Pues eso. Sucedió el pasado mes de septiembre. El conde Chiquinho Scarpa, muy conocido en Brasil, manifestó en su página de Facebook que, tras ver un interesante documental sobre el Antiguo Egipto, había decidido imitar a los faraones y enterrar sus más preciados objetos con el propósito de tener una ‘otra vida’ más cómoda. Para que nadie dudara de sus intenciones, publicó una foto en la que posaba junto a un gran hoyo (futura tumba de su coche de lujo… un Bentley Continental Flying Spur valorado en unos 370.000 euros, según el Daily Mail). El lugar escogido, el jardín de su propia casa y la fecha, al final de esa misma semana.
Hay que saber que este señor pasó dos meses en coma después de infectarse con una bacteria tras una operación de reducción de estómago. Estuvo muy cerca de la muerte y eso puede transtornar a cualquiera. Una curiosidad que describe un poco su personalidad es que su ‘mascota’ es una cacatúa blanca, una de las aves más caras del mundo, que él considera su hija, su única desdendencia. Se llama Filomena Leopoldina Sofia Scarpa y parece ser que hasta dispone de tarjeta de visita.
La foto que el Conde Chiquinho Scarpa colgó en Facebook el 17 de septiembre, para anunciar su estrambótica idea.Como damos por hecho que los ricos no valoran lo que tienen porque les sobra, es fácil creer que estas cosas son posibles, pensar que se trata de peculiaridades de personas con pocos problemas y mucho tiempo libre, que el poder adquisitivo vuelve a las personas más superficiales ¿verdad?
Os podéis imaginar lo negativos que eran los comentarios que se suscitaban en redes sociales. La página de Facebook del conde, que tiene más de 180.000 likes, empezó a recibir visitas y la foto se viralizó rápidamente. Las reacciones no se hicieron esperar: más 6.300 likes, compartida en más de 6.400 ocasiones y casi 10.300 comentarios. Obviamente, la gente no aprobaba el descabellado comportamiento del conde y, dado que él había tenido la cara dura de hacer pública su excentricidad, las personas que le escribían se tomaban la licencia de criticarlo, de tirarle en cara que no valorara las cosas, que se riera de las personas con menos recursos (la gran mayoría)… le daban además un montón de ideas útiles y solidarias que consideraban mucho mejor destino para su dinero.
Entierro del Bentley.