Son las 6.30 de la mañana del miércoles, suena el despertador y lo apago al momento, estoy despierto. Me levanto como un muelle de la cama, le doy un beso a mi chica y cojo la mochila que había preparado el día anterior con comida y ropa para un par de días: voy en plan low cost y comeré de bocadillo por el camino. Compruebo que llevo los papeles: contrato de compra-venta, de transferencia de bienes, el seguro temporal de dos días y el pasaje del autocar. Todo en orden, me voy a la Estación del Norte de Barcelona a esperar a mi autobús, que sale a las 8:45.
Llego temprano y voy viendo el panorama: un miércoles de Agosto, ¿quién se va a Soria un día así? Pues abueletes que vuelven al pueblo, el autocar parece el Imserso, pero no hay problema. Tengo mucho en lo que pensar
Arrancamos y pienso en cómo me he metido en este “fregao”: Llevo años (antes incluso de sacarme el carnet) buscando y mirando roadsters biplaza. Eso, y mi preferencia por los coches japoneses me hacen fijarme en dos modelos en concreto: Honda CRX Del Sol y Mazda MX-5. Pasan los años y, por fin, en 2014, con 6 años de carnet estoy en la situación de comprarme uno de los dos. Empiezo a mirar y mirar, aunque me sé el mercado de memoria, puesto que lo miro cada semana, y doy con una unidad en Barcelona que me cuadra, así que contacto con el vendedor. Es un NB1 sin aire acondicionado, elevalunas ni nada eléctrico, vamos, “pelao”. De precio está algo alto, pero espero poder rebajarlo. De pintura se ve perfecto excepto porque el paragolpes delantero está algo hundido de un lado, pero no me preocupa. Quedo con el chico para verlo el Lunes, y pienso mientras concreto la cita que ese va a ser mi MX-5.
Llego a casa y, con ilusión, pongo el enlace en el censo de MX-5 para que los demás miembros me puedan dar su opinión, pero, casualmente, justo ese mismo día ponen el enlace de una unidad en Soria, de 2002, 1.6 acabado Phoenix, un único dueño y 43.000 km que había pasado por alto, pero el precio se me escapaba del presupuesto que manejaba. Pero como no perdía nada, me animé a escribirle por Whatsapp siendo bastante sincero: Le dije que la unidad me cuadraba, pero el precio no, y no quería hacerle perder el tiempo sin decirle el presupuesto que manejaba, así que le dije a lo que podía llegar y, ¡sorprendentemente aceptó!
El problema era que estaba a 550 kilómetros, y pegarme el viaje para verlo era arriesgado. Pero la suerte estaba de mi lado: hablamos por teléfono y justo estaba de viaje en Granada, donde tengo a un par de amiguetes (y foreros) que controlan de mecánica, así que les puse en contacto y a las dos horas tenía al teléfono a mi amigo contándome que el coche tenía sus cosillas de chapa, pero que de motor estaba perfecto y los kilómetros eran completamente reales. Así que con su visto bueno, le dije al vendedor que OK y saqué el billete para ir a cogerlo.
Llego al pueblecito, San Esteban de Gormaz, y tras 10 minutillos esperando, aparece David con su hija montados en el MX-5. Me lo enseña por encima, firmamos contrato y le doy el dinero: ¡El coche es mío!
Lo primero, a llenarle el tanque, que me lo dio seco, y a llamar a un amiguete que tengo en Madrid para decirle que después de años de darle la brasa, ¡por fin tenía un coche sin techo! El tema le hizo mucha ilusión, así que me dijo que fuera a su casa a hacer noche y así lo veía. Pues para allá que me fui, un CD de los que traía para el viaje, las gafas de sol y a la carretera: 150km del tirón y ni se inmutó el coche, ¡va como un reloj! La parte mala, que el encendedor estaba encallado y no podía poner el cargador del móvil: 33% de batería y bajando, me separa una hora y media de camino y mi orientación no podía ser peor. La tensión aumenta hasta cotas insospechadas, pero consigo llegar con un 2% de batería. Voy a tener que echar los Euromillones, que esto empieza a ser extraño…
Un par de problemitas que le encuentro: La ventana del copiloto no baja del todo, sólo 4 dedos, el anclaje del cinturón del copiloto ha desaparecido y el coche en general tiene más mierda que el rabo de una vaca (incluidos dos nidos de arañas que veo en el interior del retrovisor cuando lo ajusto), pero nada que no sea fácilmente solucionable: de hecho, tenía muchas ganas de tener un coche así, con buena base y al que le pudiera ir haciendo cosas yo mismo. De momento no defrauda.
