Alguien en el hilo de mi presentación me ha pedido que os cuente un poco cómo son las sensaciones de un roadster de los de antaño así que me pongo a la tarea.
Lo primero de todo he de deciros que no soy ningún experto en coches, en clásicos, en descapotables, en roadsters ni en roadsters clásicos así que lo que os puedo contar son solo experiencias y sensaciones propias.
Tener un aparato de estos que ya han pasado su ciclo vital lógico supone ante todo que hay que estar dispuesto a pagar el peaje de la edad, es decir, que te llamen chiflado, que el común de los mortales crea que eres el sobrino de Aristóteles Onasis porque tener un coche de esos es de millonarios, que tres docenas y media de niñatos gilipuertas se piquen contigo a bordo de su TDI amarillo con nombre de fiera, que en la mayoría de los talleres te traten como a un apestado o te vean como su solución para cerrar la facturación del mes en positivo, tener que buscar y rebuscar recambios por infinidad de páginas de toda Europa porque esa pieza que necesitas está descatalogada desde que Jesús Hermida era corresponsal en Nueva York, que ...
Por lo demás es una experiencia de lo más gratificante. La conducción es diferente a la de un coche moderno, ni mejor ni peor, diferente. No hay ningún tipo de ayudas o concesiones al confort, dirección resistida, frenos que ABSES frenan mejor y otras un poco menos, tapicería de skai que te congela el trasero en invierno y te transporta directamente a las calderas de Pedro Botero en verano, sistemas eléctricos entre malos y peores diseñados por LUCAS the prince of the darkness o por algún fontanero transalpino reconvertido en ingeniero en Turín.
Pero todas esas sensaciones y condicionantes hacen que "los quieras más", que cada vez que vas a hacer un viaje con ellos esos quinientos kilómetros entre ida y vuelta sean una aventura, que les dediques mucho más tiempo a repasar y comprobar que todo está en orden y que llegues a la conclusión de que el aparato tiene alma.
Por todo eso, si un roadster te pone una sonrisa en la boca, un roadster clásico, al menos a mí, te alegra el día y os puedo asegurar que cada vez que lo arranco, aunque solo sea para hacer veinte kilómetros, disfruto como un enano.
He tenido varios clásicos pero solo dos sin techo, un Triumph Spitfire 1500 y el Alfa Spider que tengo ahora y aunque el concepto básico es el mismo son coches completamente diferentes.
Os pego un par de fotos de los trastos en movimiento y con otros "colegas"
Estas son del pasado mes de setiembre en un viaje a Lerma y alrededores
Estas otras de mi antiguo Spitfire en la provincia de Zaragoza
Saludos