Extracto de la etapa 10Amaneció un precioso día de verano en la pequeña localidad de Niederthai, en la que habíamos pernoctado en el Gasthof Tauferberg; un hotel agradable y muy bien equipado y con un personal sumamente atento, de esos que invitan a saborearlo con más tiempo y relajación, pero que nuestro programa horario nos permitió disfrutar sólo lo justo.
Estábamos en el corazón del Tirol austríaco, en una ramificación lateral del Öztal (valle de Ötz), en el que hace una veintena de años fue descubierta, en uno de los glaciares de las montañas que lo rodean, la momia humana más antigua de Europa datada de 5.000 años de antigüedad; corresponde sin duda a alguien que fue engullido por el hielo cuando caminaba por las montañas, apareciendo en la morrena final del glaciar tras miles de años congelada “viajando” a través del glaciar en su lentísimo desplazamiento, de ahí su estado de conservación; la momia fue bautizada con el nombre de Özti tomando la denominación del valle en el que fue descubierta. Es una historia curiosa y por eso la cuento aquí para los que no la conozcan; los colegas del Tour ya se la saben de memoria de oírmela repetir por el walkie...
En fin…ahí estamos delante del hotel en el momento de salir de ruta.
Gabi y Ana muy contentos en este entorno. Gabi alucinaba con lo bonitas que son las casas en el Tirol y lo cuidado que está todo.
Empezamos a rutear por el Öztal rumbo al Sur y hacia el frente de montañas que separan Austria de Italia y tras unos 40 kilómetros de ruta llegamos a la localidad de Obergurgl para hacer una de las excursiones que seguramente quedaron grabadas en el recuerdo de todos, y es que tomamos una telecabina en la que en dos tramos y unos 20 minutos de recorrido alcanzamos la “Hohe Mut Alm”, un punto panorámico muy especial como luego veremos. Las dos fotos siguientes, en el ascenso:
La Hohe Mut está situada a 2.670 mts. de altitud en un precioso entorno de alta montaña rodeado de glaciares y praderas alpinas; además allí han instalado un “Gasthof” con un equipamiento de primera: restaurante de lujo, terraza “lounge” panorámica….. y ahí estamos nosotros aprovechando del lugar y tomando nuestro “Warme Schokolade” o “Milch Kafee” de turno… ¡Qué bien se estaba allí arriba disfrutando de aire puro y de la caricia del sol de la alta montaña en un día tan espléndido!
Mave y Mary disfrutando de este estupendo lugar de los Alpes
Gabi e Ima en la “terraza lounge”
Angelillo estaba en su salsa y tan feliz como un niño pequeño disfrutando de juguete nuevo, sus gafas reflejan parte de la escena
Ima alucinando con estos panoramas que no nos cansaban…
Aquí no había más que sonrisas y caras de felicidad…
Ángel seguramente enviando un mensajito a sus amigos:
“Tíos, estamos en un sitio alucinante...”Siguen dos fotos
"de catálogo" de Gabi e Ima
El buen rato que disfrutamos de la “Hohe Mut Alm” nos brindó estupendos momentos, y no solo por las vistas y el entorno. Allí había una tirolina y claro.... el personal no pudo resistirse….
Cada vez que uno de nosotros bajábamos se acompañaba de la general carcajada del resto del grupo. Claro que la carcajada fue mayor cuando Marian quiso filmar la bajada de Miguel y sin darse cuenta puso la máquina al revés, con el objetivo mirando hacia su cara, con lo cual os podéis imaginar que clase de vídeo filmó….es que nos desternillábamos…
Lo que bien empieza bien continúa….
y es que el día había comenzado estupendamente para nosotros, pero a continuación venía la ruta del Timmelsjochpass, uno de los míticos de los Alpes que con 2.509 mts. de altitud separa Austria de Italia a través de un imponente paisaje. El estupendo día de verano hizo lo suyo para disfrutar de la carretera a pleno pulmón. Inicialmente estaba prevista una parada en lo alto del puerto, pero el retraso acumulado tras el tiempo mayor que el previsto dedicado a la Hohe Mut nos hizo desistir de la parada; de modo que hicimos la ruta “non-stop”
La ruta del Timmelsjoch es de peaje, como muchas de las rutas alpinas austriacas; eso sí, te dan un lote de documentación turística y la reglamentaria pegatina con el logo del puerto. Ahí estamos en la cabina abonando la cuantía reglamentaria.
