Puede que hacer drift no sea la forma más rápida ni eficaz de llevar un coche en un circuito, pero sí las más espectacular y divertida de todas. ¿Quieres aprender a derrapar con tu coche? Aquí tienes todas las claves...
El BMW M3 es un coche perfecta para el 'drifting'. Sus 420 CV son una garantía para poder enlazar curvas de lado.
Al hacer drifting, las gomas se calientan mucho. Deja que recuperen su temperatura normal de vez en cuando.
Este BMW M3 contaba con cambio automático, auque lo aconsejable para 'driftear' es que sea el manual
En España, y también en Europa, si preguntas por el 'drifting' es posible que escuches las más variopintas respuestas. En Estados Unidos y Japón, levanta pasiones. Pero, entonces, ¿qué es hacer drift? Básicamente, el 'drift' es una modalidad de conducción que consiste en llevar el coche derrapando durante el mayor tiempo posible. Fíjate en este vídeo. ¿Una 'macarrada'? Eso es justamente lo que voy a intentar quitarte de la cabeza. Ya sé que lo primero que viene a la mente al hablar de derrapar con el coche es el típico 'fittipaldi' yendo de lado con su coche tuneado a base de freno de mano en un descampado, pero la realidad es otra, y queda muy lejos de esa realidad. El 'drifting' es una disciplina deportiva para la que hay competiciones específicas y un reglamento en vigor.
¿Te pica la curiosidad? ¿Quieres aprender cómo hacer drift? Pues lo primero que tienes que elegir antes de ponerte a hacer drift es el coche. No vale cualquiera. Lo fundamental es que sea de propulsión trasera y que cuente con un buen autoblocante. También debería tener una dirección que abra mucho ángulo y un potente freno de mano (si es hidráulico mejor que mejor). En cuanto al motor, apunta: caballos, muchos caballos; cuantos más tengas, más podrás alargar las derrapadas y e hilar curvas.
Primeros pasos para empezar a hacer 'drift'El coche. Para dar mis primeros pasos en el mundo del 'drifting', me dejan un BMW M3 con 420 CV. No está nada mal, ¿verdad? Aunque esta unidad, en concreto, monta el cambio automático DKG y eso no es lo ideal. Mejor
si es un cambio manual.
Los neumáticos. Esta modalidad de conducción los devora literalmente. Así que para iniciarte, lo mejor es que te hagas con un par de juegos para el eje trasero que no sean muy caros. Incluso puedes montar unos de segunda mano: son más baratos, pero, claro está, no te van a durar lo mismo.
Las llantas. Lo mejor es que descartes las más grandes. Obviamente, esto es algo que no podrás cambiar si ya tienes el coche comprado, pero te lo digo porque una llanta que gire muy cerca del asfalto tiene el peligro de que acabe rozando con el suelo (también los neumáticos son más baratos en una llanta pequeña).
Llegados a este punto, ya solo te falta elegir un circuito y tener mucha paciencia, porque las cosas, a la hora de 'hacer drift' no salen a la primera. En este vídeo puedes verlo:
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Mi jornada de derrapes empieza temprano, en Arenas de San Juan (Ciudad Real), un municipio situado a 150 kilómetros de Madrid. Allí se encuentra un circuito que se adapta perfectamente a las características que hacen falta para hacer 'drifting': asfalto poco abrasivo, trazado muy revirado, buena anchura de pista y amplias escapatorias que aplaquen tus excesos iniciales.
Allí me cito con Hugo, monitor de la Escuela Española de Pilotos y especialista en 'drift'. Tras unas pequeñas consignas, nos metemos en el coche. Es hora de hacer 'drfit': “fuera controles”, me dice. Desconecto el DSC y dejo todo en mis manos y el pie derecho para aguantar la trayectoria. No es una tarea fácil. Con un asfalto así, y los 420 caballos del BMW M3 dando rienda suelta al eje trasero, mi primer intento acaba en un trompo. No sería el último. Hugo se ríe y me corrige. “Lo primero es llevar cierta velocidad, hay que tener inercia a la entrada de la curva. Y no te tires al interior tan pronto”. Lo intento de nuevo y por fin empiezo a tener un derrape controlado.
Pero las cosas a mitad de curva se tuercen y me voy de frente. “Gas, Kike, gas. Sigue dando gas, porque si no, las ruedas acaban cogiendo 'grip' y te vas de morro”. Vuelvo a intentar hacer 'drift' en condiciones con el mismo resultado. Lo que él no sabe es que en mi cabeza se estaba librando una tremenda lucha: nunca había llevado un coche de lado tanto tiempo y parecía que en mi cerebro saltaba el modo de 'alarma'. Es como si me quisiese decir que viajar de 'costado' durante toda una curva no podía ser bueno para mi seguridad. Pero estoy en un circuito y me afano por superar esa barrera. Por cierto, otro consejo: hay que mirar lejos. Tienes que dirigir tus ojos hacia donde quieres que vaya el coche. Si lo haces así, acabará yendo 'allí'.
Hugo se empieza a desesperar conmigo. Pero llega mi momento. Gano velocidad, freno hasta el pico de la curva y comienza a salirme un contravolante bestial mientras obligo a mi pie derecho a que siga acelerando. En el asfalto quedan dibujadas unas enlazadas que quedarán guardadas en mi memoria.
“¡Por fin, lo has logrado!”, me grita Hugo entusiasmado. Lo malo es que me he dejado lo que me quedaba de neumáticos. Pero no hay problema: al taller y a montar gomas nuevas. Esto no ha hecho más que comenzar... Ahora sí: estoy haciendo 'drift'.