A continuación, una nueva entrega de: “EN BUSCA DEL ROADSTER PRETENDIDO”.
¿Podrá nuestro protagonista sortear los obstáculos y peligros que le acecharan en tan trepidante aventura?
Los sabremos en el episodio de hoy.
Capítulo 1.- El roadster y la historia.
En anteriores capítulos, me fijé la firme intención de encontrar el tesoro descapotable a medio plazo y así llegó enero de 2016. Tras un par de meses de intenso trabajo; llegaban los exámenes de Enero en la UNED, tocaba centrarse, como siempre quitar tiempo de donde no lo hay y hacer el último esfuerzo estudiando en serio.
En estas estaba, estudiando el siglo XIX, cuando de pronto leía: Fernando VII regresó a España después de un Roadster Tour por Francia, mientras que Buggyman hacía un reportaje sobre la conce oficial RSC organizada por las cortes de Cádiz…. Ups! Esto…..se me está yendo la cabeza! Céntrate chaval, ya pensaras en roadsters en verano sin exámenes! Pasaban los días muy lentamente, visitaba a diario el foro y en los pequeños ratos libres, me permitía ese pequeño placer culpable que es ver cómo está el mercado de roadsters de ocasión. Lo cual lleva si o si a hacer cuentas mentalmente, a pensar si te cuadraría esa unidad, etc. Después volvía a centrarme en el estudio. Hasta Mayo o Junio había tiempo y esas unidades posiblemente ya no estuvieran a la venta entonces. Era una referencia y una forma de estudiar el mercado, pero ahora tocaba estudiar otra cosa.
Entretanto, un amigo apasionado del concepto de roadster se convertía en la versión vía móvil del diablillo en el hombro: “nada hombre, no lo pienses más” “ya sabes que no es un calentón, llevas años detrás de él” “de haberlo comprado entonces, hoy ya lo tendrías pagado” “bla,bla, bla…” Así que cuando llegué al tema del General Prim de pronto leo que lo tirotean a la salida del congreso mientras conduce un Porsche Boxter desde sendos Miatas! Esto no puede ser! Que será lo siguiente? Que Amadeo de Saboya como buen Italiano venga en un alfa Spider? Oh Dioses! Hay que buscar una solución a esto, porque así ni estudios ni coche. Voy a hablar con Miguelvet a ver si me receta algo. Así que hablo con Miguelvet y me dice que para lo mío no hay cura, pero que por caridad cristiana y amor a los animalitos como yo, me recomienda ponerme en contacto con Antimach y Jotaeme que son especialistas en este tipo de casos sin solución. Así que eso es lo que hago y ahí empieza la aventura realmente.
Antimach me dice que él no es especialista en cetáceos pero que si puede orientarme en el tema de la compra y en qué cosas fijarse a la hora de ver una unidad. Por otro lado, mi vecino del norte, Don José María duque de Brigantium, lord protector de RSC, me dice que aunque sus nobles posaderas jamás han descansado sobre un asiento de vehículo que no fuese estrenado por el mismo (la Nobleza obliga) y me ayudara en lo que sea menester.
Es así, como empiezo a ver más en serio las webs. El modelo, en cuanto se hizo firme la decisión de compra, quedo claro en mi mente Z3 o Z4, como ya en el primer post puse que me llevaba a desear uno u otro no me extiendo aquí. Al final, con precios bastante parejos a igualdad de motorización la cabeza me decía Z4.
Así que tras enseñarles fotos a los tres socios que me ayudaban y soportaban o padecían (todo hay que decirlo) me decidí: “Voy a llamar a ese compraventa de Bilbao que tiene un Z4 3.0i súper equipado e impoluto a primera vista.” “¡Nada! ¡Vendido hace una semana! Uf”
A todo esto, antes de llamar me lo pensaba mil veces les preguntaba a Antimach, Jotaeme y Miguel. Después salió una oportunidad de un 3.0 aquí al lado en Vigo. Otro chasco, ¡hacia un mes que se había vendido! “Es que no actualizan esas webs?”
Capítulo 2.- El preámbulo del viaje.
Toca seguir buscando y la cosa queda reducida a 3 unidades todas z4 3.0i. A estas alturas de la película no quiero ninguna otra opción. Dos de ellos en Cataluña y uno en Extremadura. Los dos primeros granates y el tercero negro con cuero beige (la primera combinación de colores en mi lista de gustos, aunque siempre te van surgiendo dudas). Les pedí más fotos a todos y más información. Uno de los granates me contestó cuando yo ya había adquirido vehículo y el otro me envió unas fotos en las que se veía muy cochino el coche por dentro, para mi gusto, sin desgaste pero sin el cuidado que yo creo que tiene que tener un coche.
