Bonitas fotos, buenos comentarios Miguel.
Se que todavía faltan algunas fotos por cargar de la 5ª etapa por parte de algún compañero de ruta, pero como creo que para no privar al hilo de interés tampoco debemos eternizar demasiado el desarrollo del mismo, voy a iniciar ya la 6ª etapa.
En tal sentido sugiero a mis colegas de Tour que tengan algo pendiente de colgar de la 5ª que editen alguno de sus post anteriores para meter allí sus fotos y nos den luego un aviso a lo largo del hilo cuando dichas fotos "retrasadas" hayan sido introducidas en el hilo. ¡Gracias!

De modo que inicio ya la...
Etapa 6. Laqueuille – St. Gervais d’AuvergneHasta este momento habíamos tenido mucha suerte con la meteo, y la suerte proseguía pues de nuevo amaneció un precioso día de verano. La noche había sido fresca y los coches amanecieron con una buena capa de rocío, pero las temperaturas de la jornada se anunciaban perfectas para rutear, lo que prácticamente había sido una constante en las etapas anteriores.
Estábamos prácticamente solos en el hotel “Auberge de Fondain” y al igual que la cena de la noche anterior hicimos el desayuno en una sala de ambiente rústico-rural con nuestro grupo en solitario. En dicha sala había un buen número de fotografías y objetos que recordaban que estábamos en un edificio con mucha historia a sus espaldas. Un rato más tarde estábamos ya listos para iniciar la ruta y la propietaria del hotel nos hizo esta foto justamente antes de salir

En la primera parte de la mañana ZCuatro y yo nos cambiamos los coches. No tengo costumbre de conducir coches con cambio de marchas no manual y pese a que teóricamente todo es más sencillo, en los primeros kilómetros no me sentía especialmente cómodo, pero luego me fui haciendo con el coche y acabé acoplándome al mismo sin problemas. La sensación de conducir el Z4 de la útlima generación me confirmó lo que ya había leído sobre el mismo; es un coche en el que han profundizado la sensación de confort general en ligero detrimento de la deportividad –el Z4 anterior es bastante espartano en su interior, en tanto que el nuevo tiene más detalles de acabado, y la sensación en ruta es la de que llevas un coche más grande y algo más confortable, aunque lo sientes algo menos “pegado al suelo” .
Bueno, el caso es que tras unos tres cuartos de hora de ruta nos plantamos en el castillo de Murol, situado en un cerro sobre el que se domina una parte de la comarca. Nuestra intención inicial era visitar el castillo, pero el régimen horario de visitas de esa jornada nos retrasaría muchísimo la etapa y desistimos de la idea, limitando la visita a dar un paseo por la parte exterior del recinto medieval. Un par de fotos desde el parking en las que únicamente se ve el torreón central del castillo.


Más tarde realizamos una visita a la bonita iglesia de St. Nectaire (una pequeña joya del románico de Auvernia), y ruteamos, ruteamos, ruteamos….praderas salpicadas de ganado vacuno, pequeños pueblos floridos en los que nunca falta una terraza en el emplazamiento perfecto para disfrutar de un café o un perrier, pequeños lagos aquí y allá….y tras un cruce de carreteras Ángel deja de hablar por el walkie….le hemos perdido o se ha perdido….. parada, a esperar...pasan unos veinte minutos sin poder contactar con él –creo recordar que el móvil tampoco tenía cobertura en el sitio en el que estábamos- y el caso es que yo ya me empezaba a preocupar y se me pasó en algún momento por la cabeza si habría tenido algún problema, pero al rato aparece sonriente …..”
es que creí que estaba en un cruce que no era en el que en realidad estábamos y tiré por otra carretera…” –bueno, en realidad son cosas normales que pasan cuando ruteas por sitios desconocidos y has perdido el contacto con el coche que te precede- pero afortunadamente todo se queda en anécdotas que luego sirven para recordar el momento.
Ahí estamos en la foto tomándonos las cosas con calma y esperando que Ángel apareciese. El pico que se divisa al fondo de la fotografía es el mítico Puy de Dôme.

Un rato después parábamos en un punto panorámico sobre dos pitones volcánicos, las llamadas rocas Tuillière y Sanadoire

Una foto un poco rara que tomé en el punto pic-nic elegido para el almuerzo de esta etapa, un área de descanso al lado de la carretera.

El café de sobremesa lo fuimos a tomar al pueblo de Orcival, en el que se emplaza una de las iglesias románicas más hermosas de la región, a la que hicimos una visita y nos sorprendió por su belleza, tanto exterior como interiormente.

En este pueblo nos encontramos con otra belleza que nada tiene que ver con la anterior, aunque también se merecía una foto


Tony , cámara en ristre, en la terraza del pueblo en la que nos tomamos un café

Nuevo tramo de ruta y nueva parada “cultural”. Los coches a la entrada de otro monumento que íbamos a visitar.

…que no era otro que el castillo de Cordès, que tiene unos bonitos jardines por los que nos entretuvimos paseando.

La verdad es que el castillo tenía algunos centinelas un poco particulares… no se yo que clase de vigilancia efectiva harían…


Otra foto de una parte del grupo

Nuestros amigos Gema y Javi –Jmaben-

Y nuestro amigo Zcuatro empeñándose en sacar fotos chulas.

El resultado habrá sido más o menos éste: blanquito con negrito

Ya os podéis imaginar lo que Tony estaba pensando en el momento de hacer la siguiente foto, que debía ser más o menos un…
”vaya roadster más chulo que tengo…sin duda alguno el más bonito del grupo, por más que ello provoque sentimientos de odio irrefrenable en algunos…”
Bueno, pues seguimos ruta y poco a poco nos acercamos a la base del Puy de Dôme, pero vista la hora de la tarde ya avanzada en que estábamos no parecía muy juicioso intentar la ascensión en tren de cremallera a lo alto del pico, ya que en caso de hacerlo con toda seguridad llegaríamos al hotel a una hora en la que
”no nos iban a dar ni de cenar”, de modo que la subida al Puy de Dôme quedará para otra ocasión. Lo siento pero olvidé absolutamente de la cámara en este tramo de la etapa del cual no tengo fotos.
Si tengo alguna más, sacada ya en la última parte de la etapa en plenas
Angel’s Hours, como las dos siguientes sacadas junto al viaducto ferroviario de Fades en un tranquilo entorno de bosques y ríos.


Algo después llegábamos al pueblo de St. Gervais de Auvergne, en el que hicimos noche en un viejo hotel con un regustillo de la Francia más tradicional, que gustó bastante a mis compañeros de Tour. Tuvimos una agradable cena, según Tony muy bien servida por camareras atentas y muy profesionales, nos dimos un paseíto por el pueblo en el que reinaba una calma absoluta y ¡a la cama! que al día siguiente había mucho más por vivir.