Extracto de la etapa 4Esta etapa empezó de un modo especial, y la “culpa” de ello la tuvo el hecho de haber realizado el día anterior la ruta del Mont Ventoux en versión prácticamente nocturna, lo que inmediatamente motivó en algunos las ganas de hacerla en versión diurna con las primeras luces del amanecer. La ventaja es que desde nuestro hotel a la cima había tan sólo media hora de ruta por una agradable carretera. No hubo que pensarlo dos veces y finalmente a la ascensión matinal nos apuntamos todos; bueno no todos
, en realidad las chicas, más conservadoras, prefirieron quedarse en el hotel evitando el pequeño madrugón adicional, y al amigo Gabi que también iba a hacer la ascensión matinal finalmente se le pegaron las sábanas e igualmente se quedó en el hotel.
En realidad ya esta cuarta etapa era lo suficientemente larga y así, como quien no quiere la cosa, acabábamos de añadirle 50 kms. adicionales con la subida y bajada del Ventoux, y es que estos roadsteros impenitentes no se cansan nunca de rutear...
A las 7 en punto de la mañana estábamos rodando rumbo a lo alto del Ventoux y media hora más tarde estábamos en la cima a 1.912 mts. de altitud. La temperatura era agradable, no hacía en absoluto frío y sentíamos la caricia de los primeros rayos de sol de la mañana. La verdad es que fue una bonita experiencia que mereció la pena, pese a que la ola de aire africano que en esos primeros días todavía persistía en el sur de Europa traía consigo bastante kalima e impedía una buena visibilidad lejana (hay que tener en cuenta que en días de visibilidad excpecional desde el Ventoux se ven a la vez cumbres de los Pirineos y de los Alpes).
La foto, tomada a las 7:30 h, representa nuestro particular trofeo tras cuminar la subida a lo alto del Ventoux.
Primer plano de Imaracing con su peque.
Tras retornar de nuevo al hotel, desayunar y hacer las maletas, emprendíamos la ruta prevista para la etapa, que como aperitivo y nada más iniciarse se metía por las gargantas de la Nesque, pequeñas, no especialmente espectaculares, pero con pintoresco recorrido por una carretera casi desierta.
Un par de fotos hechas justamente en esta ruta.
Mave no perdía un momento para disparar el gatillo a la mínima oportunidad que se le diese…
Foto de Gabi perfectamente uniformado con las siglas R.S.C. en polo y gorra.
Bonita foto con Tony, Mave y el que suscribe, y no precisamente por nuestras caritas, sino porque al fondo luce el Mont Ventoux, que a primera hora de la mañana nos habíamos ventilado. ¿Verdad que parece una montañita de nada...? Pues son casi 2.000 mts. de altitud
La siguiente foto tomada en una de las paradas en ruta.
A media mañana hicimos una visita al pueblo de Montbrun les Bains en el que nos perdimos por sus viejas callejuelas. Aquí una de nuestras cuatro guapísimas participantes en el Tour paseando por el pueblo.
Y aquí otra foto de los siete no menos guapísimos participantes.
Tony (Zcuatro) aprovechando para refrescarse. Obsérvese como Imaracing vigila la escena habilmente escondido tras un árbol.
Ángel hizo otro tanto….aunque éste no se anduvo con medias tintas….si hay que refrescarse mejor dejarse de mariconerías y hacerlo debidamente…
Tras tanto paseo y ascensión por las empinadas callejuelas apetecía tomar algo de modo que no lo pensamos dos veces y montamos rápidamente una sesión refrigerio en una terracita de un bar del pueblo.
En este viaje Miguelvet y Gabi se hicieron adictos al Perrier, el primero al Perrier-Citron, y el segundo al Perrier-Fraise.
Ahí tenemos a Mary dando toda una lección de estilo refrescándose al estilo más tradicional.
Mientras tanto Ima y Angel comparten sesión tecnológica.
Ahhhhhhhyyy, pero que bien se está….Anita disfrutando del momento.
Una paradita en la etapa con los roadys como protagonistas.
Continuamos ruteando y por momentos empezaron a llegar efluvios de olor a lavanda, y es que estábamos entrando en la región de la Alta Provenza, en la que hay grandes extensiones de cultivo de esta planta muy utilizada en perfumería. Visto que no habíamos parado a pillar viandas para el pic-nic decidimos sustituirlo por una visita a la terraza de uno de los restaurantes sitos en la plaza principal del pueblo de Forcalquier, con la ventaja de que tenía un sistema de ventiladores con pulverización de agua que refrescaban considerablemente el ambiente. Fue una comida muy animada
he ahí unas fotitos tomadas durante la misma.
Una sonrisa dedicada al fotógrafo…
En la última parte de la tarde teníamos por delante la ruta del cañón del Verdón; una ruta que siempre gusta por ser una de las emblemáticas del sur de Francia. Una foto en una de las paradas de la ruta. Si os fijáis en medio de la foto se ve en pequeño uno de los muchos miradores que hay a lo largo del recorrido.
Aquí estamos en el pequeño mirador que salía en la foto anterior.
Un par fotos más tomadas en ese momento que cada uno de nosotros trataba de aprovechar del mejor modo posible.
No terminó aquí la etapa aunque si se terminaron mis fotos porque a partir de este momento me olvidé de hacerlas.
Continuamos ruteando por el cañón siguiendo el curso del Verdón, vino después un tramo muy agradable bordeando el lago de St. Croix y algo más adelante emprendimos la ruta de las gargantas de Daluis, prácticamente entrando ya en la noche….tramo que me consta que a algunos/as les gustó especialmente a juzgar por las caras y comentarios cuando paramos medio de un puente en la garganta.
Ya en los últimos kilómetros de la etapa subimos el col de Valberg para llegar al pueblo que lleva el mismo nombre situado a algo más de 1.600 mts. de altitud en donde estaba nuestro hotel de etapa. Fue muy simpática y amable con nosotros la pareja que lo regentaba y visto que tenían una placa de un rallye de un Club Porsche en una de las paredes del salón del hotel, no lo pensamos ni un momento y les regalamos un ejemplar de nuestra placa, que en la mañana siguiente ya lucía pasando a formar parte de la decoración del hotel.
La etapa había sido realmente larga; unos 370 kms
de carreteras secundarias y terciarias "gracias" en parte al añadido de la ascensión al Ventoux de primera hora de la mañana, pero ello no impidió que tuvieramos una cena muy animada comentando las vivencias y anécdotas del día.
Y tras la cena a dormir que mañana hay más!