Etapa 15.- Goumois - Champex¡Y en esta jornada regresó el buen tiempo!, que ya no nos abandonaría hasta el final del Tour. Fue curioso, porque el tiempo otoñal se impuso nada más entrar en Alsacia en la Etapa 10 y se mantuvo a lo largo de las cuatro etapas en que ruteamos por Alsacia (Francia) y Selva Negra (Alemania), regiones vecinas y enfrentadas geográficamente la una a la otra, y el tiempo veraniego se impuso de nuevo en esta Etapa 15 cuando justamente acabábamos de salir de la Selva Negra.
Al fin y al cabo, como yo les decía a mis colegas de Tour, en un viaje de 17 etapas por Centroeuropa, el hecho de que tuviésemos 4 jornadas de tiempo lluvioso –y tampoco había sido una lluvia persistente, sino intermitente- podíamos clasificarlo un balance muy favorable; pero estos chicos que son todos –menos yo- de regiones españolas del secano…no conciben que en pleno agosto pueda llover…pero el algodón no engaña, y si por donde ruteas el paisaje está muy verde en pleno verano, debes pensar que no lo está por casualidad y que si salvas un viaje de este tipo sin ningún día de lluvia es que te ha tocado el gordo de la lotería….que ya sabemos que no toca nunca.
La verdad es que tengo muy pocas fotos de esta etapa, pero con ese poco material gráfico ahí va un pequeño resumen.
Amaneció, como digo, una bonita jornada veraniega, con algunas nieblas a primera hora que se disiparían rápidamente. En el hotel Taillard habíamos compartido etapa con dos grupos interesantes, por una parte con clásicos que acudían a un rallye en Suiza, y por otra con un grupo de moteros que iban haciendo un Tour por etapas similar al nuestro, muy organizado e incluso con furgón de apoyo.
Los gente de los clásicos fue la más madrugadora, y cuando nosotros ni siquiera habíamos desayunado ya partían de ruta.
Ahí está Ángel en conversación con esta veterana pareja. Y hay que decir que éstos iban como Paricio y Toñi con su Hurtan…..nada de exquisiteces de aires acondicionados, asientos calefactables ni cosa que se le parezca. Recuerdo el intercambio de impresiones con ellos en ese momento: la mañana a esa hora estaba muy fresquita todavía y cuando les preguntamos si no tenían frío en un roadster con tan poca protección, sonrieron, miraron para el cielo y con el gesto de quien se siente ajeno a la cuestión planteada nos respondieron con un “somos ingleses….”. Volvieron a sonreir, el metió la primera velocidad y saludando con la mano arrancaron con el característico rugido del motorazo de un clásico que no era precisamente un molinillo.
Unas fotos del momento
Ahora si, ya estamos en pleno desayuno en la terraza del hotel. Todavía hacía algo de fresco, pero la neblina matinal que al amanecer inundaba el valle ya estaba levantándose.
Angelito en imagen post-desayuno
El elegante y clásico comedor con vistas al valle en el que habíamos cenado el día anterior, aunque por la noche con la luz de las velas el ambiente era mucho más romántico que por la mañana.
Y ahí estamos en sesión rutómetro. Pero ¿dónde está Ángel? Ahhh, estará detallando claro….o re-detallando… y es que en este Tour creo que se llevó el premio absoluto de mimos y horas de dedicación al coche entre todos los participantes.
Un rato después estábamos ruteando a pleno placer por las carreteras suizas.
En esta etapa teníamos una excursión al Chasseral, una de la mayores altitudes de la región suiza del Jura. La subida se hace por una pequeña carretera muy roadstera con vistas panorámicas y sonido ambiente de cencerros. Ahí estamos a media ascensión y al fondo se aprecia la torre de telecomunicaciones que hay en lo alto.
Todo el mundo en sesión fotográfica con las vacas, dueñas y señoras de estos pastos.
Al llegar arriba hicimos una parada para disfrutar de un café en un restaurante panorámico con excelentes vistas. Alguno que yo me se aprovechó la ocasión para lanzarse con una tirolina aunque el resultado del lanzamiento no fue el previsto y finalizó en aterrizaje forzoso. Lástima de foto…
Continuamos la ruta y más adelante paramos en un super para hacer las provisiones para el picnic. Y en ese momento…..¡…tachan…! Marian nos sorprende a todos, saca de bayeta y se pone a dar brillo al Zeta ante un Miguel que no acababa de dar crédito a lo que veía…. Es que este virus del detail es tan peligroso que acaba infectando hasta a las copilotas…
Continuamos ruta atravesando Suiza en dirección Norte-Sur por la región más plana del país carente de relieve alpino, para salir finalmente al lago Léman…y es que le habíamos prometido a Miguel sacarse la espinita de la Transalpina del 2012 cuando quiso visitar la estatua dedicada a su ídolo Freddie Mercury en Montreux frente al lago Léman y el tiempo en el 2012 estaba verdaderamente aborrecible. Afortunadamente, esta vez la jornada era plenamente veraniega. Ahí le tenemos muy sonriente.
Y hasta el
“enfant terrible” quiso sacarse una foto con Freddie
Un par de fotos de los barcos que surcaban en esa tarde el lago Léman
La última parte de la etapa estuvo entretenida, dado que ya metidos en las
Angel’s hours nos tocó ascender hasta el pueblo de Champex, destino final de la etapa, por una carretera
“de bigote” que sigue la garganta de Durnand, que es casi un pequeño Stelvio, y con eso se dice todo; el trazado exige permanente atención al volante, de modo que huelga comentar que el pretender a la vez hacer fotos era misión imposible.
Y llegamos al hotel de etapa, se llamaba hotel Splendide, y la verdad es que desde el mismo las vistas alpinas eran espléndidas, lo que particularmente apreciaríamos al despertar en la mañana siguiente. La última foto de la etapa ya cenando en el hotel.
Y a dormir, que mañana había más Tour y acabábamos de enterarnos de que al final de la siguiente etapa nos esperaba una agradable sorpresa, pero de eso hablaremos en la siguiente…