de piel. Los asientos son báquets Recaro y lleva arneses, ese puntito “competitivo” que tanto nos gusta.
El Spirra comenzará a venderse a partir de este verano, sin un precio público hasta el momento y su desarrollo le ha llevado tiempo a Oullim Motors, llamada originalmente Proton Motors, dado que el prototipo PS-II en el que se basa el Spirra tiene más de nueve años de vida. Veremos si todas esas virtudes que le achacan se demuestran en la realidad
