Pues ya que estamos me gustaría compartir con vosotros mi experiencia de haber ido por primera vez a un circuito.
Nada más llegar, el ambiente genial, como siempre. Sin embargo, la cabeza la tenía puesta en otra cosa. Estaba bastante nervioso pensando que podría -como poco- destrozar el Miata que tantas horas de trabajo tiene encima por una tontería. Además, Jennifer tenía infinitamente más miedo que yo, así que yo estaba obligado a mantener el tipo
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Me habían quitado el derecho a llorar como una niña, aunque por suerte los más veteranos me contabais que los nervios una vez has arrancado desaparecen por completo.
Bueno, en el briefing todo me quedó claro, clarinete. Muy buena la explicación de Carles, ahora ya sabía donde y como había que frenar. El problema es que bajando las escaleras, ya no me acordaba de la zona de las enlazadas, las que para mi eran las más complicadas
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Vale, calentamos motores e increpo a algunos pilotos por no querer descapotar (con buen resultado en gran medida). Al fin nos llaman a formar filas, y ahí que voy yo, me quedo el último. No solo no he conducido en un circuito nunca, es que yo soy de los que les da miedo ir rápido por carretera porque no sé lo que me voy a encontrar.
Salgo a la pista, y tal y como me habían dicho los nervios se esfuman. Voy trazando como puedo las curvas. No me cuesta trabajo mantener el coche en pista, pero si llevarlo por donde quiero. Además, soy incapaz de trazar dos veces la misma curva igual. Por no decir que las enlazadas las capeo como puedo. Estoy muy fallón con las marchas. Falta de costumbre, más que nervios, ya que como digo estos se han esfumado. Acaba la primera tanda y yo quería más! Cuando paramos el coche, Jennifer me dice que ha estado todo el rato aguantando el retrovisor del copi. Se había aflojado el mecanismo que hace que se pueda orientar. Antimach, mitad hombre y mitad leroy merlin me presta un destornillador con el que desmonto el espejo y lo guardo para hacer la reparación en casa tranquilamente.
Tras la media hora más larga del mundo, volvemos a pista. Al igual que en la primera tanda, decido salir último. Hago la vuelta de calentamiento, tras la cual paro en boxes y recojo a Carles de TecDrive, el cual amablemente se nos había ofrecido por si necesitábamos ayuda, y yo estaba claro que la necesitaba. Se monta un par de vueltas conmigo y el cambio es espectacular. No hago las curvas bien del todo, pero ahora tengo claro lo que hay que hacer. Tras dos vueltas, todo dentro de mi cabeza empieza a tener sentido.
Vuelvo a parar en boxes, dejo a Carles y recojo a mi copi
. Tras las dos paellas mejor pilladas que antes, en las enlazadas decido irme a por uvas. No sabría decir si fue porque toqué el freno en apoyo o que es lo que hice mal, porque a veces no sabía ni lo que hacía, el caso es que la trasera del coche iba de lado a lado mientras yo intentaba sin éxito ponerla recta. Debido a la deceleración y a que había aflojado algo de gas, el coche traccionó por sí solo en linea recta y seguí como si nada
y sin haberme salido.
Continúo a lo mio, completo la vuelta, y comienzo otra. Llego a la curva de final de recta (no la rápida, la paella) y freno. Bloqueo los frenos, aflojo un pelín, pero eso sigue bloqueado. El tren delantero parece flotar, deslizaba sin control como si fuera mantequilla. Justo antes de llegar a la grava la trasera del coche decide adelantarme haciendo un 180º y por lo menos me quedo apuntando hacia la salida de la curva. Salgo de allí sin problemas pero dejando una polvareda considerable con las ruedas traseras que habían probado la grava. La excursión me han costado dos toyo proxes T1R con 5.000 km que han quedado para el arrastre con dos planos gigantes
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Es en esta segunda tanda donde me doy cuenta de que el Miata está totalmente desubicado. Tal y como habéis apuntado algunos, el circuito no es su lugar. Para trazar bien las curvas tengo que ir casi parado. A poco fuerte que vaya tengo que trazar por el exterior de la curva o el coche empieza a subvirar. Saliendo de las curvas no es mucho mejor. Si me paso en el acelerador la potencia se escapa por una de las ruedas traseras sin autoblocante. Es absurdo ver como el motor sube de RPM y tu cada vez vas más lento. Si hablamos del motor, se le nota falto de potencia por todos lados. Y en el paso por curva no puedes utilizarla al salir porque pierde tracción.
Me doy cuenta de que los frenos es lo único que funciona bien, a pesar de ser el punto débil de los Miatas NA. Delante monto yellowstuff, discos EBC ranurados y latiguillos. Detrás solo los discos EBC ranurados. Además el 1.8 monta frenos más gordos que el 1.6. El conjunto de todo esto es lo que habrá propiciado que el coche se comportara en este aspecto.
Dentro de mi cabeza pienso que con neumáticos más anchos esto se solucionaría, pero entonces lastraría aún más el coche, y quien sabe si entonces serían los frenos los que también desfallecerían.
Tras las tandas, veía como muchos comentabais que hacíais tandas de 3 ó 4 vueltas y teníais que parar porque notabais un bajón tremendo de adherencia. Yo hasta al final de la segunda tanda, y pese a que las dos excursiones a por uvas ha sucedido tras la explicación de Carles, ha sido tras la explicación cuando mi cabeza ha empezado a recopilar datos de que es lo que está bien, que es lo que está mal, porque he fallado, o me ha salido bien, que le falta al coche etc. Se me ocurre que quizá cuando he bloqueado las ruedas y no he podido hacer que dejara de derrapar tuviese algo que ver que las gomas estaban KO. Durante el día había bloqueado alguna vez en la curva lenta, pero solo al final de la frenada y con aflojar un poco, se solucionaba. Como ya he dicho antes, el coche iba como sobre mantequilla!
El caso es que con el día acabándose, al igual que Ángel decido irme pronto para poder ir descapotado la mayor parte del camino hacia casa. Me despido de todos, y vuelvo a casa en el Miata con una sonrisa de oreja a oreja. Cuando empieza a hacer frío, paro a capotar, y me doy cuenta de la infinidad de ruidos que ahora hace el coche
. El pobre no está para estos trotes. Es un coche divertido para ir a por el pan, pero no hay que pedirle demasiado en un circuito. Hasta llegar a 80 la conducción es horrible por los dos planos den las ruedas delanteras el retrovisor de la derecha estaba en maletero, las llantas llenas de ferodo... parecía que volviéramos de la guerra.
Ahora le toca unos días de recuperación. Arreglarlo todo y volver a ponerlo a punto. Esperar a que cicatricen las heridas para volver a rodar. Porque si bien no el mejor coche para circuito, pienso repetir. Eso si, esta vez prometo no exigirle tanto.
De la organización que decir que no se haya dicho ya. Han tenido unos detalles muy buenos con nosotros. Tanto con el briefing como con la ayuda de Carles. Creo que todos repetiremos. Dentro de la pista por lo que a mi respecta solo vi buen ambiente y camaradería. Yo intenté dejar pasar lo mejor que pude a un par de coches y salvo algún percance aislado me consta que todo fue así.
Vaya tochazo os he plantado.
Un abrazo y mil gracias!