Han sido unas 30 horas inolvidables, pero recuerdo especialmente tres momentos especiales;
La aproximación andando al restaurante de Granada el sábado a mediodía escuchando las explicaciones de Carmen acerca del recorrido, el privilegio de la ruta por el Albaycín el domingo por la mañana, y la preciosa calita donde comimos el domingo y nos despedimos.
Gracias, muchas gracias!
P.D.: de lo demás, ya os imagináis todos lo que he disfrutado ruteando.