Quizás es porque a mi me gusta el control total - sí, lo reconozco, quizás soy un poco rarito - dejando un margen para las sorpresas pues las sorpresas son parte del control, están allí, esperándonos y son parte de la carretera. Cuando voy por ahí rapidito voy vigilando el firme constantemente y por ejemplo, no tomo la curva igual si veo que viene alguien de cara, pues sé que dispondré de menos espacio para controlar si se me va.
No me gustan las rectas, ni las cruvas rápidas ni en general las altas velocides porque el margen se reduce muchísimo, necesitas mucho más espacio en caso de que se te vaya y el riesgo es muy alto. Creo que no vale la pena arriesgar a 150 km/h, un pequeño bache te puede desequilibrar enseguida.
Me gustan las carreteras ratoneras que sales de las curvas en segunda cruzado y subiendo mucho mejor que bajando, en las que vas a tope y quizás no has pasado de 80-90. Ahí es donde disfruto.