Las siguientes fotos en esta estupenda carretera alpina; la
Timmelsjoch-HochAlpenStrasse (o carretera del passo del Rombo como le llaman los italianos).
Los grandes puertos no se acabaron aquí en esta etapa, ya que casi a continuación venía el Jaufenpass (passo del Monte Giovo en italiano); allí, en lo alto del puerto y en una de las últimas paellas cerca de la cima, hicimos nuestro pic-nic. Las siguientes fotos ilustran el momento.
El personal aprovechó el
momento pic-nic para tender al sol la colada; el zeta de Mave luciendo la última colección de moda de gayumbos y microfibras…
Finalizado el descanso pic-nic pusimos rumbo al siguiente destino fuerte de la etapa: el StallerSattelpass, un puerto situado a algo más de 2.000 mts. de altitud por el que desde Italia pasamos nuevamente a Austria a través de una pequeña carretera de circulación reglamentada (sólo está abierto en cada sentido en un cuarto de hora de cada hora), con lo cual había que calcular bien para plantarnos en el inicio del ascenso a las 17:30 horas, dado que a las 17:45 ya se cerraba hasta la hora siguiente. Llegamos con cinco minutos de adelanto, ascendimos por una bonita carretera con vistas y ahí estamos ya arriba del todo en la frontera austriaca.
Posando frente al cartel que nos indica que entramos en la república austriaca. ¿Pusimos pegata del club?
supongo que Mave se encargó de la tarea.
Hicimos una parada para descansar, nos tomamos un “Milch Kaffee”, compramos los escudos e insignias reglamentarios de recuerdo de nuestro paso por el puerto y disfrutamos del entorno; algunos disfrutaron con un “plus” añadido ya que allí había muchas vacas –esta vez con pelaje blanco y negro muy bonito- y quien siga este hilo ya ha podido comprobar que hay quien tiene especiales dotes y muy alta facilidad para establecer lazos de amistad rapidísimamente con estos animales…
Bonitas vistas se disfrutaban desde lo alto del StallerSattel; hay un lago en la vertiente austríaca que se ve en la foto anterior de Marimar jugueteando con la vaca, y otro lago hacia la parte italiana que es éste que se ve al fondo en la siguiente foto con trío de nuestras chicas del Tour.
Marian en single y al fondo el lago de Anterselva.
Guten Tag. Schön!
Dejamos lo alto del Saller Sattel y emprendimos un larguísimo descenso por la vertiente austriaca por una carretera de lo más agradable; quizá el conjunto de paisaje, la temperatura ambiente, la luminosidad del día, y la circulación prácticamente nula se aliasen para que el recorrido se hiciese disfrutándolo al máximo; así me lo hizo saber Miguel en una parada un rato más tarde diciéndome que este tramo de descenso le había encantado...
Un poco más tarde llegamos a nuestro hotel de etapa en el bonito pueblo de Heiligenblut situado al pie de la “montaña sagrada” de los austriacos: el Grossglockner, que es la mayor altitud de Austria. Allí hicimos noche en el “Chalet Hotel Senger”, un delicioso hotel que dejó muy buen recuerdo en todos nosotros, en el que, por cierto, nos tenían reservada una sala para nuestra cena, exclusiva y con una decoración con clase, alpina cien por cien. La última foto en el momento de nuestra llegada al hotel.
Y aquí termino mi descripción de lo que fue esta décima etapa, que pienso que nos salió redonda
…hasta el punto de que llegamos incluso al hotel con adelanto horario en relación a muchas otras.