Dado que Jotaeme hace una excelente introducción a cada etapa, mis crónicas serán necesariamente más breves de lo habitual. Sin embargo, mi intención es reflejar mis impresiones personales que, seguramente, cumplimentarán las de otros componentes de este augusto grupo.
El viernes 12 por la noche hice la ultima comprobación de que llevaba conmigo todos los artículos incluidos en mi “lista de control”, que venía elaborando desde que supe que me iba de “Tour” antes de acostarme.
El sábado me levanté pronto- hacía un día esplendido- y en menos de una hora, estaba en camino. Según Google Maps, tenía unos 400km – unas 4 horas hasta el punto de encuentro en Zubiri- yendo por la A2 hasta Medinaceli y siguiendo la N 122/N121/N135. Tenía tiempo de sobra e hice un viaje tranquilo.
Entrando en Zubiri, divisé a lo lejos un roadster plateado, descapotado, como no y supuse que eran mis amigos Norbert y Carmen, quienes gentilmente, venían a pasar el día con nosotros. Les alcancé finalmente, en el lugar de encuentro- éramos los primeros en llegar-y fue un enorme placer volver a compartir un rato con estos buenos amigos, con quienes había hecho el Roadster Tour en 2015.
Al cabo de media hora, llegaron todos los demás y fue el momento de abrazar a viejos amigos y a los nuevos también. Conocía a casi todos, con la excepción de Jotaeme y Juan Valera y Carmen y fue un placer saludarlos finalmente.
Después del reparto del material del Tour y de las explicaciones de Jotaeme, emprendimos la ruta del día.
Debo confesar que, al ver la brevedad de la misma, me preguntaba cómo era posible que fuéramos a tardar casi medio día en recorrer solamente 178 kms. Pero me iba enterando a medida que transcurría el día. Este era otro tipo de Tour- más tranquilo- más turístico – más didáctico, con paradas frecuentes en lugares de interés.
Transcurridos unos 45 minutos, sobre las 14:00, paramos para comer en un paraje bucólico. Algunos, en su afán por “pillar” un buen sitio de aparcamiento a la sombra, se metieron en fango hasta los ejes, necesitando un detallado de emergencia. (Se puede adivinar el roadster al fondo debajo de los arboles).
Aprovechamos la parada para sacar la foto de comienzo de Tour.
Nuestra primera parada, un poco antes de las 16:00 fue en St. Etienne de Baigorry, donde, en una cafetería al lado de un río, Jotaeme nos introdujo a un refresco tradicional francés- agua de Perrier con sirope- podía ser de limón, de cereza, frambuesa o de menta- realmente delicioso y eficaz para combatir la sed y sin contener las perniciosas “calorías vacías”. Nos dimos un paseo por el pueblo, atravesando este precioso puente:
Hacía bastante calor y sobre las 17:30 decidimos efectuar una parada técnica en una gasolinera (en España) para reponer fuerzas.
La Bastide Clairence fue la siguiente parada, llegando sobe las 19:00. Es un pueblo típico del País Vasco francés, donde me entretuve paseando por el pueblo y sacando algunas fotos, fijándome en la arquitectura tan típica de esta parte del mundo.
No fue hasta las 20:30 que llegamos a nuestra penúltima parada del día -Sauveterre de Béarn, un pueblo precioso al lado del río Gave d’Oloron. Aparcamos los coches delante de la iglesia para ir a admirar las vistas. A su vez, algunos habitantes se acercaron para admirar los roadsters.
Llegamos a nuestro coqueto hotel familiar en Salies de Bearn un poco antes de las 21:00, donde nos despedimos de Norbert y Carmen, quienes reprendían viaje a su casa en San Sebastián.