Fantástico Pablo, y no te quites mérito, porque convocar una express en diciembre y con una previsión meteorológica incierta siempre en Galicia, lo tiene y mucho.
El relato, perfecto. Se ve que se os da bien lo de escribir y que conocéis bien los sitios por donde anduvimos, que resultan siempre espectaculares.
Lo del restaurante tuvo sus pros: Una vista preciosa sobre la ría y Sanxenxo con unas cristaleras enormes que permitían una visión perfecta, una mesa redonda muy adecuada al número de comensales, un servicio atento y simpático que hacía lo que podía con muy buena voluntad; y luego sus, yo ni diría contras sino más bien mediocridades: Se esperaba un poco más de la materia prima y la preparación, hacia un poco de fresco en el local que se hacia poco acogedor por lo grande y vacío que se veía. El precio, sin ser exagerado, hizo descender mucho la relación calidad/precio. Pero todo eso quedó ampliamente compensado por la amena y agradable mutua compañía que nos brindamos. Os aseguro que tanto Isabel como yo lo hemos pasado muy bien.
Ánimo y a ir pensando en la próxima.