Este tipo de viajes de larga duración pueden ser muy dispares en su planteamiento, desde el tío que decide dar la vuelta al mundo en moto, hasta el que decide ser un nómada del mar y viajar en un pequeño velero, entre uno y otro hay mil formas de planteamientos y de hacerlo.
También dispares son los motivos por los que se inicia la aventura (los hay que lo convierten en su modus vivendi), o su duración, o la situación personal del viajero y las cortapisas, por llamarlo de algún modo que tiene para iniciarlo. En este sentido, 10 meses para unos puede ser poco y factible afrontarlos, para otros serán años y sin ninguna intención de volver a su vida anterior.
Lo que quiero decir con todo esto es que tratar de crear un algoritmo que nos dé como resultado si es viable el viaje, o prudente, o acertado o….. es imposible, son muchas las variables y situaciones, y la cantidad de circunstancias imponderables.
Particularmente, el único denominador común que encuentro en todos ellos es que se salen de la norma, del rebaño por llamarlo de alguna forma, y que llaman la atención al resto de personas que lo observan desde su vida replanificada (entre los que me incluyo).
Yo no envidio a la pareja de catalanes en chanclas y poco más, me parece incluso aburrido estar todo el día debajo de un cocotero. En cambio sí envidio al que da un giro de 180º a su vida, decide coger una moto u otro vehículo, recorrer países, conocer otras gentes y culturas, incluso ser capaz de plasmarlo en crónicas que le permitan financiarse y continuar con esa actividad. A otros en cambio, le molaría más abandonarlo todo a cambio del cocotero, igual de respetable…sí,...pero no sería mi opción.
Mil formas, mil motivos...todas válidas si es lo que busca el implicado.