Etapa 12.- Birkenwald – Bad GriesbachTras los primeros 9 días del Tour en los que el tiempo había sido muy apacible, la borrasca atlántica que había tocado tierras centroeuropeas y nos había alcanzado en la etapa 10 parece que no quería abandonarnos, así que en esta etapa 12 amaneció de nuevo un día de ambiente más otoñal que veraniego: brumas, nubes bajas y lloviznas intermitentes, pero a mal tiempo buena cara, y obviamente no iba ésto a perjudicar o impedir el pleno disfrute del Tour y ahí estábamos desgranando la etapa del día con la misma ilusión que cualquier otra mañana.
Tony y Miguel en el bar del hotel. Les hemos pillado con las manos en la masa… y es que si estos personajes se juntan puede pasar cualquier cosa…!
En vista de la mediocre meteorología no teníamos demasiadas ganas de salir del hotel, que ciertamente era muy acogedor, de modo que el profe se puso a dar una de sus clases…
…pero los alumnos le salieron algo rebeldes y en lugar de desarrollar la ecuación le emborronaron completamente la pizarra.
Y ahí estamos, todavía en el hotel, con el buen ambiente de todos los días aunque echábamos muchas veces de menos a los amigos que compartieron con nosotros las primeras etapas.
Es que son como niños….
Bueno, pues finalmente salimos iniciando la ruta por la comarca de Dabo, situada al Norte de Alsacia, que como toda la región es muy verde y llena de bosques, y tras aproximadamente una hora de recorrido llegábamos al castillo de Haut Barr, cerca de la ciudad de Saverne, del que en realidad no se conservan más que algunas partes de la primitiva edificación. Unas fotos en el parking del “château”
Miguel sacando una fotito a los coches desde la muralla superior.
Foto que más o menos habrá salido como ésta que yo saqué.
En el patio del castillo había una tienda de indios como las de las películas western.
Un par de fotos de un par de personajes.
Imagen del paisaje que se domina desde el castillo; como puede verse, la meteo no era de excelencia en esta mañana.
Afortunadamente un poco más tarde el tiempo dio una tregua, lucía por momentos un tímido sol y hasta nos permitimos parar por un Karcher (creo que fue la única vez en todo el Tour) a lavar los coches. Y llegamos al río Rhin que en esta zona hace frontera entre Francia y Alemania a lo largo de muchos kilómetros. Estamos en Francia, y al otro lado del río Alemania.
Fijaros en las dos fotos siguientes. ¿Dónde está la diferencia?.
Marian en sesión fotográfica.
Dos fotos de dos roadsters con fondo panorámico.
Atravesamos el Rhin, entramos en Alemania, y al cabo de un rato estábamos dando un paseo por la bonita ciudad de Baden Baden, estación balneario en la que la nobleza europea veraneaba a principios del siglo pasado y que hoy conserva todavía el sabor de su abolengo de otros tiempos. Ahí estamos disfrutando de “ein Kaffee” en una terraza del centro.
Justo en Baden-Baden se inicia el itinerario de la Selva Negra, y en efecto fue salir de la ciudad y a los cinco minutos estábamos ya ruteando a pleno placer en medio de bosques, praderas y panorámicas que se sucedían siguiendo carreteras de trazado muy bonito. No tardamos mucho en llegar al Mummelsee, uno de los lagos más emblemáticos de la región, en el que hice estas fotitos:
Tony con su nuevo roadster….
…aunque en realidad creo que está demasiado enamorado del suyo como para cambiarlo por otro; ahí lo tenemos sobre un fondo de cielo de tormenta en contraluz.
Doy fe que la última parte de la etapa discurrió por varias pequeñas carreteras “Imaracing” que subían y bajaban con tramos de fuerte pendiente en medio de espesos bosques con un paisaje brutalmente verde y fresco. En realidad íbamos con algo de retraso y tuve que ocuparme más de conducir que de la cámara so pena de que no llegásemos al hotel a una hora prudente.
Testimonio gráfico de una parada de
“alivio fisiológico” que a veces resulta imprescindible… La foto no está oscurecida para hacerla más discreta…es que en realidad el día estaba muy gris y la noche se nos había echado encima rápidamente.
En realidad había hablado telefónicamente con el hotel de etapa y ya sabíamos que aquella noche, por primera vez en el Tour,
“no nos iban a dar ni de cenar”, lo que no impidió que cenásemos –y muy bien por cierto- puesto que llevábamos en el maletero de los roadys viandas varias de buena calidad y la señora del hotel nos dio todo tipo de facilidades para hacer la cena con nuestro material gastronómico sirviéndonos ella las bebidas.
Y ahí van un par de fotos cenando en el pequeño hotel en el que hicimos noche en un valle de la Selva Negra; bueno, más que cenando, tras haber cenado, y el personal jugando con los móviles....¡dichosos móviles....!
Obsérvese en la foto un detalle que no es casual...mientras todo el mundo se ha tomado un postre, Tony se ha zampado dos manteniéndose fiel a su fama bien ganada de devorador de dulzainas.
El día había sido largo y seguramente el cansancio acumulado hizo que Zcuatro ya se echase un primer sueño en el sofá antes de subir a la habitación.
Y nada más por mi parte acerca de esta duodécima etapa de doble nacionalidad, en la que ruteamos durante la mañana por Francia y durante la tarde por Alemania.