Amanece al día siguiente y tengo 550 kilómetros por delante, así que me toca otro madrugón: no importa, sarna con gusto no pica. Con la ayuda de mi amigo y un destornillador desatascamos el mechero, por fin puedo conectar el cargador y ponerme en ruta. No voy a engañar a nadie, lo estaba deseando.
Quito la capota aunque tiene pinta de que va a hacer un sol de justicia y pongo rumbo a Barcelona. El viaje transcurre igual que el otro, sin ninguna incidencia. Ni el aceite ni el agua se calientan en exceso, ambas agujas están clavadas a la mitad del marcador. La única que se mueve es la de la gasolina.
A la altura de Zaragoza, le mando una foto a mi chica del techo de nuestro nuevo coche:
Aprovecho para parar en una área de servicio, llamar a la familia para que sepan que estoy bien, vaciar mi tanque y llenar el del coche, estoy 2 minutos en el lavabo y al volver me encuentro esta sorpresa:
¡Ni dos minutos ha estado fuera de mi vista! Pero bueno, habrá que ir acostumbrándose. Al mal tiempo buena cara, y a seguir.
Hago el tramo que me queda del tirón, y, aprovechando que casi es la hora de comer, paso por el trabajo de mi chica, la recojo y, sin mediar palabra, ambos sabemos a dónde vamos a ir:
Ahora sí, podemos dar el coche por estrenado
Dejo que pruebe el coche en un parking cercano, la dejo en su empresa y me voy a casa de mis suegros a dejar el coche de momento aprovechando que ellos tienen sitio.
Aparco, pongo la capota, cierro el coche y me voy con la pena de no poder ponerme a cacharrear hasta el fin de semana.
Por fin llega el fin de semana y me preparo para mi primera sesión de “limpiezayloquesurja”. Me preparo la mochila con las herramientas y me pongo manos a la obra.
En primer lugar, unas fotos del Miatilla:
Como véis, mierda y suciedad por todas partes, incluso telarañas… Pero no me voy a achantar ahora, ¡asientos fuera y manos a la obra!
Empiezo por el vano motor, que daba asquito. Ya le daré en profundidad, pero con el motor encendido y un manguerazo sin presión le quito lo gordo.
Antes:
Después:
La cosa cambia
Siguiente, un buen aspirado al interior:
Y me pongo a mirar la ventana del acompañante, a ver si veo algo. Desmonto el panel sin mucha dificultad (el manual de taller ayuda) y veo que hay un cable que parece que se engancha con la ventana al bajar:
Lo meneo un poco y la cosa mejora mucho, ahora ya baja del todo, pero hace un ruido raro y al subir no llega hasta arriba:
Al final se me hace tarde y me tengo que ir, dejo el coche medio desnudo y me vuelvo a casa a darle vueltas a cómo arreglar la ventana.
Manos a la obra, vuelvo a donde está el coche y le pongo unas bridas sujetando el cable tal como indican en un vídeo:
Resultado: ventana arreglada por 0,75€ que me ha costado el paquete de bridas y la sensación de ser un crack por arreglar algo por mí mismo en el coche.
Iba a seguir haciendo cosas, pero qué narices: era Domingo y me apetecía darme una vuelta, así que le he pegado un buen lavado, le he puesto el protector de la capota y me he ido a dar una vuelta:
Esto es otra cosa: