Efrén, te va a gustar
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El Peugeot 207 RC puede ser rápido, pero no lo suficiente. Porqué? Porque está gordo. Así que en TopGear hemos optado por el ‘Simplifica y aligera'...
En principio era una prueba bastante sencilla. Sacar un GTI con sobrepeso a dar una vuelta a la pista de Top Gear, deshacernos de todo el peso innecesario, dar otra vuelta, jactarse sobre lo rápido que había ido en la segunda vuelta, generalizar sobre el peso de más que llevan todos los coches modernos y no era mejor cuanto tu Austin Allegro sacaba siete kilos en la báscula...
Pero, cómo esto es TopGear, las cosas no funcionan de esta forma. Para empezar, justo antes de aparecer por la pista de TG en un día frío y gris de invierno, se puso a llover. Mucha lluvia. Llegamos a Dunsfold para encontrarnos la pista completamente inundada, con ballenas brincando graciosamente por Hammerhead, y un hombre con una pata de palo y acento del oeste reclamando la curva Gambon en el nombre de Kernow. En jerga de la tabla de tiempos de TG es MM. Muy Mojado es nuestro primer problema.
Nuestro segundo problema es Stig. O, quizás, la falta de él. Nuestro piloto de carreras domesticado no se encuentra por ningún sitio. Quizás el coche que hemos elegido no ha activado su radar: Si, el Peugeot 207 RC es, técnicamente, un GTI, pero no es muy de su tipo. Balancea demasiado, demasiado blando, demasiado... gordo. No es que el 207 RC sea único en su especie por estar demasiado cebado. Es un indicador de la moda generalizada hacia una mayor corpulencia, pero gracias a su ágil antecesor el 205 GTI, el aumento de peso parece más atroz que en sus numerosos rivales. Según las cifras oficiales, el viejo 205 GTI pesa en báscula 900kg con una relación potencia/peso de 149 cv/tonelada. El 207 RC está por encima de los 1,300kg con una relación potencia/peso de 133 cv/tonelada. Oh dios. Esta es la razón por la cual hemos elegido el 207 cómo el conejillo de indias de nuestra dieta drástica.
En ausencia del Dr Stiggian McKeith, y para poder acentuar las mejoras de la pérdida de peso, nos pusimos a convertir la Pista TopGear de Vueltas Rápidas en el Circuito Patentado TopGear de Manejo mediante la refinada técnica de añadir una docena de conos repartidos en intervalos estratégicos.
Al poner el último cono en su sitio, aparece él, acechando por detrás de un hangar con media docena de gatos callejeros detrás. Si Stig tuviera expresiones, ésta sería de desdén. Mira el 207, aparcado en la línea de salida, unos pocos segundos. Contento de que al menos, es un coche, se desliza en el asiento del conductor, apreta el acelerador y simplemente... sale. Los gatos huyen despavoridos. Volando por la pista, clava los frenos en la primera chicane y saltan las luces de emergencia.
Sale de la chicane a tres ruedas, con el 207 escarbando en busca de grip mientras se zambulle en la recta principal. Usando cada milímetro de la pista y un poco de césped, Stig acaba la primera vuelta. En su primer intento ha hecho un 1:47.8. El segundo es un 1:46.6. El tercer, cuarto y quinto intento están a una décima de cada uno, terminando con un inmaculado 1:46.4. Consistencia asombrosamente típica en Stig, y esto es todo lo que puede dar el coche. Recordad que estos tiempos no se pueden comparar con los del programa de televisión, Stig tiene un trio de chicanes extra que sortear. Pese a eso, el 1:46.4 parece un muy buen tiempo.
Stiggie clava el 207 en la línea de salida, sale del coche y se queda ahí, con los brazos cruzados. Si hubiera una postura que dijera “Arráncame la basura pesada fuera de este GTI rechoncho", ésta sería una.
Antes de ponernos manos a la obra con el 207, lo montamos en un juego de básculas de carreras de alta precisión. Sin conductor y medio depósito, marca 1,273kg. Cuanto queremos perder? 100kg parece una cifra decente. Un bonito número redondo, el peso de un jugador de rugby. Cogemos las llaves, los destornilladores y unos cuantos martillos y nos ponemos a trabajar.
Olvidaos de correr con el maldito coche: arrancar los interiores de un hatchback puede ser lo más divertido que puedes hacer en un circuito. Somos Shiva, el dios Hindú de la destrucción, arrasando piezas cuidadosamente creadas del 207 con entusiasmo. Con sorprendente facilidad, sale el asiento del acompañante, con los cables arrastrándose mientras los sensores de airbag son arrancados de sus soportes, y luego está el techo solar, reemplazado por un trozo de cartón, muy ligero aunque no muy resistente a las inclemencias del tiempo, ni estético.
Los asientos traseros son los siguientes en salir, seguidos por el plato principal, el tapizado entero arrancado de golpe del 207 cómo si fuera una serpiente que cambia la piel. Sin embargo, en interés de la simplicidad, hemos decidido no optar por frenos aligerados o ventanas de metacrilato, decidimos montarle un nuevo juego de llantas más ligeras y unas Pirelli P-Zero nuevas: una manera segura de rebajar unos cuantos segundos por vuelta y probar el efecto de la dieta.
Le ofrecemos una llave inglesa a Stig, pero simplemente pasa de largo, se monta en el asiento del conductor - el único que queda - y agarra el volante con determinación, dejándonos sacar la consola central a su alrededor. Al arrancar los paneles de las puertas con un crujido satisfactorio, Stig enciende el motor y acelera con decisión. Está listo.
Podríamos continuar, pero Stig está impaciente por salir. Decidimos renunciar a desmontar los altavoces de las puertas, los interruptores del salpicadero y las manetas, porque llega el momento en que no sabes cuando parar. Ahorrando dos gramos a base de sacar un tornillo del cierre del cinturón de seguridad? Stig tiene prisa, y el tiempo es oro. Con un plato de mermelada de despojos, lo guiamos junto con el 207, a la báscula. Si se excluye el peso de nuestro hombre de blanco - cómo la edad de Bruce Forsyth y la talla de pecho de la reina, el peso en vacío de nuestro piloto está sujeto a la Ley Internacional de Secretos - el 207 marca unos 1.149kg. Hemos aligerado 124kg, casi exactamente el 10 por ciento del peso en vacío del 207. Es una cifra importante. Si no fuera por el estricto reglamento en temas de peso, los equipos de F1 matarían - En serio, se cargarían personas humanas - por una reducción de peso del 10 por ciento.
Acabamos poniendo cinta adhesiva en los huecos entre los paneles de la carrocería, por... bueno, no estamos muy seguros de que sirve, pero parece adecuado en nuestro plan de aligeramiento casero y volvemos a guiar a Stig a la línea de salida. Antes de empezar la vuelta al CPTGM, nos tomamos un descanso para admirar nuestra obra maestra.
Somos dioses de la ingeniería. Hemos creado un 207 del mundial de turismos, un monstruo feroz sin compromisos, que merece un lugar de honor en la colección de coches aligerados de TG. Lo bautizamos cómo el 207 TG RC Superleggera Sport RS, y preparamos el cronómetro para la vuelta lanzada de Stig seguida de las celebraciones de nuestra genialidad. Antes de que os quejéis de que el estado de la pista ha cambiado, no lo ha hecho: la pista sigue completamente empapada y sembrada de charcos.
Sale. Viéndolo por nuestro circuito de manejo, el 207 Superleggera parece mucho más vivo, juguetón en las frenadas y con la trasera más suelta. En la entrada a Bacharach, Stig saca la cola a pasear en una larga derrapada, levantando una columna de agua a su paso. Parece realmente rápido. Cruza la línea y...
Eh, bueno. El resultado, es, cuanto menos chocante. Es un 1:46.4. Exactamente el mismo tiempo. Convencidos de que algo debe haberse estropeado en el software de Stiggie, lo enviamos a dar otra vuelta. 1:46.5 esta vez. Luego otro 1:46.5 y luego una tanda de dos 1:46.4, en la segunda de las cuales demos desmontarse el techo solar de cartón del 207 mientras Stig se pelea a través de Gambon. No podemos culpar a Stig: está llevando el coche al límite, y no va más rápido que antes. Vaya. Hemos sacado una gran cantidad de piezas de nuestro 207 y sigue siendo igual de lento.
Después de que Stig cierre de un portazo nuestro 207 aligerado y saliera disparado en dirección a Chiddingfold, aparentemente disgustado por nuestro intento fallido de probar los principios de Colin Chapman, salí a dar un par de vueltas en nuestro 207 Superleggera. Se nota algo distinto, con una entrada a las curvas más ágil, más propenso al sobreviraje, menos estable. También es tremendamente ruidoso, oyendo el más mínimo tosido del escape vibrando por el habitáculo. En mis manos inexpertas, cómo en las patas expertas de Stig, no es más rápido. Ah.
Así que, en realidad que hemos probado? Nos hemos quejado un millón de veces que todos los cacharros que llevan los coches son demasiado pesados y que simplemente nos deberíamos deshacer de ellos, pero los asientos son útiles para sentarse, los airbags para evitar una muerte horrible, y las bandejas del maletero son útiles para separar las maletas del habitáculo. El 207 Superleggera es, básicamente, un coche inútil para usar el día a día, y tampoco es más rápido en un circuito. No dudamos que muchas piezas podrían y de hecho deberían ser más ligeras - los asientos, en particular están llegando a un nivel preocupante de peso - pero eso es un trabajo para los fabricantes, los proveedores, para gente con ordenadores y títulos. No idiotas con martillos.
El análisis de Stig sugirió que el problema era doble: primero, al sacar tanto peso de la parte trasera, desequilibramos el 207, perdiendo grip, un problema multiplicado por las condiciones de la pista. Segundo, y más importante, no pudo sacar la ventaja de los neumáticos en nuestras ruedas aligeradas - Las P-Zero, que deberían haber sido mejores y agarrar más. Con una buena puesta a punto, Stig reconoció que nuestro 207 Superleggera podría haber bajado tres segundos por vuelta. Pero no estaba correctamente puesto a punto. No tenía ningún tipo de puesta a punto. De la misma forma que la potencia sin control no sirve de nada, el aligerar sin refinamiento tampoco. El automovilismo es una ciencia exacta y nosotros somos aficionados. Niños, las dietas milagrosas no funcionan.
http://www.topgear.com/UK/photos/how-fat-is-your-car