Extracto de la etapa 11Habíamos pasado la noche en el Chalet Hotel Senger, situado a unos centenares de metros del pueblo de Heiligenblut, en el corazón de los alpes austriacos. Esta vez nos habían tocado habitaciones individuales a los tres “solteros” del grupo: Ángel, ZCuatro y yo. Desperté como de costumbre alrededor de las siete de la mañana, y a esa hora la luz del sol comenzaba ya a inundar el bonito paisaje de montaña que rodeaba el Hotel; parece que todo apuntaba a que íbamos a poder disfrutar de un día radiante.
Me duché, me vestí y baje a limpiar un poco el coche, que estaba materialmente empapado con el rocío nocturno; sin duda había caído una noche fría, lo normal en estas latitudes incluso en pleno verano, ya que estábamos a 1.600 mts. de altitud. En el parking del hotel me encontré alguno de los compañeros que andaban atareados dejando los coches en estado de revista.
Un rato después me fui a desayunar; creo que llegué el último porque ya todo el grupo estaba dando buena cuenta del buffet. En la foto Tony disfrutando su ¿chocolate? bajo la mirada de complicidad de Mave.
Tras desayunar hicimos algunas fotos en una de la acogedores salas del hotel. Aquí tenemos a nuestros amigos Ima y Marimar.
Y este “hombre-cabra” quien es?
….. Tony, que quiso esa imagen para el recuerdo.
La foto siguiente en el momento de salir del hotel. Hay que decir que esta vez hicimos una “foto de gala” con todos los coches, para la que incluso tuvimos que separar algunos de los macetones de flores situados a ambos lados del camino de acceso al hotel; pero su propietario, un personaje sumamente amable, nos dio todo tipo de facilidades
Ahí tenemos a Andreas, con su traje de tirolés, bien flaqueado por tres de nuestras chicas del Tour.
Y en la siguiente el propietario del hotel con una parte del grupo.
Las dos siguientes fotos nos las hizo precisamente Andreas
Los coches desde uno de los balcones del hotel y al fondo el macizo del Grossglockner que con 3.798 mts es el techo de Austria.
La mañana estaba realmente espléndida y apetecía –y mucho!- meternos ya a rutear por la GrossglocknerhochAlpenstrasse, la ruta alpina más mítica del país austriaco; no había pasado más de media hora cuando atravesábamos estos parajes espectaculares que lucían especialmente bonitos en una mañana radiante.
Las dos fotos siguientes frente al Grossglockner, al fondo puede verse el glaciar de Pasterze, el mayor del territorio austriaco, con unos 8,5 kms. de longitud (similar al glaciar del Ródano en Suiza en el que habíamos estado unos días antes) aunque lejos de los 24 kms. de largo del GrosserAletsch, el mayor glaciar de los alpes, situado en territorio helvético.
Otra bonita foto para el recuerdo.
¿Pero quienes son estos personajes?
…no se confundan, son Ángel y Tony con un buen disfraz.
En ésta, Tony ha decidido colgar el uniforme, posando cual bella dama…
Aquí todo está muy pensado para el turismo. Al final de la carretera que llega al glaciar del Pasterze hay a los pies del Grossglockner un enorme parking y un edificio de varias plantas dedicado al parque natural, en el que hay varios museos, salas de proyección vídeo sobre la naturaleza de la zona (por cierto nos vimos una que duraba unos 15 minutos); tiendas de regalos, cafetería, restaurante…la verdad es que había mucha gente; yo diría que demasiada….pero es que éste es uno de los puntos de los alpes más “masificados” por el turismo de verano, aunque ciertamente el sitio merece la pena ser visitado y conocido.
En el edificio del parque natural visitamos también uno de los museos; concretamente el dedicado a la historia del automóvil. Había allí algunas bellezas como ésta.
Impresionante vista del glaciar. No se engañen...parece un pañuelo pero son 8,5 kilómetros de longitud de río de hielo, un grupo de personas ahí abajo costaría verlas o parecerían hormigas.
La misma vista pero con Ángel como protagonista.
Los protagonistas son ahora Ana y Gabi.
Foto de familia…
Otra imagen sacada en este entorno espectacular que no deja indiferente a todo amante de los paisajes de alta montaña
De nuevo en ruta, esta vez hacia otro de los puntos panorámicos de la ruta del Grossglockner: la Edelweisspitze, una cumbre situada a 2.572 mts. que ofrece un inolvidable paisaje circular.