Mientras el de Cáceres, en fotos se veía impoluto, 95.000 km y respondió a todas mis preguntas sin ningún tipo de problema. Hice lo que me recomendó Antimach, pedir un informe del vehículo a tráfico y todo estaba ok (sin cargas, con ITV en vigor y a nombre de quien debía estar). Así que tras conversación telefónica en que el vendedor me transmitió muy buenas sensaciones, me decidí a ir Extremadura. Al rato de haber hablado por teléfono, el vendedor me informaba de que le había llamado otro chico de Madrid interesado en ver el coche la semana siguiente. Pues el viernes el vendedor se ausentaba una semana y ya estábamos a martes por la noche. Tenía que verlo antes que el madrileño!
Confeccione un listado de las cosas que tenía que revisar en el coche y del papeleo a tramitar. Avisé al banco de que cantidad necesitaba tener disponible en una determinada oficina de Cáceres y me puse a buscar cómo llegar allí! Busqué combinaciones y eran todas una locura! En tren tenía que ir a Madrid y de allí a Cáceres, una Barbaridad en horas y no resultaba barato, la otra opción era en autobús que a través de Portugal y con destino Andalucía me dejaba en Cáceres a las 3 de la madrugada! Pues ir en Autobús vía Madrid y después a Extremadura era más locura aún, teniendo que hacer noche en Madrid. Todo ello, resultado del diseño radial de nuestra red de comunicaciones. Entonces me comentaron lo de “Bla, Bla Car”. Que te dabas de alta en la página, buscabas destino y te decía si alguien hacia la ruta y en cuanto te salía. Otra opción era ir con mi pareja o algún amigo en mi coche, pero por la semana y con tan poco margen nadie podía. Comentándole al vendedor si a esas horas tendría algo abierto, el vendedor me comentaba que a esas horas en Cáceres deben retirar hasta las máquinas de Vending. ¡Es decir no encontraría ni un taxi! Menudo panorama. Así que probé suerte en Bla Bla Car. Solo había una persona que iba a Cádiz pero pasaba por Cáceres y me dejaba a media mañana del jueves! Tocaba pagar una noche de hotel pero no era mala solución.
Capítulo 3.- Un Gallego, una cubana, una musulmana y un chófer.
En la noche del martes para el miércoles, localizo en la web de marras una sola persona que pasa por Cáceres en su viaje a Cádiz. Especifica que hay que llevar equipaje de tamaño medio, un solo bulto. Solicito el viaje y tengo que esperar que confirme que me acepta como viajero, es la primera vez que uso éste servicio y no va a encontrar referencias sobre mí. De él la aplicación dice que le gusta el deporte y que es titulado en empresariales.
Son más de las 00:00 cuando hago la solicitud, la web me informa de que él tiene de límite para contestarme las 12 del día siguiente. Así que a la mañana siguiente estoy en pleno corte de pelo cuando apenas faltan unos minutos para que se cumpla el plazo y entonces suena el móvil. Es el chófer dándome el ok personalmente. Quedamos para las 6:00 del día siguiente con lo que sobre las 11:00 del jueves estaré en Cáceres. “Bien! Parece que la cosa se va encauzando”.
Como es de prever esa noche apenas duermo y cuando suena el despertador parece que llevo pocos minutos acostado. Con 15 minutos de antelación llego con mi novia al punto de reunión, la entrada oeste de la estación de autobuses. Busco el Clío rojo metalizado de última generación que tiene el conductor. Aún no ha llegado. Al poco llega un coche con dos chicos y una chica que parecen llegar de fiesta todavía. Bajan una maleta pequeña y se sitúan cerca de nosotros.
Casi a la hora señalada, llega el Clío rojo y se baja de él su único ocupante. ¡No puede ser él! O si… quizás le guste el deporte, pero verlo en la tele! En esas cavilaciones estoy cuando llega a mí y se presenta. Acto seguido se dirige al animado grupo de tres y luego vuelve, “la chica viene con nosotros” se trata de una morena de una belleza exótica, no sabría decir de que procedencia. Mi novia mira para mí y me pregunta no ibais solo los dos? Le contesto que sí que eso ponía la aplicación.
