Juan, un vídeo de la Etapa 4, sencillamente precioso!!!
y que se deja ver con la sonrisa en los labios, al menos en mi caso.
Por mi parte, sigo con mi visión personal de como yo vi esta etapa, apoyadas en unas pocas imágenes.
Mis impresiones de la Etapa 4.Esta etapa nos iba aportar un notorio cambio de paisaje en relación al que disfrutamos en las tres anteriores ya que dejábamos atrás el territorio de la montaña pirenaica para adentrarnos ya hacia el interior del país galo acercándonos a la región de Toulouse.
El día prometía, y las nubes altas con las que amaneció el pueblo de Saint Girons dieron paso enseguida a una jornada luminosa.
Tras el desayuno, llegó el momento del estudiar un poco el rutómetro consultando la ruta del día, lo que hicimos en una elegante sala del hotel. En realidad, a juzgar por la siguiente imagen parece que la tarea no resultaba demasiado atractiva y el personal poca gana tenía de estudiar nada, y es que sin duda estos rutómetros deben resultan un auténtico peñazo…
Pues parece que no, que la toma anterior era falsa como de a veces sucede, porque ésta es la que vale, y por las caras parece que toda apariencia de malhumor y aburrimiento era una mera ficción
Y había gana de rutear, ¡claro que había!, pero también parece que había gana de pasear y visitar el pueblo, y por decisión unánime decidimos que St. Girons bien merecía un paseo matinal antes de emprender la ruta. Y ahí andamos en la imagen en el puente sobre el río Salat que atraviesa la localidad. Por cierto, obsérvese la cara
“multiplano” de Homecanya en el centro de la imagen… ¡pero qué estabas haciendo Javier!...
La foto siguiente es de la autoría de Miguelvet … de nuevo en el puente sobre el Salat y al fondo la pequeña catedral de St. Girons
Paseando por las calles del pueblo, Zcuatro quiso hacer una foto curiosa con Miguelvet señalando con el índice una tienda del pueblo cuyo rótulo rezaba “Miguel”. En su foto el rótulo salió enfocado, y en la que yo hice fue su cámara el objeto del enfoque
Y tras ese paseíto matinal para comenzar la etapa en buena forma arrancamos rumbo al Norte, con siguiente parada en una curiosidad natural bien conocida del Sur de Francia: La gruta de Mas d’Azil; una cavidad de más de 400 m. de longitud y anchura media de 50 m. cuya arcada de acceso tiene 65 m. de altura, y la doble curiosidad es que carretera departamental discurre por el medio de la gruta
Y como parecía lógico, no nos limitamos a atravesar la cavidad con los coches, sino que hubo parada y recorrido a pie, que es como en realidad se disfrutan bien estas cosas
Jmaben, Zcuatro y Miguelvet frente al acceso a la gruta
Y ya de paseo por su interior. En el vídeo que Miguelvet pondrá de esta etapa, salen las imágenes en vivo atravesando la gruta con los coches
Tras un cafetito en Mas D’Azil proseguimos la ruta; habíamos salido de Pirineos, pero no habíamos abandonado las curvas, ni mucho menos, y el recorrido discurría por carreteras zigzagueantes atravesando una campiña agradable.
Uno de los pueblos más bonitos que atravesaba esta etapa era Mirepoix, una localidad que ha conservado su centro histórico con el aspecto de los siglos XIV-XV y una arquitectura civil del medievo impecablemente conservada. El “problema” es que llegamos un lunes -día semanal de mercado allí- , un mercado muy activo que atiborraba el pueblo de gente con lo que tuvimos que dar unas cuantas vueltas para poder aparcar, lo que finalmente logramos no lejos de la plaza central. Aprovechando la animación del mercado, nos dimos un buen paseo por las calles del casco antiguo y su bonita plaza e hicimos unas cuantas compras de buenas viandas (fundamentalmente embutidos y quesos regionales) con las que más tarde haríamos el picnic en un lugar del pueblo tranquilo y apartado
Creo que me dejé la cámara en el coche porque no tengo fotos de Mirepoix, y en este punto me voy a permitir una licencia “extra”, que es poner tres fotos de esa bonita plaza Marc Léclerc (que con el mercado estaba plagada de puestos de venta y de gentío), fotos que yo mismo hice en otro viaje por la zona
Como anécdota contaré que yo descubrí este pueblo en junio de 2002 (hace ya 13 años largos), cuando mi primer roadster (un Mx5 verde inglés) tenía tan solo tres meses de vida, y lo descubrí en la primera conce de coches en la que participé en mi vida, organizada por el ClubMx5passionFrance. La ruta era chula y Mirepoix formaba parte de ella
Y aquí tenemos a Mirepoix, un pueblecito con sabor medieval
Ya en sesión de tarde hubo tramos de ruta animados, no en vano el recorrido discurría por las intrincadas carreteras que habitualmente forman parte de un rallye mítico en la región, el rallye de Cabardès, carreteras muy estrechas de trazado a veces complicado que discurren entre bosques, pero que disfrutamos sin prácticamente ningún tráfico
Siguiendo estas carreteras llegamos al pequeño pueblo de Cuxac-Cabardès, en el que hubo parada-descanso con triple dedicación: paseíto, café de media tarde con animada tertulia, y sesión de mimo y detallado de los roadsters, que ahí tenemos como protagonistas de la foto siguiente
Como aquí somos muy solidarios, a Jmaben no le llegó con detallar su AMG, ya que se puso luego a detallar el
“Alpina” de Juan
Tarea finalizada, y bien finalizada y foto de Javi (Jmaben) con Isabel, que sin duda agradecida por la ayuda solidaria -obsérvese que el Z3 negrito quedó como el charol- a partir de ese momento empezó a llamar a Jmaben con el cariñoso apelativo muy gallego de
“purrusquiño”…
De nuevo a la ruta, y algo más adelante nueva parada con ambiente cultural y visita a los Châteaux de Lastours, cuatro castillos cátaros cuyos nombres son Cabaret, Tour Régine, Fleur d’Espine y Quertinheux, que en el siglo XII conformaban la fortaleza defensiva del Señor de Cabaret, un ferviente admirador y devoto de la causa cátara
Anna (Donnacanya en el foro) con Tony (Zcuatro)
Nos quedaba afrontar la parte final de la ruta con un tramo no exento de atractivo -que alguno me consta que disfrutó como uno de los mejores del Tour, por paisaje, tipo de carretera y ritmo, y me refiero al ascenso al Pic de Nore, el techo de la sierra de la Montagne Noire que hicimos por su vertiente Sur siguiendo una pequeña y divertida carretera que discurre entre densos bosques y sólo en el último tramo se despeja para ofrecer, ya en la parte superior, unas vistas extraordinarias sobre toda la comarca que con tiempo despejado alcanzan desde el Mediterraneo a las cumbres de los Pirineos occidentales.
Y aquí estamos arriba, con una notable diferencia de temperatura entre la base y la cima que nos obligó a pertrecharnos y poner encima todo lo que llevábamos a mano.
Mi última foto de esta Etapa 4 en lo alto del Pic de Nore, en un precioso atardecer
Vino después el descenso de esta montaña por la vertiente Norte a través de una carretera desierta, y unos 45 minutos más tarde llegábamos a nuestro hotel de etapa. Cena, tertulia, y a dormir, dando por finalizada así nuestra cuarta jornada de aventuras
Continuará…