Atención, marmotas!!!, una foto simpática de Ima. Al fondo puede verse la montañita en cuya cumbre se sitúa la Edelweisspitze a donde ascendimos con los roadys.
Las siguientes fotos hablan por sí solas de la espectacularidad de la carretera y del entorno.
Había bastante tráfico y la Edelweisspitze tiene un pequeño parking en lo alto, lo que motivaba que el ascenso estuviese controlado por operarios que sólo iban dejando subir a medida que en la cumbre iban quedando plazas libres, de modo hubo que hacer cola abajo un buen cuarto de hora, lo que algunos aprovecharon para descansar pillando bronce…
Y ya estamos arriba del todo!!!
Ana comprobando sus tomas
Visión de uno de los tramos de la ruta por la que luego descenderíamos.
Más fotos de parte del grupo
La verdad es que habíamos consumido toda la mañana en el Grossglockner, hicimos toda la bajada hacia el Norte con un tráfico por momentos bastante cargado, y tras unos 50 kilómetros de ruta, y en un gesto bastante atípico e inédito en el Tour, decidimos entrar a comer en un self-service de un supermercado en el pueblo de Mittersill. Al entrar en el parking Imaracing dio la alerta acerca de un ruido bastante evidente en una de sus ruedas delanteras que tenía toda la pinta de ser de pastilla o disco de freno. Milagrosamente –porque realmente fue una casualidad brutal- habíamos parado a comer, sin darnos cuenta, justo frente a un concesionario de Mazda. De modo que comimos tranquilamente y luego nos acercamos allí para que le revisasen el Mx5….y el pronóstico quedó confirmado….una pastilla de freno que pasó a mejor vida hasta el punto de que era absolutamente imprescindible el cambio de la misma….y ahí vino el problema porque tras rebuscar y consultar…nos dijeron que no había el modelo que se necesitaba. Tampoco valieron las pastillas de repuesto que Gabi llevaba para su NC (esto de cada modelo lleve unas diferentes es gana de marear….). Total que el coche debía pernoctar en el conce ya que las pastillas llegaban a la mañana siguiente.
La situación nos contrariaba ya que teníamos aún muchos kilómetros para llegar al hotel y era imposible, e impensable, dejar el coche de Ima allí para retornar a por el mismo al día siguiente. De modo que a grandes males, grandes remedios, y pensamos que lo mejor era que Ima y Marimar quedasen en el pueblo, nosotros seguiríamos la etapa y al día siguiente nos reencontraríamos, ya en Suiza, a media etapa. Y así lo hicimos; nos dirigimos a un hotel cercano que nos recomendaron los empleados del conce de Mazda, en donde había una habitación libre que reservamos inmediatamente, y vino así una despedida temporal de Ima y Marimar, forzada por las circunstancias. Menos mal que era breve dado que al día siguiente nos reencontraríamos. Aún así tengo que decir que al comenzar a rodar eché muchísimo de menos perder simpática imagen del miata gris en el retrovisor, y mucha más pena me dio todavía dejar de oír por el walkie la cálida voz de sus propietarios. De modo que los siguientes kilómetros de la tarde tuvieron un ápice de nostalgia porque nuestros amigos se quedaban en Mittersill mientras el resto del grupo tirábamos hacia el Este en dirección a Insbruck y posteriormente Lech, nuestro final de etapa.
Del tramo de la tarde tengo una sola fotografía, tomada en el Gerlospass, una ruta de media montaña de ruteo agradable; al fondo se ven las cataratas de Krimml que se cuentan entre las más potentes de los alpes, que se aprecian bien en algunos tramos de este itinerario.
En la última parte del día las nubes tomaban el cielo de forma cada vez más evidente hasta el punto de que algo más tarde empezó a llover; quien iba a decirlo con la mañana radiante que habíamos tenido!. Un largo tramo de la última parte de la etapa discurría por autopista, en donde en un despiste en uno de los cruces el grupo de los seis coches que ahora éramos se dividió en dos partes; por un lado nos quedamos los coches de Ángel, Gabi y el mío, y por otro lado los de Tony, Mave y Miguel; el grupo rodó muchos kilómetros dividido y nos juntaríamos justo al llegar al hotel.
La etapa tuvo pues sus incidentes, pero afortunadamente todo se saldó sin mayores problemas. Y por mi parte, nada más acerca de la 11.