Extracto de la etapa 6Estábamos en el hotel “La Ferme del Izoard” –La granja del Izoard- construido al estilo de las granjas tradicionales de esta zona de los alpes franceses; un agradable hotel de carácter familiar situado en un entorno de montaña a 1.500 mts. de altitud en la base del inicio de la ruta del Col del Izoard, mítica en los alpes franceses.
Como de costumbre estos locos estaban ya a las 7:30 horas dándole a la microfibra… y por cierto, un elogio a los buenos productos Quick Detail y al buen arte de aplicarlos correctamente….16 días de Tour y los coches no pisaron un solo lavadero, entre otras cosas porque en primer lugar no los había fácilmente disponibles en las zonas por donde andábamos, y en segundo lugar porque detenernos a lavar y a secar 7 coches en un karcher representaba en realidad una notable pérdida de tiempo.
En la foto Mave recién levantado y aún en ayunas....pero lo primero es lo primero: darle el
"bonjour" a su peque y dedicarle unos mimos.
Desayunamos, nos fuimos a una de las salas del hotel a estudiar un poquito al etapa, hicimos las maletas, pagamos y hop! listos para un nuevo día de aventura!
La foto tomada en el patio-jardín interior del hotel justo antes de salir a descubrir la etapa.
Muy poco después estábamos ya en la ruta del Col del Izoard; en realidad desde el hotel en el que habíamos pernoctado estábamos a tan solo 500 metros de altitud en vertical hasta lo alto del puerto, por lo que hicimos ese recorrido casi sin enterarnos, además estaba una mañana agradable de cielo y de temperatura.
Parada y foto en lo más alto del col de L'Izoard cuyo paisaje tiene aspecto desértico.
Tras la consabida sesión de fotos y visita a la tienda local del puerto para comprar el escudo o la insignia correspondiente, iniciamos el largo descenso de la vertiente norte, que estuvo, digamos, “ muy animada”
al compartir ruta con cientos de biciletas que nos cruzábamos, de una prueba ciclista que se desarrollaba en abierto y sin cerrar la carretera al tráfico, y digo animada porque algunos ciclistas tomaban las curvas a una leche que asustaba...
Y así llegamos a la ciudad de Briançon, una de las más elevadas de Europa, donde nos dimos agradable un paseo por su vieja ciudadela-fortaleza, en la que algunos/as aprovecharon para comparse algunos recuerdos.
Las dos fotos siguientes de paseo por Briançon. Sonrisas, sonrisas, sonrisas… y es que este tour es como un buen chute de dosis de felicidad.
Un rato después paramos a tomarnos un merecido refrigerio en una terraza….Y ¿qué se están tomando Gabi y Miguel? No falla, el primero su “Perrier-Fraise” y el segundo su “Perrier-Citron”. De Ángel ya no hay que decir nada porque su ya famosa adicción a la Coca-Cola despeja cualquier duda…
Vino después la ruta del Col du Galibier –otro coloso alpino- y vaya por dios! igualito que nos había pasado en el Col de la Bonnete, llegando arriba descarga una nube de tormenta….menos mal que al cabo de un rato paró de llover y pudimos al menos hacernos una foto decente en el cartel que testimonia que nuestro Tour estuvo allí!
Y de nuevo sonrisas, sonrisas, sonrisas…..
¡que nos importa el tiempo mediocre! en realidad con el chute de felicidad que llevamos encima, da igual!
En todo caso, y al igual que había sucedido el día anterior llegando a lo alto de la Bonnete, se trataba de una nube de tormenta local porque tras unos pocos kilómetros de descenso la carretera secó, la temperatura quedó perfecta y pudimos retomar la ruta a gusto.
