Andorra, estación de esquí, pleno invierno. Unos amigos llegaban bien entrada la noche al hotel, 1:00-2:00 de la mañana. El resto estábamos allí desde esa tarde, total que llega la cena, con el vino y el calor de la chimenea, el jiji jaja, uno del grupo comenta que sería una broma coj*nuda desmontarles la cama de su habitación, meterla junto con el colchón a otra del grupo y ponerles en su lugar una cuna (que solicitamos en la recepción)….ni que decir tiene que los vapores del vinillo hicieron su efecto y al resto nos pareció una idea brillante, dicho y hecho, nos dejaron la cuna, desmontamos la cama, junto con el colchón la escondimos en otra habitación y pusimos en su lugar la cuna, bien centrada ocupando su lugar. Cuando llegaron, no sabían que hacer, a esas horas, cansados, hasta los huev*s de coche…no se lo explicaban, entraban y salían de la habitación como posesos, miraban el número hipnotizados, volvían a entrar…miraban otra vez el número extrañados, no entendían que estaba pasando, nosotros en la habitación de al lado llorando de risa, con la oreja pegada a la pared escuchando, otros escondidos en el fondo del pasillo mirando.
Fue tal el número que se montó, que al final el escándalo de las risas nos delataron y se dieron cuenta de todo lo que les habíamos liado.