Pues eso, llevo un disgusto terrible
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Esta tarde hemos salimos de ruta, y a la media hora vemos que vamos hacia una tormenta que está descargando agua con mucha fuerza. Se veían las columnas de agua caer. Brutal. Decido seguir, total! es agua! no pasa nada! pues bien, al llegar a la tormenta el agua que cae es salvaje, capotamos y en los pocos segundos que tardamos en poner la capota literalmente nos chopamos enteros. Estábamos justo debajo de una cortina de agua salvaje.
Visto lo visto, damos la vuelta, no tiene sentido seguir. Damos la vuelta y salimos de la tormenta. Nos reimos, nos secamos como podemos, secamos asientos, y con la risa de la anécdota ponemos rumbo a casa.
Pues bien, a los pocos minutos el agua se convierte en gotas como puños, y a los pocos segundos, las gotas se convierten en piedras
La tormenta ha sido impresionante, llegamos como pudimos a un caserio y nos refugiamos debajo de unos árboles grandes.
Cuando la tormenta amainó salimos, pero el Zeta estaba cubierto de los restos de ramas de los pinos y árboles, y como hacía calor, el hielo que lo cubría todo formó una niebla donde no se podía ver nada! Os juro que ni un plamo! Por Dios que mal rato que he pasado ahí, en medio de la carretera sin ver nada de nada, ni siquiera si había un camino o algo para apartanos.
Al cabo de un buen rato despejó y pudimos llegar a casa.
El Zeta está mejor de lo que esperabamos, pero está marcado por el granizo. Joder que disgusto que llevo encima ahora mismo
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Me consuelo pensando en que se arregla, pero seguro que comprendéis el cabreo y disgusto que llevo.