Nueva parada, en este caso “fisiológica” y... como no! sonrisas, sonrisas, sonrisas….esta droga del Tour está claro que funciona bien…
Una foto que me gusta mucho, por el planteamiento de la misma y, sobre todo, por las distintas expresiones tan naturales que podemos ir viendo si recorremos las caras de todos, sólo falta la mía que me la imagino con la cámara pegada a la cara y guiñando el ojo izquierdo…
Momento pic-nic del día, con ubicación privilegiada en medio de un curvón en paella en la bajada del Col du Télégraphe. A .lo largo del pic-nic tuvimos animación permanente con los coches y motos que subían y bajaban el puerto. Y yo aproveché para colocar la placa de la Transalpina entre los arcos detrás de los asientos (hasta entonces la llevaba tras el cristal delantero) siguiendo la misma iniciativa que desde el primer día Miguel, Gabi y Mave ya habían puesto en práctica. Al principio me molestaba algo al impedirme la visión por el retrovisor central, pero pronto me acostumbre a utilizar los espejos laterales sin mayores problemas.
Seguimos la ruta en sesión vespertina, con parada algo más tarde en Bonneval sur Arc, un pueblo de montaña situado en la base del Col de L’iseran que nos gustó bastante a todos por lo bien conservado que está. De izda. a dcha. ZCuatro, Gabi, Ángel, Mave, Imaracing.
Nuestros dos queridos hermanos valencianos del grupo: Gabi y Ángel.
Esta etapita se las traía... y es que tras hacernos en la sesión de mañana los Cols de L’Izoard, Lautaret y Galibier, teníamos en la sesión de tarde otros dos “grandes”: el Col de L’Iseran y el Cormet de Roselend. La ruta del primero no dejó indiferente a nadie, tanto por el trazado de la carretera como por las impresionantes vistas que ofrece su recorrido.
Aquí tenemos una foto hecha en la ruta del ascenso al Col de L’Iseran en una parada en un punto en el que se divisaba una buena panorámica. Al fondo se ve el grupo de glaciares de las Evettes entre montañas de 3.500 mts. de altitud cuya cresta hace frontera con Italia.
Otra foto, en este caso de retrovisor, en esa impresionante ruta del Iseran en la que se ve el mismo macizo que antes comentaba. Las fotos no transmiten, ni de lejos, la grandiosidad del paisaje.
Ya en lo más alto del puerto, a 2.764 mts. de altitud, con los roadys como plenos protagonistas.
Recuerdo que en este momento y cuando estábamos en lo alto del puerto un niño de unos 7 años que iba con sus papis en un monovolumen se enamoró del Miata de Gabi. Su madre nos dijo que tenía su habitación llena de coches de juguete, que le encantaban….le invitamos a subirse al Mazdita rojillo pero su enorme timidez se lo impidió y su madre se lamentada diciéndonos que luego estaría una semana entera arrepintiéndose de no haberse atrevido…
La etapa prosiguió y tras la bajada del puerto hacia el Norte, que tiene un trazado divertido e hicimos a buen ritmo, enlazamos poco después con la ruta del Cormet de Roselend, por una carretera que gustó especialmente a ZCuatro, pequeña, ratonera y que asciende entre bosques hasta alcanzar la cota superior del puerto en la que aparecen grandes praderas alpinas llenas de rebaños de vacas, para luego desembocar en el lago de Roselend…..todo muy chulo….pero iba muy entretenido conduciendo y comentando por el walkie…y no hice fotos de este último tramo de la etapa. La bajada por la vertiente norte fue digamos…muy animada y con la compañía de un Porsche Carrera que nos acompañó en prácticamente todo el descenso del puerto, del que por cierto, el amigo ZCuatro quedó ciertamente prendado –me acabo de enamorar, nos dijo por el walkie…-
El caso es que nos metimos ya prácticamente en la noche llegando al hotel y el último tramo no era precisamente una autopista, yo iba algo rápido de más porque la hora límite de la cena se nos echaba encima….lo que motivó que Miguelvet me dedicase una cariñosa regañina al llegar…”Jota que hemos que planificar mejor los horarios para no llegar tan tarde”…y he de decir que en gran parte, o en toda, tenía razón, pero Miguel es un “santo varón” y al minuto ya estaba sonriente y tan contento como de costumbre. De verdad da gusto hacer un Tour con compañeros tan excelentes como todos los de este grupo.
Bueno, que paro el rollo y dejo paso a las fotos y comentarios de los demás.