El conductor, del que no diré el nombre por si alguien usa ese servicio respetar su intimidad nos dice que nos retrasaremos en la salida pues falta aún una señora que viene de Cuntis (situado a 30 km) que se ha olvidado del cargador del móvil y ha vuelto a casa a por el. Bueno, mientras esperamos metemos mi pequeña mochila, la maleta mediana de la chica y queda suficiente espacio ya que el chófer también lleva poca cosa. Por fin, tras una espera que se antoja interminable pues no está abierta ni la cafetería, llega la “señora” que resulta ser una cubana que rondara los cuarenta y tiene cuerpo de atleta. Las miradas de mi novia lo dicen todo, la morena exótica, la cubana, el chófer y yo en medio de todos. Para rematar la jugada la cubana se ha traído el baúl de la Piquer! Curioso concepto que tiene de un solo bulto de equipaje de tamaño medio. Bueno, de tamaños ya se sabe, cado uno aprecia las cosas de una manera particular. A continuación, se suben las féminas detrás y nosotros delante, la atleta cubana va detrás de mí y me pide que eche el asiento para delante alcanzando ella su comodidad cuando mis rodillas tocan en el salpicadero ya continuación, me pide con mucha educación si puedo ponerle a cargar el móvil y vigilarlo de vez en cuando por que a veces deja de cargar…
Las sorpresas no han hecho más que empezar, el conductor nos pregunta si le vamos a pagar. Le contestamos que ya lo hemos hecho a través de la aplicación, menos la morenita que dice que la aplicación ya no le dejo por estar fuera del límite horario pero que le pagará, cuando encuentren de camino un banco abierto. Bueno, tras apenas unos minutos de ruta por la autopista, 15 kilómetros después paramos en el peaje y el chófer dice, podéis pagar el peaje? No he traído dinero, me he olvidado… “Este está de coña! Nosotros ya hemos pagado en la aplicación lo pactado” nadie echa mano a la cartera, así que saco los casi cuatro euros del peaje y lo pago yo. Es el único que hay que pagar en todo el tramo así que no pasaría nada sino me lo devuelve, pero ya voy viendo de qué pie cojea el personal. El coche es recién comprado y es el primer viaje largo de nuestro conductor. Me fijo en el nivel de Gasolina, probablemente a Cáceres llegue pero no a Cádiz, le digo que podemos salir en Vigo (15 km desde el peaje) y que allí saque dinero en un cajero.
No es buena idea viajar en pleno enero con el depósito muy bajo, cuando no sabes nada sobre el recorrido que vas a hacer. Me contesta que tiene que retirar el dinero en mostrador, con lo que hasta que abran los bancos habrá que seguir haciendo kilómetros. Al poco tiempo, las chicas duermen atrás y yo voy de copiloto pendiente, pues lo que no me apetece es que el señor X se quede dormido. Le voy dando conversación y voy comprobando la total falta de preparación para hacer el viaje. Así pasan las horas de animada conversación y en un momento determinado empieza a consultar el whatsapp y me espeta: “Esto no se debe hacer porque es peligroso y lo revisa igualmente” así, de vez en cuando, va haciéndolo y yo pendiente de la carretera, le voy diciendo cuidado cada vez que empieza a perder la trayectoria o acerco la mano al volante. Él a lo suyo y ellas a dormir.
En Benavente, la morena despierta para ponerse brevemente con el móvil y aprovecho para decirles que ahí probablemente tengan banco abierto, gasolinera y que no es mal momento para tomar un café o ir al servicio. Así es como acabamos en una cafetería concurrida del centro del pueblo tan extraño grupo. Cuando me doy cuenta veo que sin cortarse demasiado la morenita que resulta ser musulmana con novio en Galicia, saca una sustancia que va calentando y partiendo en trocitos pequeños para ir devolviéndolos así a su bolso… “yo me centro en mi cola cao y pienso que tengo que llegar a Cáceres y que si nos detienen a la postre el Juez verá que yo estoy allí por la aplicación de las narices” me digo, lo único a evitar si nos para la guardia civil es gritar “¡Ala es grande!” ¡Y pensar que dos guardia civiles fueron los que me recomendaron este tipo de viaje!.
El viaje, sin duda, transcurre de forma entretenida pese a que las bellas durmientes se abandonan en brazos de Morfeo nada más subir al coche de nuevo. Al final, yo estaba en Cáceres sano y salvo, sobre las 12:00 de la mañana. Se produce la despedida entre besos y abrazos y me digo “¡caray como empieza el día”.
Continuará….
Capitulo 4.- ¿Era un tesoro o solo una quimera?